Cuando el homicidio por tentativa llega (como el caso de Chantal Jiménez) , ya sea por disparos, ahorcamiento o apuñalamientos, hace rato que esos niveles de violencia se estaban produciendo con amenazas de muerte, insultos, humillaciones, descalificaciones y control, así lo asegura la psicóloga Heidy Camilo.
En lo que va de año, 20 mujeres han perdido sus vidas a manos de parejas o exparejas. A esa cifra se sumó el Sábado Santo la youtuber Chantal Jiménez, quien fue asesinada por su expareja Jensy Graciano.
Antes de su muerte, Chantal sufrió una tentativa de homicidio por parte de su expareja el Miércoles Santos, lo que muchos llamaron una clara señal de alarma de lo que podía avecinarse. Sin embargo, la querella le fue retirada, él fue absuelto y su arma de fuego entregada. Para la psicóloga “toda persona que dispara contra otra, no lo hace jugando ni por error, lo hace como una tentativa de homicidio con el único objetivo de desaparecer a la otra persona”, indica Camilo.
Para la galena, cuando se atenta contra la vida de alguien, la víctima y sus familiares en primer lugar tienen que manejar los mecanismos legales y permitir que este funcione, ya que en muchos casos le retiran la querella.
El padre de Chantal pidió a su hija retirar querella contra su asesino
Roque Jiménez, el papá de Chantal, alegó ante CDN que Jensy le dijo que los celos lo cegaron en ese intento homicida y le había prometido que se alejaría y dejaría tranquila a su hija. Sin embargo, terminó asesinándola.
“La familia y la víctima tienen que entender que esa conducta es un potencial peligro. Aunque el agresor busque que lo perdonen, que él no lo vuelve hacer y que ama demasiado a la víctima, eso es una forma de manipulación”, asegura la especialista.
También sostiene que, lamentablemente, ocurre con mucha frecuencia que en los casos de violencia intrafamiliar la persona que hace la tentativa de homicidio entra en esa disculpa, en esa justificación banal y absurda de que los celos lo cegaron. Suele decir: “me cegué” ; “perdí la razón por un momento”, “satanás me utilizó”; y la familia que está acostumbrada a ver a esta persona “calmada” cree que es cierto que de repente se “alocó” y los celos lo cegaron, y no es así realmente, afirma la especialista.
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Un último mensaje
Antes de cometer el hecho contra Chantal, el agresor posteó un último mensaje en su Instagram: “Las despedidas son sólo para aquellos que aman con sus ojos. Porque para los que aman con el corazón y el alma, no existe eso de la separación”. Sobre esto, Camilo dice que: “Aunque no conozco a profundidad todos los detalles del caso, te puedo decir por los hechos cometidos, tanto por la denuncia que se dio por los disparos y el asedio que esta joven vivía, que había una obsesión de su parte”.
La especialista en la conducta humana, describe que este al parecer tenía una necesidad de estar con ella, de poseerla como si fuera un objeto hasta llegar a un punto de asumir que su vida le pertenecía.
El peligro de una pareja obsesionada
“Lo primero que sueles observar en una persona obsesionada es un patrón fijo y repetitivo, que busca tener el control absoluto sobre esta persona. Quien tiene la obsesión, necesita con urgencia, con premura y hasta con desesperación, estar al lado de la otra persona”, destaca.
El comportamiento de violencia que vive la pareja
De acuerdo a Camilo, la gente entiende que el hombre que ejerce violencia contra la pareja, también lo hace con todo el que está fuera, y no. “Lo que caracteriza la violencia hacia la pareja es que es direccionada y normalizada hacia ella, por eso el que está fuera de una relación de violencia no entiende que esta persona tan amable, buena, sencilla y empática; buen vecino y compañero de trabajo, sea una persona violenta. ¡Ojo con eso!, no tienen un letrero; no se portan de manera violenta generalmente en la calle, sino hacia los miembros de la familia con quienes convive”, puntualiza.