Durante el mes de marzo de este año, los antivirus lograron detectar más de 22 millones de correos ‘phishing’ (sitios falsos que roban datos). El número de correos electrónicos peligrosos aumenta cada día. De acuerdo a los datos suministrados por la empresa de software de seguridad Kaspersky, en el año 2016 ocurrió un aumento de correos electrónicos con contenido malicioso. Con el fin de evitar caer en estas estafas ‘online’, te damos a conocer algunas señales ante las que debes estar alerta.
¿Quién emite el mensaje?
La primera señal a la que debes estar atento es de quién recibes el correo. En el caso de ser un remitente conocido, muchas veces, por medio de un virus es posible que esta amenaza se reenvíe a sí misma a todos los contactos que posea la víctima. Si esto ocurre, es fundamental prestar atención a otros detalles, como por ejemplo, si realmente estás esperando ese correo, si el asunto que muestra tiene sentido o si el texto es correcto.
¿Cuál es la apariencia de un correo peligroso?
Pese a que el modo de actuar va mejorando con el tiempo, la verdad es que todavía hay algo que delata a los ciberdelincuentes: su redacción es muy básica y utilizan términos impersonales como “Estimado señor” o “Estimado usuario”.
Un asunto sospechoso
Si en el “asunto” dice urgencia, o están exigiendo algún tipo de acción (como suministrar datos personales, o alguna contraseña), y colocan una fecha límite además, muchas veces redactados en mayúsculas, es otra de las claves que delatan a un intruso.
¿Te han pedido datos personales o bancarios?
Es fundamental saber que ni las grandes empresas de tecnología ni los bancos solicitan ningún tipo de datos a través de correo electrónico. Si observas algún correo con esta característica, sin duda se trata de un caso de ‘phishing’.
El anuncio de un concurso imaginario
Un correo electrónico peligroso casi siempre cumplirá con la característica de sonar irreal. Por ejemplo, le comunican al usuario que ha sido seleccionado como ganador de algún tipo de concurso, como intermediario entre cuentas bancarias millonarias, heredero de una fortuna grandiosa, e incluso para ser el esposo de alguna joven atractiva.
