Cada vez son más quienes encuentran a su media naranja a través de Internet, ¿es posible enamorarse?

Óscar era un chico trabajador, baloncestista de San Lázaro, lugar donde residía, inteligente, pero con un único defecto: su mejor compañía era el uso de Instagram para evitar la interacción social con las personas que tenía frente a él.

En una tarde cualquiera, a solo un clic de distancia, conoció a Lourdes, una chica venezolana que residía en Canadá. Ellos fomentaron un vínculo casi perfecto, con un amor tan real, pero con la única diferencia de que, en vez de coordinar qué película ver o a qué restaurante ir a cenar, su gran disyuntiva era cuándo y dónde se iban a conocer en persona.

Óscar y Lourdes son solo una muestra de la vida en el mundo contemporáneo, donde las redes sociales han sabido conectar a desconocidos, hacerlos tan cercanos como cualquiera a su alrededor, y sembrar el amor en corazones a lo largo y ancho del planeta. Pero, ¿cómo es posible que dos personas que nunca se han visto puedan experimentar un vínculo tan profundo?

El amor digital

El amor por las redes sociales se conoce como “amor digital”, un espacio donde muchas personas encuentran en estas plataformas una forma de relacionarse y expresar afecto. Esta manifestación se puede identificar por la interacción virtual, los mensajes de cariño, el intercambio de fotografías y momentos especiales a través de diferentes aparatos electrónicos. En este amor, la distancia física se acorta mediante la pantalla de un dispositivo, pero no deja de transmitir emociones genuinas y la necesidad de conexión humana.

La neuropsicóloga Xiomara Aquino nos explica que muchas veces se idealiza a la persona que creemos amar por Internet.

“Hay muchísimas experiencias de personas que se han enamorado de lo que la gente presenta en las redes, de cómo escribe, y luego, cuando se conocen, no es real. Aunque no quiere decir que a todos les pase igual, hay quienes pueden llegar a tener tal química que incluso formalizan proyectos”.

La experta amplía diciendo que hay personas que están necesitadas de hablar con alguien, de ser escuchadas, de que las tomen en cuenta, y para estos interactuantes es muy fácil dedicarle un tiempo al día y con eso sentirse realizadas. Estos individuos no tienen que gastar ni invertir gran espacio, llegan incluso a tener otra relación paralela sin que la otra parte esté enterada.

Aquino también indica que, aunque no se pueda tocar físicamente a la persona amada, el amor en línea puede llegar a ser tan genuino y significativo como cualquier otra forma de amor. La clave está en la confianza, la sinceridad y la comunicación constante para mantener viva la llama del amor en la distancia, pero siempre cuidando y vigilando la ansiedad que puede generar el no tener contacto físico con la otra parte.

El dominicano y la venezolana se vieron y pasaron unos días de lujo en Punta Cana y Santo Domingo, donde la nueva cuestión fue: ¿Cuándo nos volveremos a ver?

Establecer fechas para verse en persona y planificar encuentros puede ayudar a fortalecer el vínculo emocional. Contar con momentos juntos en el horizonte puede brindar esperanza y alegría a la relación, teniendo mucho cuidado de no confundir una ilusión con amor.

“Es importante que conozcan bien a la persona, porque muchas veces lo que se refleja en las redes puede no corresponderse con la realidad”, enfatizó Xiomara Aquino.

Óscar y Lourdes se volvieron a ver, todo salió bien, y a partir de ahí su relación tomó otro matiz, entre mensajes de amor y viajes para poder verse. Sin embargo, eso no funcionó por mucho tiempo. Y en la última oportunidad, él se quedó a su lado.

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