La agente de viajes María Méndez fue diagnosticada con el síndrome de burnout que está relacionado con el agotamiento profesional
María Méndez es una agente de viajes corporativos. En sus inicios organizaba la logística de tours para artistas de alto nivel, ejecutivos de bancos, entre otras personalidades importantes. El comprometerse en exceso con su trabajo la condujo a durar 16 años sin tomar vacaciones.
“Trabajaba en la industria de Turismo y duré 16 años sin tomar vacaciones, lo que me produjo el Burnout o el cansancio laboral que presentan muchas personas”, dijo a elCaribe María Méndez, presidenta y fundadora de la fundación “Vacacionar es un derecho humano” (Vacation Rigth Fountation).
¿Por qué tanto tiempo sin vacaciones?
Para Méndez, simplemente eso lo hace el sentir miedo… el miedo a perder clientes o tu trabajo. “Iba de excusa tras excusa para no tomar las vacaciones. Primero pensaba que si me iba de vacaciones no iba a poder pagar los servicios cuando regresara; luego que no podría pagar el colegio de las niñas y, al final, decía que, por tener clientes con un perfil tan importante, no podía tomar mis días de descanso, porque cuando me llamaran y yo no estuviera, a lo mejor los iba a perder”, dijo Méndez sobre su miedo a perder el trabajo y los clientes.
Horas de trabajo
Aunque no contabilizó las horas que trabajaba en un día, tenía un horario que iba desde las 8:00 y 9:00 de la mañana hasta las 3:00 de la madrugada. Y cuando llegaba a su casa “tomaba un baño y seguía con la computadora; era algo imparable. Siempre dormía con el teléfono. No había un momento de descanso; en ese tiempo nunca lo hubo”, comentó.
Por esa dinámica, comenzó a darse cuenta de que algo no estaba bien. “Si no tocaba el teclado de la computadora no sabía contestar a una pregunta que me hicieran… Te irrita que te hablen, ya no quieres compartir con los compañeros de trabajo; estás limitada a las preguntas que te hace el cliente y, así te vas limitando”, destacó.
Méndez sostuvo que también por cualquier cosa lloraba o si alguien estaba hablando pensaba que era de ella. “Cuando me di cuenta de que esa situación me estaba envolviendo, comencé a pedir ayuda, y lo primero que hice fue aprender a manejar mis emociones”, expresó Méndez.
Aseguró que este es un síndrome que ataca a la clase trabajadora y, en su experiencia, entiende que los altos ejecutivos están más expuestos a tener este padecimiento. Sobre ello, manifestó: “Son los que tienen una carga más fuerte; son los que tienen que encargarse de que los proyectos fluyan, de que se desarrollen y de que haya una gestión importante”.
Méndez señaló que no se trata de buscar culpables, pero la responsabilidad definitivamente cae en el empleado. “Es el empleado el que tiene que expresarse, el que tiene que decir: ‘ya no puedo más’; ‘este proyecto me queda muy grande’; ‘necesito ayuda con un equipo más amplio’; ‘necesito descansar’. Solamente con tener un momento para respirar es suficiente para que puedas recargar”, aconsejó.
Profesiones más vulnerables
Dentro de la fundación que dirige han realizado algunas investigaciones que dieron como resultado que “el gremio que está más cansado han sido los doctores, los maestros, las enfermeras y los estudiantes”, afirmó Méndez.
Para la presidenta de la fundación es importante hacer conciencia tanto en la población como en los Gobiernos, acerca de las causas y consecuencias del síndrome de Burnout.
Congreso contra Burnout
En su preocupación por este mal que se incrementó en la pandemia, Méndez anunció que se creó el Primer Congreso Iberoamericano contra el Burnout a celebrarse del 29 de junio al 2 de julio en Casa de Campo.
Méndez recomendó que se habiliten espacios donde el empleado se sienta en la libertad y pueda decir: “Yo me siento agotado”; “necesito un tiempo”, porque sin salud mental no hay salud. “Este es un problema que está afectando a la mayoría de las personas trabajadoras, y especialmente después de pandemia”.