Diabetes, hipertensión y obesidad, son las condiciones más frecuentes que pueden afectar al riñón y desencadenar en una insuficiencia renal crónica y en diálisis

Un análisis de orina que arroje sangre (hematies) o proteína, o si la orina presenta espuma, podrían ser signos de que algo no está funcionando de manera adecuada en nuestros riñones.
Si las personas con insuficiencia renal no son diagnosticadas, avanzan al deterioro de sus riñones lo cual los conduciría a diálisis.

La sentencia viene de una experta en la materia, la doctora Montserrat Díaz, licenciada en Medicina General y Cirugía por la Facultad de Medicina de la Universidad Central del Este (UCE).
También especialista en nefrología por la Fundación Puigvert, de Barcelona, España y doctora en medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente, es médico adjunto al Servicio de Nefrología, Unidad de Diagnóstico de Enfermedades Renales (DER) de la referida fundación.

Entrevistada para elCaribe, en su visita más reciente al país, aseguró que “si pacientes con enfermedades como la diabetes, hipertensión y obesidad son tratados a tiempo, ni siquiera llegan a dializarse”. Ahora bien, si se trata de enfermedades propias del riñón como son las inflamatorias, es diferente. “Muchas de ellas no dependen del paciente si no del médico, si este, por desconocimiento, falta de interés en el problema y falta de recursos, no los aborda de la manera adecuada, esos pacientes podrían terminar dializándose”, indicó.

Díaz advierte un problema en algunos países respecto a las enfermedades del riñón y es la falta de diagnóstico.

“Identificar, que es lo mismo que diagnosticar, es el primer paso. Si el paciente no se diagnostica, continúa avanzando en la enfermedad hasta llegar al punto de una insuficiencia renal crónica que lo obliga a someterse a diálisis de riñón”, abundó con evidente preocupación afirmando que la manera más efectiva de avanzar en los tratamientos de la enfermedad renal crónica, catalogada como una de las que más consume el presupuesto de salud en cualquier estado, es diagnosticando a tiempo.

“España es uno de los países que más gasta, porque abarca un gran rango de edad, desde niños hasta ancianos. Como cubre una gran cantidad de la población es un gasto enorme. Si un sistema de salud quiere ser eficiente tiene que intentar evitar que el paciente llegue a diálisis”, reiteró la galeno.

Además, resaltó que el trasplante de riñón es más económico que la diálisis porque hay menos ingresos, y el paciente puede reinsertarse a su rutina diaria en menor tiempo, lo que no sucede en el paciente dializado.

“España es un país con un sistema de salud socializado que aunque nos cuesta, porque la pagamos cada mes, y cara, la vemos retornar. La mayor parte de lo que pagamos a la seguridad social, lo recibimos en servicios de salud”, dijo.

En esa misma línea, enfatizó que la medicina privada tiene que ser rentable, porque de lo contrario no existiría.

“Si inviertes en un negocio, aun tengas el deseo de servir, ese negocio tiene que ser rentable para que se sostenga”, subrayó.
Una vez que un paciente se diagnostica con una enfermedad renal, ¿qué hacer para que no llegue a diálisis?

Hay que formar a nuestros nefrólogos para que entiendan que el diagnóstico de una enfermedad es lo principal para poder abordarla a tiempo y de manera efectiva.

“Las herramientas para diagnosticar una enfermedad renal a veces resultan sencillas. Por ejemplo, si tienes un paciente diabético de larga evolución y comienza con un poquito de proteína en la orina, ese paciente tiene un gran problema renal. Es una alerta, pero la mayoría de los endocrinólogos piensan que es un pequeño problema”, se lamentó.

¿Cuáles son las enfermedades de riñón más frecuentes?

Entre las enfermedades más frecuentes del riñón que pueden conducir a diálisis, citó las inflamatorias, autoinmunes y genéticas como la poliquística renal.“Las enfermedades inflamatorias renal diagnosticadas a tiempo pueden ser controlables, evitando que evolucione a la insuficiencia renal crónica o por lo menos retrasarla”.

Una que es catastrófica y más frecuente de lo que se cree, es la enfermedad renal producida por fármacos.

“Por ejemplo, los antiinflamatorios no esteroideos, son causa importante de insuficiencia renal crónica y diálisis. Esta forma parte de un grupo de enfermedades que en los países donde hay registros cada vez son menores y en los que no los hay cada vez son mayores”, subrayó Díaz.

En los años 80, 90… la mayoría de esos pacientes en España, eran de causa desconocida, mientras que ahora representan menos de un 25 % debido a que ahora se diagnostican, comentó.

Un llamado

En el transcurso de la entrevista hizo un llamado a las sociedades médicas, principalmente a la Sociedad de Medicina Interna y la Sociedad Dominicana de Nefrología, “sobre todo a la de nefrología porque la interna tiene el deber de apoyar, pero el deber de implementar lo tiene la Sociedad Dominicana de Nefrología, consistente en presionar a las instituciones para crear un registro obligatorio sobre enfermedad renal. Si no sabemos lo que tenemos no sabemos cómo evitarlo”, enfatizó.

Acerca del lupus eritematoso sistémico, normalmente manejado por reumatólogos e internistas, una enfermedad que ataca a más mujeres que hombres, dijo que es “tremendamente frecuente en Latinoamérica, eso está muy bien definido”.

En España- continuó- tenemos muy pocos pacientes con esta condición porque tenemos registros y a ellos les damos un seguimiento muy estrecho.

“Nos ofrecen ensayos clínicos con mucha garantía para fármacos que ya sabemos son altamente eficaces, sin embargo, aquí la mujer lúpica no tiene esas opciones y es por falta de registros. Este tipo de enfermedad está dentro de las catalogadas como raras a nivel mundial, tienen un estatus especial por ser enfermedades protegidas y aunque aquí son frecuentes, siguen siendo raras”.

La mayoría de las enfermedades raras son huérfanas y éstas son aquellas que no tienen tratamiento. “Nosotros realizamos muchos ensayos clínicos para dar con un fármaco eficaz para ese tipo de afecciones”, puntualizó.

Recomendación

La galena recomienda un chequeo anual donde se incluya la reactiva de orina, para determinar o descartar la presencia de proteína o sangre en la orina. “Si la sangre en la orina persiste y los análisis dan bien, es un paciente que debe ser monitoreado. Si no aparece nada en años, puede obedecer a una causa congénita. Se trata de un defecto y éstos no evolucionan. Se mantienen igual con el tiempo y no pasa nada”, apuntó.

En ocasiones, sostuvo, la aparición de proteína o de hematíes es intermitente, entonces el seguimiento debe ser a largo plazo para poder definir que no hay daño renal.

Diagnóstico
La galena recomienda un chequeo anual donde se incluya la reactiva de orina, para determinar o descartar, la presencia de proteína o sangre en la orina.

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