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Agencias;- Un forense en Reino Unido asegura que las camas con sistemas de almacenamiento hidráulico representan un “riesgo para la vida”. Su reciente advertencia se produce por la muerte de una mujer a raíz de un defecto en unos de los pistones de gas que suelen utilizar esos muebles.
Jeremy Chipperfield, forense principal de la ciudad de Darlington y el condado de Durham, escribió una carta al secretario de Comercio, Jonathan Reynolds, y a la Oficina de Normas y Seguridad de Productos, advirtiendo que el mecanismo que facilita la elevación de esas camas podría causar más tragedias.
“En mi opinión, se deben tomar medidas para prevenir futuras muertes y creo que ustedes tienen el poder para tomar dichas medidas”, señaló en su mensaje, citado el domingo por el diario The Northern Echo.
Helen Davey, de 39 años, quedó atrapada con la cabeza entre la base y el somier elevable de su cama en la localidad de Seaham (Durham) el pasado 7 de junio. Su hija mayor, Elizabeth, de 19 años, la encontró boca arriba y con las piernas dobladas como si hubiera intentado levantarse. La joven asegura que le “costó mucho” liberar a Helen porque la cama no subía con suavidad y caía con fuerza si se soltaba.
“Logré sacarla de allí […]. Noté que su cara estaba azul con una marca clara en su cuello debido al marco […]. Temí que estuviera muerta porque no emitía ningún sonido. Comencé a hacerle RCP [reanimación cardiopulmonar] y me di cuenta de que no respiraba”, cuenta. Tras los esfuerzos de un grupo de paramédicos fue declarada muerta en la escena.
“La fallecida estaba inclinada sobre el área de almacenamiento de una ‘cama con elevación a gas’ estilo otomano cuando la plataforma del colchón descendió inesperadamente, atrapando su cuello contra la superficie superior del panel lateral de la base de la cama”, detalló en su escrito Chipperfield, de acuerdo con The Guardian. El patólogo Nigel Cooper confirmó que Helen murió por asfixia posicional, es decir, su cuerpo estaba en una posición que le impedía respirar.
Accidente y no suicidio
A principios de este mes, se llevó a cabo una investigación en el Tribunal Forense de Crook. Un toxicólogo descubrió que la víctima tenía rastros de medicamentos recetados y altos niveles de alcohol en la sangre, casi cuatro veces el límite permitido para conducir. Trascendió que la mujer había estado luchando contras su adición a la bebida y que, el día de los hechos, le había enviado un mensaje a su expareja con pensamientos de autolesionarse.
En este contexto, se especuló que se habría tratado de un suicidio. No obstante, el forense descartó la hipótesis y concluyó que la muerte de Davey fue accidental. “Estaba ebria, pero estaba acostumbrada a eso y supongo que era parte de su vida en ese momento. Sabiendo que pudo haber recibido un golpe en la cabeza y que estaba ebria, me temo que pudo haber sido más difícil [para ella liberarse], porque estaba desconcertada. No creo que ella tuviera intención de hacer eso [suicidarse]”, aseveró Chipperfield.