La sequía que azotaba el país provocó una merma notable en el suministro del agua y graves daños en la producción agropecuaria, dando como resultado un alza en los precios de los productos de primera necesidad
A principios del mes de julio de 1973 la ciudad de Santo Domingo pasó por una fuerte escasez de agua que se prolongó por más de dos semanas, fue una de las más largas registradas en la historia del país. Por tal motivo la Zona Retro de esta semana será acerca ese tópico.
La sequía por la que atravesaba el país trajo consigo una fuerte escasez en el suministro del agua, que comenzó a sentirse a partir del día 05 de julio de 1973, cuando residentes de distintos sectores de esta ciudad se toparon con la sorpresa de que no contaban con suministro de agua suficiente para realizar sus actividades cotidianas.
El desabastecimiento del preciado líquido causó un malestar general en la ciudadanía, que ante dicha situación se vio obligada a tener que comprar agua a los camiones tanques de distribución para poder surtirse.
Causas de la Escasez
La causa principal de la crisis en el abastecimiento de agua fue la falta de lluvias sobre las cabeceras de los ríos. En ese momento el Acueducto de Santo Domingo registraba un déficit de 14 millones de galones de agua.
El director técnico del Acueducto de Santo Domingo en ese momento, Arturo Pellerano, informaba que el acueducto que tenía un ingreso normal de 70 millones de galones para suplir a la población, solo estaba recibiendo unos 56 millones de galones de agua.
Pellerano también llamaba a los usuarios de la capital a que economizaran el líquido a fin de conjurar en parte la escasez.
Otra causa de la merma del suministro del agua en algunos barrios de la capital, fue el uso indiscriminado de los hidrantes por parte de los camiones – tanques, que extraían el líquido para comercializarlo hasta 10 veces al día.
Consecuencias de la escasez
La escasez provocó un alza en los precios de muchos productos agrícolas básicos de la alimentación del dominicano como: la soja, el maíz, el trigo, frijoles, entre otros. El país ante la imposibilidad de autosatisfacer la demandada local de los productos mencionados anteriormente recurrió a la importación de los mismos, lo que aumentó su valor en el mercado.
A la escasez se le sumó el déficit mundial de la producción de fertilizantes y granos lo que trajo como consecuencia un considerable aumento en los precios de las carnes de pollo y res, así como también de la leche y sus derivados.
Otra consecuencia, fue la muerte de una cantidad considerable de reses en la parte Este del país a causa de que todos los pastos de la región se encontraban secos y los animales morían del hambre, aseguraba el doctor Jesús Librado Hernández. Librado Hernández daba como solución a la problemática, comprar al Central Romana Corporation los bagazos y la melaza de la caña para alimentar a sus reses.
El 14 de julio, el subsecretario de Agricultura, Francisco Gómez Estrella, pronosticaba una escasez de plátano, yuca, ñame, batata y otros víveres. También llamaba al gobierno a parar las exportaciones de estos rubros para que el país no se quedara desabastecido en ese aspecto.
Solución a la escasez
Para hacerle frente a la desesperante escasez, el gobierno planteó como solución provocar lluvias mediante le bombardeo de nubes con hielo seco. El bombardeo sería realizado por aviones militares de la Fuerza Aérea de República Dominicana (FARD).
La coordinación del plan de bombardeo estaba a cargo de la FARD, la dirección de Meteorología y el cabildo local. Antes de efectuarse el bombardeo Meteorología detectaría las nubes que fueran más susceptibles de producir lluvias.
Otra solución que brindo el estado fue la contratación de 60 camiones tanques para que repartieran agua en diferentes sectores de la ciudad.
Fin de la escasez
La prolongada escasez fue mermando hasta culminar a finales de julio, luego de que se registraran lluvias en ciertas zonas del país que apaciguaron el déficit de agua. Por los estragos causados ha sido una de las peores de la historia.