Figuras que han dejado una huella perdurable hasta nuestros días

Alo largo de la historia, la figura de la mujer se ha consolidado como un símbolo de fortaleza y resiliencia, asumiendo roles cruciales dentro de la sociedad, lo que le ha permitido desafiar estereotipos y superar obstáculos. En esta tercera edición especial dedicada a mujeres destacadas de República Dominicana, Zona Retro presenta una breve ojeada a la vida de Andrea Evangelina Rodríguez y Abigaíl Mejía.

Conozcamos un poco más acerca de estas notables damas del país.

Andrea Evangelina Rodríguez Perozo

Nacida el 10 de noviembre de 1879 en San Rafael del Yuma, provincia La Altagracia, República Dominicana. Desde muy pequeña fue llevada a San Pedro de Macorís donde vivió gran parte de su vida. Sus padres fueron, Ramón Rodríguez, un rico comerciante de la zona y que además, era oficial en el ejército de Pedro Santana y de la señora Felipa Perozo, una campesina analfabeta, según información obtenida del sitio web del Colegio Médico Dominicano (CMD).

Rodríguez realizó sus estudios primarios y secundarios en La Sultana del Este, como también se le conoce a (San Pedro de Macorís) y en 1902 se graduó como Maestra Normal de la primera promoción de maestras Normales de esa provincia, destacándose con las calificaciones más altas de su clase.

Gracias al aporte del libro que escribió el doctor Antonio Zaglul titulado “Despreciada en la vida y olvidada en la Muerte. Biografía de la Primera Médica Dominicana”, publicado en 1980, se dio a conocer la historia de Evangelina Rodríguez, una mujer negra de origen humilde que tras grandes esfuerzos logró materializar su sueño de convertirse en doctora en aquellos tiempos.

Primera mujer médico de RD

El 19 de octubre de 1903, el anhelo de Evangelina estaba muy cerca de hacerse realidad, ya que en esa fecha se matriculó en la Universidad de Santo Domingo, hoy UASD, en la facultad de medicina. Durante ese período, solo se les permitía a las mujeres desempeñar roles como enfermeras y parteras, dado que el acceso a la educación médica estaba reservado para los hombres. No obstante, ella se destacó como una joven valiente que luchó, persistió y se dedicó intensamente hasta alcanzar su sueño y graduarse como doctora en medicina el 29 de diciembre de 1911 con su tesis titulada “Niños con excitación cerebral”.

Sin embargo, no es hasta ocho años más tarde, el 21 de abril de 1919 cuando oficialmente recibió su título, se convirtió en la primera mujer dominicana en obtener este prestigioso logro en la carrera de la medicina.

Poco tiempo después de ejercer su profesión de médica, viajó a París en 1920, donde cursó las especialidades en ginecología y obstetricia, y además la especialidad de pediatría. Rodríguez regresó al país cinco años después, en 1925 con diplomas de la Maternité Baudelocque y del Hospital de Ginecología Brocá, según información recopilada de la Ley No. 49, del 9 de noviembre de 1966 que designa con el nombre de Andrea Evangelina Rodríguez el Hospital Maternidad San Lorenzo de Los Mina.

Según el documento, al llegar al país, Evangelina estableció su consultorio en un sector de San Pedro de Macorís. Una semana después de su llegada, implementó un programa materno-infantil que denominó “La gota de Leche”, a través del cual se proporcionaba a las madres leche para sus bebés.

Esta destacada profesional de la medicina estableció un servicio de obstetricia dedicado a la realización de exámenes tanto pre como postnatales, además de impartir cursos de actualización a las parteras. Promovió la planificación familiar, abogó por la inclusión de la educación sexual en las instituciones educativas y también puso en marcha un programa de prevención de enfermedades venéreas, entre otras acciones.

Abigail Mejía

En la República Dominicana, al igual que en diversas naciones del mundo, emergieron movimientos feministas que reivindicaron el reconocimiento de sus derechos civiles y políticos en la sociedad. Un ejemplo notable es el Club “Nosotras”, fundado el 14 de junio de 1927, bajo el lema “Unión y Perseverancia”. Su propósito era “fomentar el espíritu de solidaridad, abogar por el bienestar del niño y de la mujer, y crear un entorno propicio para todas las expresiones culturales”.

Años más tarde, en 1931 se crea Acción Feminista Dominicana, (AFD), primera corriente feminista, impulsada por Abigail Mejía, destacada intelectual dominicana, que perseguía el derecho al voto de la mujer dominicana y quien lanzó el “Primer Manifiesto Feminista Dominicano”, el 14 de mayo de 1931, reclamando el derecho a la igualdad de género en la Constitución de la República. Junto con ella trabajaron destacadas artistas y maestras normales, tales como Gladys de los Santos Novoa, Elpidia Gautier, Livia Veloz, Delia Weber, Petronila Angélica Gómez, Ercilia Pepín, Carmen González de Peynado, Patricia Mella del Monte, Amada Nivar de Pittaluga, Celeste Woss y Gil, entre muchas otras. Finalmente, las sufragistas obtuvieron el derecho al voto en 1942.

Evangelina Rodríguez, primera mujer dominicana en obtener el título de doctora en medicina el 29 de diciembre de 1911.

¿Quién fue esta sufragista?

Educadora, escritora y defensora de la democracia dominicana. Emigró muy joven a España junto a su madre, y estudió en la Escuela Normal de Maestras de Barcelona, donde recibió el título de Maestra Normal. Al enterarse de la intervención yanqui en el país de 1916, comenzó la publicación de diferentes artículos de protesta, muchos de los cuales fueron publicados en Hojas Secretas y La Vanguardia de Barcelona, entre los años 1918-1922, y en el Imparcial de Puerto Rico. Además, fue articulista en el Listín Diario, y como escritora, incursionó en relatos, crónicas, novelas, biografías y poesías.

Abigail contrajo matrimonio el 10 de agosto de 1930 con el comerciante Senén Fernández Valle, inmigrante asturiano, con quien solo duró ocho años y procreó su único hijo, Abel Fernández Mejía. En ese entonces, Abigail impartía clase en dos Escuelas Normales de esta ciudad, como profesora de Historia de la Literatura Castellana y dominicana.

Entre los años (1933-1941), fue designada directora del Museo Nacional y fue miembro de la sección de Historia del Ateneo Dominicano. Esta brillante intelectual nació el 15 de abril de 1895. Fueron sus padres doña Carlota Soliere De Windt, de origen curazoleña, y Juan Tomás Mejía Cotes, abogado dominicano. Su madre, doña Carlota, fue una de las primeras mujeres en divorciarse en la República Dominicana, en 1905.

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