Joaquín Balaguer no desea reelección, Un Cibaeño en NY y Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR)
“Doctor Balaguer reitera no aspira ser reelegido”
Esta noticia fue publicada en primera plana el 3 de enero de 1967, en la que se reseña el rechazo del presidente Joaquín Balaguer a una posible reelección presidencial para las elecciones de 1970. El líder Reformista fijó su postura al pronunciar un discurso el 5 de diciembre de 1966, en el que exponía algunas medidas que su Gobierno estaría ejecutando a principios del año 1967. Asimismo expresó que “la Constitución, en época de crisis como la actual, tiene que frenar el abuso de las autoridades sin favorecer el de los hombres o el de los partidos en cuyo beneficio se establecen las garantías ciudadanas”.
A pesar de sus declaraciones en torno al tema, en 1969 se lanzó como candidato presidencial del Partido Reformista, luego del rompimiento que tuvo con el vicepresidente de la República y fundador del partido “colorao”, Francisco Augusto Lora, quien luego de la ruptura con Balaguer pronunció un discurso y dijo que “la reelección es una hidra de siete cabezas”.
Balaguer logró ganar las elecciones de 1970 junto a su partido y el Movimiento Nacional de la Juventud. La misma historia se volvió a repetir cuando se reeligió en los comicios de 1974, teniendo como único opositor al minúsculo Partido Demócrata Popular, presidido por Luis Homero Lajara Burgos. Al finalizar ese período de mando en 1977, volvió a postularse para las elecciones de mayo 1978. Pero no corrió con la misma suerte que en años anteriores, ya que su contrincante, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Antonio Guzmán, lo desplazó del poder. Se recuerda que Joaquín Balaguer gobernó el país por tres períodos consecutivos, al que se le conoce como los “12 Años de Balaguer”.
Centro de Rehabilitación inaugura edificio
Este proyecto nace con la necesidad de servir, pero sobre todo de erradicar la enfermedad poliomielitis que había en el país en 1959. La persona que dio inicio a lo que es hoy la Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR) es doña Mary Pérez de Marranzini, quien decidió unir sus fuerzas junto a la de otras personas para crear el lugar donde cientos de dominicanos acuden diariamente a buscar ayuda para sus diferentes condiciones de discapacidad física, aunque una de las razones principales de la creación de este centro es que su hijo Celso Marranzini fue uno de los afectados por esa enfermedad.
El Centro quedó oficialmente instituido en 1963 con el decreto No. 126 del Poder Ejecutivo del 20 de abril de ese mismo año y operaba en un local de 20 metros, ubicado en la avenida Duarte esquina Padre Castellanos. La institución duró muy poco en aquel lugar, debido a que cada vez el espacio se hacía más pequeño por la demanda de los pacientes; pues a raíz de eso se inició la construcción de un nuevo edificio, con un costo que ascendía a los 67 mil pesos, donde seguirían con los servicio de fisioterapia. El nuevo local fue inaugurado el 29 de enero de 1967 en Santo Domingo, en la calle Mary Pérez Viuda Marranzini, esquina Leopoldo Navarro, en Miraflores donde funciona hasta la actualidad.
La obra fue un éxito gracias a la donación que realizó la Iglesia Católica dominicana; la Organización de Estados Americanos, y el Gobierno Dominicano, que además donó el terreno para su construcción. Los profesionales con los que contaba ADR en ese momento se resumían a cinco médicos para cubrir todos los servicios que ese importante centro de rehabilitación demandaba.
Filman película “Un Cibaeño en NY”
La foto que acompaña estas notas pertenece a los actores dominicanos Yoyito Cabrera y Teresita Basilis, en una de las escenas de la película “Un Cibaeño en Nueva York”. La dirección técnica estuvo a cargo del dominicano Domingo Brown. Esta película era una de las tres que se estaban filmando en español en la Gran Manzana. Participaron además en esta producción, los artistas puertorriqueños José Sanabria, Freddy Báez y William Valentín Rico. La misma narra las peripecias de un Cibaeño en la “Babel de Hierro”.