Diversos factores influyen para que una amidad se rompa como la traición, la envidia y los celos
Hay amistades más fuertes que otras, pero independientemente de eso, cuando se acaba ese lazo de hermandad, por alguna razón, duele mucho. Son diversos los factores que pueden incidir en que dos personas que un día fueron los mejores amigos se distancien y se digan adiós, en muchas ocasiones, para siempre. De acuerdo a la psicóloga Ana Simó, directora del Centro Vida y Familia, la traición, la falta de lealtad, la envidia, la creación de un chisme, el dinero o los celos por terceros, son parte de los factores que pueden lacerar una relación de amistad. Para Simó, cuando los códigos de confidencialidad se violan, la amistad se quebranta y, aunque se solucionen los conflictos, nunca vuelve a ser igual, porque hay cosas que cambian.
“Por mi experiencia clínica, la mayoría no vuelve a estar como antes, es decir, pueden seguir saliendo, hablando pero el nivel de secretos disminuye entre ambos”, detalla la especialista.
También subraya, que para que una amistad llegue a estar irremediablemente rota, siempre va a depender de las decisiones de sus miembros, “pues hay personas que no saben lidiar con las traiciones y, por ende, eso los llevará a romper la amistad si ocurre. Sin embargo, hay otros que sí pueden lidiar y perdonar”.
Añade, que una amistad o relación significativa requiere de compromiso, lealtad, respeto a las diferencias y, ante todo, no querer ser jueces de las acciones de nuestros amigos. Los amigos están para acompañar, para sostenernos en momentos difíciles, así como para disfrutar de la vida juntos, manifiesta Simó.
Para buscar la solución de alguna problemática que afecta la amistad, la mejor forma de actuar, sostiene Simó, es dando la cara. “Ser frontal, tener la capacidad de conversar y expresar como nos sentíamos ante la situación y permitirle al otro dar su versión”. Dependiendo de lo que ocurrió, dice que la amistad puede volver a recuperarse, pero hay un punto a tomar en cuenta, y es la personalidad de cada uno de los implicados.
Luego de la dificultad y aunque haya una distancia, nunca se debe contar lo que ese amigo expresó en algún momento. “A pesar de todo, se debe mantener la lealtad a lo que esa persona nos llegó a contar”, aconseja la psicóloga.