La población debe tomar conciencia y estar en alerta sobre los riesgos que conlleva padecer afecciones cardíacas

Un acercamiento a la Sociedad Dominicana de Cardiología (Sodocardio), presidida por la doctora Rafaelina Concepción, arroja importantes datos sobre decisiones que deben tomarse en el país con respecto a las enfermedades del corazón.

El intercambio de ideas surge a raíz de conmemorarse hoy el Día Mundial del Corazón, que en el país se lleva a cabo del 27 de septiembre al 3 de octubre, momento en el que las personas, las familias, las comunidades y los gobiernos de todo el mundo, participan en actividades para hacerse cargo de tan importante área de su salud.

Como primera idea, cuestiono a Concepción acerca de si las personas se están enfermando más del corazón en este momento, a lo cual nos indica que “diría que estamos en una verdadera pandemia de enfermedades cardiovasculares. Entre las enfermedades más frecuentes tenemos los infartos al miocardio y los accidentes cerebrovasculares que cobran la vida de más de 18 millones de personas en el mundo por año, y se estima que esta cantidad aumente a 23.6 millones para el 2030, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)”.

Datos ofrecidos por la presidenta de Sodocardio indican que en República Dominicana, en el 2019 se reportaron 27, 139 muertes causadas por enfermedades cardíacas, de un total de 70, 544 muertes, representando un 38.5 %.

“Aproximadamente tenemos 32, 000 pacientes con falla cardíaca, a consecuencia de no controlar las enfermedades cardiovasculares, esto en hombres y mujeres, y cada vez más estamos viendo estas enfermedades en personas más jóvenes.
Cuando vemos las estadísticas mundiales, por ejemplo, cada minuto fallecen 16 mujeres por una enfermedad cardiovascular. Como se puede apreciar, en nuestro país no estamos exentos”, indicó la cardióloga.

A seguidas, interrogo a la doctora Rafaelina acerca de los retos que enfrenta el sector salud del país frente a las enfermedades del corazón, a lo cual me responde que deben ser una prioridad en la agenda de la salud en la República Dominicana, así como lo son en la mayoría de los países.

“Sin embargo, las autoridades no han pasado de la planificación de estrategias que siempre quedan en la mesa de trabajo, pues los actores principales, que somos los cardiólogos, nunca hemos sido involucrados. En respuesta a esa situación, nuestra directiva junto con los consejos de Atención Primaria y Prevención, que dirigen los doctores Demetrio Castro, Samuel Ramos y Fulgencio Severino, respectivamente, desarrollaremos un proyecto que incluye levantamientos, investigaciones e intervención de los factores de riesgo que llevan a los dominicanos a enfermar y morir de una enfermedad cardiovascular”, manifestó Concepción.

Elaborar el proyecto anterior implica recursos y personal, lo que hace indispensable la participación del Servicio Nacional de Salud y el Ministerio de Salud Pública. La explicación indica que de esa sinergia resultaría la identificación de la población en riesgo, el diagnóstico temprano y el tratamiento correcto de las enfermedades cardiovasculares; y como resultado final, la reducción de la enfermedad, discapacidad y la mortalidad por estas enfermedades.

“La sociedad médica dominicana invierte en la capacitación, investigación y atención, y donde las instancias gubernamentales nos permiten hacer nuestros aportes. Quien debe hacer la inversión es el Estado, activando lo que es una atención primaria de calidad, idónea y a tiempo; involucrarnos a todos. Así tendremos una nación más saludable”, dijo.

Le pregunté a Concepción que si ella cree que el Estado destina suficientes recursos para apoyar al sector cardiológico del país, su respuesta es que “no, pues en la actualidad para salud, en sentido general, se destina el 1.9 % del PIB. Esto trae como consecuencia una baja inversión en salud cardiovascular. Debería aumentarse a por lo menos un 5 % del PIB”.

Y hablando de los sueños que tiene la presidenta de Sodocardio, su aspiración es que se creen estrategias para identificar factores de riesgo cardiovasculares, con diagnósticos y un seguimiento adecuado de estos, con fines de disminuir las muertes por estas causas; además de crear políticas públicas que tengan la finalidad de impactar en la reducción de los principales factores de riesgo.

Apoyaría la creación de estrategias en educación para la salud; regulación de los alimentos no saludables, los ricos en azúcar, sal y grasa; prohibición de la publicidad, promoción y patrocinio de todos los productos del tabaco, así como la reglamentación de su venta y los lugares libres de humo; normas y vigilancia del consumo de bebidas alcohólicas; y estímulo y condiciones para que la población pueda realizar actividad física de manera regular y segura.

Para concluir, se conversó sobre la inversión en medicamentos y tratamiento preventivo cardíaco para el ciudadano común que padece de enfermedades del corazón, a lo que argumenta que si lo medimos a nivel individual, depende mucho de cuántas condiciones hay que tratar y en qué estadio están cada una de estas enfermedades. Si el paciente es solo hipertenso, diabético o tiene el colesterol elevado, sus gastos no serán los mismos que si tiene varias condiciones simultáneas.

También influye si el paciente o el fármaco indicado tiene o no cobertura por la seguridad social. En casos comunes, el gasto mensual puede variar desde unos cientos de pesos hasta 20, 000 pesos mensuales; donde el gasto individual se dispara es cuando la persona sufre un infarto al miocardio o un ataque cerebral.

Rafaelina Concepción, presidenta de Sodocardio.

Soluciones
Se deben crear estrategias que identifiquen factores de riesgo, con diagnóstico y seguimiento adecuado.

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