Día Mundial de la Parálisis Cerebral encuentra al país con deudas pendientes con personas con esta condición

Graduarse con honores es un reconocimiento al esfuerzo y a la determinación, pero cuando quien lleva la toga y el birrete tiene un diagnóstico de parálisis cerebral, el logro se convierte en una fuente de inspiración.

Ella es Rocío Melo, una joven de 33 años, que contra todo pronóstico se propuso cumplir sus metas burlando las barreras que limitan a personas con su condición especial. Es autora de su propio libro, titulado “Mi Problema”, obra que compila notas escritas por sus propias manos en el silencio de las madrugadas. Allí plasma sus sentimientos y anhelos más profundos.

Al conmemorarse hoy el Día Mundial de la Parálisis Cerebral, Rocío solo pide “mucho apoyo” para este segmento de la población que padece este tipo de discapacidad, la cual, según estudios internacionales, afecta a 2.4 de cada 1,000 niños nacidos. En los bebés prematuros los casos aumentan a 40-100 por cada 1,000 que vienen al mundo.

La parálisis cerebral es la causa más frecuente de discapacidad motora en la primera infancia. No obstante, la República Dominicana no cuenta con un registro oficial sobre esta condición, que alcanza a más de 17 millones de personas en el mundo.

Este trastorno es definido “como una discapacidad producida por una lesión en el cerebro, no progresiva, que afecta la movilidad y la postura, lo que limita la actividad de la persona, y puede ir acompañada también de una discapacidad sensorial o intelectual en mayor o menor grado”.

En el caso de Rocío solo se vio afectada su coordinación motora y la habilidad del habla, por lo que aún debe seguir asistiendo a sus terapias de lenguaje, en la Fundación Nido para Ángeles, que dirige Monika Despradel.

El diagnóstico oportuno, la comprensión de la enfermedad desde el seno familiar, junto a una asistencia especializada fueron vitales para que hoy esta joven mujer pueda desarrollar independencia y autonomía.

Rocío realizó sus estudios universitarios en la Universidad del Caribe, donde obtuvo el título Licenciada en Educación mención Ciencias Sociales. Hoy, es una colaboradora activa de la fundación Nido para Ángeles, entidad sin fines de lucro que impacta con sus programas de atención integral a 126 familias.

Monika Despradel, presidenta de la entidad, en conversación con ejecutivos del periódico, identificó los desafíos que enfrenta esta población en su diario vivir, tales como poca cobertura en medicamentos, pocos centros especializados de parálisis cerebral y baja promoción de la educación especial.

Una tarea pendiente que corresponde a toda la sociedad es adaptar las condiciones del entorno para este segmento. Una rampa puede hacer la diferencia. No obstante, reconoce los avances obtenidos como la Ley sobre Discapacidad, la cual entiende debe ser aplicada en su justa dimensión. Un logro más es la creación de dos aulas dirigidas a niños y niñas con capacidades especiales en los municipios Santo Domingo Norte y Este de la provincia Santo Domingo.

Presidenta e integrantes de la Fundación Nido de Ángeles durante visita a elCaribe.

Costo alto
Niños de la fundación utilizan sillas de postura, que cuestan entre 2,000 a 3,000 dólares, obtenidas con ayuda internacional

Necesidad
El 85 % de las familias beneficiadas con los programas es de escasos recursos. Unos 139 niños están en lista de espera.

Presidenta
“Niños que necesitan una educación específica tienen que ser tratados por educadores especiales”, Monika Despradel.

Posted in Destacado, EstiloEtiquetas

Más de destacado

Más leídas de destacado

Las Más leídas