La innovación Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad (HIFU) logra una mejora del 90 % en los temblores

Alrededor del 1,6 % de la población dominicana mayor de 60 años padece párkinson, una enfermedad neurodegenerativa que impacta la movilidad, el sueño, la salud mental y la cognición.

En el marco del Día Mundial del Párkinson, que se conmemora cada 11 de abril, especialistas y organizaciones hacen un llamado a la conciencia pública sobre los desafíos que enfrentan los pacientes y destacan los avances médicos que hoy ofrecen nuevas alternativas de tratamiento.

Una de estas innovaciones es el Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad (HIFU), una técnica no invasiva que utiliza ultrasonidos guiados por resonancia magnética para tratar áreas específicas del cerebro, lo que reduce significativamente los temblores y mejora la motricidad, sin necesidad de intervención quirúrgica ni hospitalización prolongada.

De acuerdo con un estudio realizado por neurólogos de la Clínica Universidad de Navarra, el HIFU logra una mejora del 90 % en los temblores y del 70 % en otros síntomas motores en pacientes con afectación unilateral. “Los resultados evidencian una mejoría muy significativa, que se mantiene a largo plazo”, explica la doctora María Cruz Rodríguez Oroz, directora del Departamento de Neurología de la Clínica. Además, 9 de cada 10 pacientes se autoevaluaron positivamente tras el procedimiento, y reportaron mejoras en su calidad de vida.

Hasta la fecha, se han realizado cerca de 500 intervenciones con esta tecnología en la Clínica Universidad de Navarra para tratar casos de párkinson y temblor esencial, lo que la posiciona como un centro de referencia internacional en el abordaje de enfermedades neurodegenerativas.

Martine Quentin es una de las decenas de personas que han viajado desde distintos países del mundo para recibir el tratamiento. “No podía hacer ni una espiral a mano alzada antes del HIFU”, recuerda la paciente, que llegó desde Francia, refiriéndose a la prueba en la que se dibuja una espiral para evaluar el nivel de temblor. “Durante el tratamiento, en la resonancia magnética, ya podía hacer las espirales, hay un resultado inmediato. Mi vida ha cambiado, puedo beber, puedo comer, ahora puedo salir y mostrarme al mundo”.

La técnica se aplica principalmente en dos núcleos del cerebro: el tálamo, cuya intervención permite reducir el temblor, y el subtálamo, donde además se observa una mejora en la rigidez y la torpeza de la parte del cuerpo afectada en las personas con Párkinson.

“Muchos pacientes llegan después de no haber tenido suficiente mejoría después de los medicamentos o por no poder someterse a cirugía convencional debido a su edad o condiciones de salud. Con el HIFU, encuentran una alternativa efectiva que mejora su calidad de vida”, destaca Rodríguez Oroz.

Además de ser un tratamiento que sólo requiere una noche de ingreso hospitalario, esta técnica permite a los pacientes retomar su vida ordinaria poco después. También, su continua monitorización por resonancia magnética durante la intervención ayuda a dirigir la energía solo a las estructuras cerebrales afectadas, con lo que se minimizan los posibles efectos secundarios.

¿De qué factores depende?

La aplicación del HIFU depende de factores como la edad, la evolución de la enfermedad y otras condiciones médicas que deben ser examinadas por un equipo multidisciplinar.

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