Aunque en el pasado, quienes usaban tatuajes eran considerados como “delincuentes”, hoy en día esa concepción ha ido cambiando, asegura el tatuador Juan Alberto Medina, mejor conocido como “Juan Tatoo”. Para Medina los tatuajes se han convertido en un arte con estilo personal que sigue ganando adeptos debido a la profesionalidad con la que se realizan. Sin embargo, resalta que a la hora de someterse a este proceso, el cliente debe asegurarse de que el tatuador cumpla con el más mínimo de los requisitos.
Según Medina, quien tiene alrededor de 16 años en el oficio, “un tatuador debe tener experiencia en el dibujo, tener buen pulso, responsabilidad e higiene”. Asimismo, el profesional de la “aguja” debe de cumplir con una serie de pautas que son parte esencial del procedimiento. “Antes que todo, entre las políticas, se debe tatuar solo a personas mayores de 18 años, y que no padezcan enfermedades como diabetes, epilepsia, cáncer de piel o enfermedades contagiosas, entre otras”, recomienda Medina.
Además, a la hora de una persona tatuarse debe fijarse si el profesional que buscó para dibujarse la piel posee en sus redes sociales fotos reales de su arte”, Medina explica esto, porque hay personas que se venden como tatuadores profesionales cuando en realidad no lo son.
Para obtener un buen resultado, que sea para satisfacción del cliente y del artista, el trabajo debe ser cuidadoso desde el principio. Primero, las herramientas a utilizar deben estar en la máquina de esterilización, como las agujas, para eliminar todo gérmen que pueda provocar una infección. El siguiente paso, es realizar el dibujo del cliente en un papel, para luego tranferirlo a su piel.
Para proceder a este último paso, “Juan Tatoo” dice que es primordial que el tatuador se lave las manos y se ponga guantes; luego desinfecte la piel a tatuar y añada gel, para que de esta forma el dibujo quede en la dermis cuando se coloque el papel “transfer” que contiene el dibujo.
Para proceder a dibujar, Medina utiliza tres máquinas: una de bobina para las líneas (contorno); y dos para sombrear, como una rotativa (no tiene bobina), las cuales son conectadas a un ‘power supply’ (un regulador de voltajes).
“A las líneas del tatuaje es a lo primero que se le da color, después se rellenan. Para más facilidad los pigmentos a elegir se deben colocar en un recipiente para ‘caps’ en pequeñas cantidades”.
Luego, el artista instala agujas estériles en la máquina para tatuajes, para comenzar a definir el diseño. Limpiará la zona de la piel las veces que sea necesario para inyectar el color. Cuando salga sangre, la retirará con una toalla o un paño estéril desechable.
Una vez que haya finalizado, la zona, que ahora luce un tatuaje terminado, se limpiará nuevamente y se colocará un plástico.
“Lo mínimo que yo he durado haciendo un tatuaje son cinco minutos, y lo máximo 12 horas. Hay tatuajes que deben hacerse por sección, porque llevan muchos detalles y hay que dedicarles tiempo”, explica el artista.
Las personas que se van a realizar este tipo de arte por primera vez, mayormente eligen tatuajes pequeños, por ejemplo, aves, estrellas, “infinito”, “punto y coma” ,el nombre de la pareja, y muchos otros, comenta Medina. “Esos vienen siendo como el tatuaje inicial para después realizarse uno grande”.
Después que alguien se somete a este procedimiento, Medina dice que debe lavarse el tatuaje con jabón antibacterial, y para que cicatrice debe untarse tres veces a la semana durante 25 días una crema que contenga el componente AID.
De igual forma, durante los primeros 15 días debe evitar ir a la playa, entrar en jacuzzis y piscinas, porque se le puede infectar. Al tatuaje solo debe ponérsele plástico el primer día, para evitar que el cliente manche su ropa mediante el roce y para impedir que los poros, como están abiertos, se infecten, aconseja Medina.