Novedades Navideñas: superando contratiempos económicos en 1990

A pesar de que en la Navidad de 1990 las actividades comenzaron un poco tarde debido a la paralización del Sistema de Reintegro de Divisas, tiendas como Haché ofrecían una amplia variedad de mercancías importadas para satisfacer la demanda de los clientes. El administrador de Casa Haché mencionó que durante estas festividades convirtieron sus tiendas en todo un evento especial, teniendo en cuenta la situación económica del país. Destacó, además, que esto fue posible gracias a las facilidades ofrecidas por la Dirección de Aduanas. Especialmente para las amas de casa, que tenían acceso a una atractiva variedad de vajillas, hieleras, alfombras y adornos, así como para los niños en el área de juguetes.

Regalía: Una luz en medio de la tormenta económica en 1990

A diferencia de los últimos años, en los cuales se pagaba “el doble o regalía pascual” a principios de diciembre, en el año 1990 algunas dependencias, tanto oficiales como privadas, tuvieron que esperar hasta el 24 de diciembre para que sus empleados recibieran sus pagos, debido a retrasos en la nómina y otras complicaciones. Además, el entonces tesorero nacional, licenciado Julio Reyes Bisonó, anunció que los préstamos para los servidores del Estado podrían iniciar incluso el día 28, ya que no se habían comenzado a tramitar. En una entrevista, el funcionario aclaró que las instituciones que enviaron sus nóminas con anticipación recibirían la regalía en las primeras horas del 24 de diciembre. En este sentido, recalcó que el personal de la Tesorería laboró de manera extraordinaria para que los cheques pudieran ser entregados en la mañana de Nochebuena.

Regalo de navidad a los dominicanos

En la Navidad de 1990, se inauguró el Museo de las Atarazanas, exhibiendo valiosas colecciones de objetos rescatados del mar, algunos de ellos únicos en el mundo. El museo se ubicaba en la Zona Colonial. El evento contó con la presencia del entonces Presidente de la República, el doctor Joaquín Balaguer. La introducción al acto estuvo a cargo del arquitecto Eugenio Pérez Montás, presidente de la Comisión de Rescate Arqueológico Submarino y director del Museo de las Casas Reales. Entre las piezas exhibidas se encontraban vajillas de la dinastía Ming, piezas de cristalería, monedas de plata, utensilios de marfil y hueso, así como otros objetos de gran interés en el ámbito de la arqueología submarina mundial. Estas piezas fueron obtenidas de los buques Nuestra Señora de la Concepción, Conde de Tolosa, Nuestra Señora de Guadalupe, Scipión, Imperial y Diómedes.

Mesas inmutables: una tradición que perdura a través de los años

Como cada año, la mayoría de las familias dominicanas se preparaban para celebrar la tradicional Navidad o “Nochebuena”, en la cual, a través de una cena, se rememoraba el nacimiento del hijo de Dios. Durante esta festividad, las personas aprovechaban la ocasión para reflexionar, orar, dar y recibir amor, así como visitar a amigos y familiares. Sin embargo, como siempre, lo más esperado en estas reuniones eran los platos ricos y apetitosos que representaban las festividades y la cultura dominicana. A pesar de que la Navidad del año 1990 fue considerada “fría” en términos populares, debido a la precaria situación económica que existía, pocas familias pudieron darse el lujo de disfrutar de una mesa navideña completa. No obstante, algunos elementos eran indispensables y muchas familias se centraban en ellos antes de preparar cualquier otra cosa. Esto incluía, por ejemplo, el cerdo, las golosinas y frutas, así como los ponches.


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