Rocco, un cocker spaniel de un año, acaba de convertirse en el más reciente miembro del equipo de trabajadores de la destilería de whisky Girvan, en Escocia, Reino Unido. La tarea del perro consiste en detectar cualquier posible imperfección en la madera de las barricas donde se añeja la bebida y reportar sus hallazgos al resto del equipo, informan medios locales.
“La madera es un material natural y la destilación del whisky es un proceso orgánico, por lo que nuestro trabajo es asegurarnos de que todo sea perfecto a medida que el whisky envejece en las barricas de roble”, explicó Chris Wooff, director asociado de William Grant & Sons, compañía a la que pertenece la destilería. “El sentido del olfato de un perro como Rocco es 40 veces más fuerte que el de un humano, por eso lo hemos seleccionado y entrenado especialmente para que capte el olor de cualquier cosa que no sea del todo correcta, a medida que el whisky madura”.
Woof añadió que, pese a que en la industria vinícola se utilizan ampliamente tecnologías especializadas para detectar las imperfecciones, su compañía quería “mantener la tradición” mediante el uso del olfato natural de un perro durante el proceso de control de calidad.
“La capacidad de Rocco para olfatear una gran cantidad de toneles en un corto período de tiempo significa que es una adición fantástica a nuestro equipo”, subraya.
La jefa del equipo de la destilería, Lianne Noble, será la encargada de alimentar y ejercitar a Rocco, además de organizar su horario de trabajo diario.
Noble sostuvo que si bien la función principal de Rocco es ayudar a mantener la calidad del whisky, su presencia ha tenido un beneficio secundario.
“Los ánimos se levantan dondequiera que Rocco esté trabajando, la gente no puede evitar sonreír en su presencia”, comentó, aunque también señaló que se trata de “un perro de trabajo” y no de “una mascota”, por lo que no deja que nadie lo moleste cuando se toma un descanso entre sus turnos.