Monseñor Tomás F. Reilly era considerado uno de los dignatarios de la iglesia en el país que había mantenido una postura decidida durante la tiranía trujillista, y tras 16 años de arduo trabajo fue designado primer obispo.

Los presidentes de la República Dominicana en su mayoría han tenido buenas y cercanas relaciones con la Iglesia Católica durante sus mandatos. En esta ocasión, la Zona Retro rememora la institución como el primer obispo de la diócesis de San Juan de la Maguana, monseñor Tomás Reilly, quien reveló que el ex presidente Balaguer le había salvado la vida en una ocasión.

Consagración

Mediante una ceremonia donde se leyó a la bula de Pablo Sexto que establecía la nueva diócesis, en sustitución de la prelatura nullius, se llevó a cabo la consagración de Monseñor Reilly como primer ministro de la diócesis de San Juan de la Maguana.

La ceremonia fue realizada por el nuncio de su Santidad, Antonio Del Giudice, en presencia de los más altos dignatarios católicos del país. También estuvieron presentes prelados y sacerdotes de Puerto Rico y Estados Unidos, así como el Presidente de la República, doctor Joaquín Balaguer.

Asistieron además, el viceprovincial de los Padres Redentoristas, Robert Feely; monseñor José Octavio Rodríguez, canciller del Arzobispado de Santo Domingo; monseñor Eduardo Ross, y monseñor Pascual Peñarrocha, vicario general de la diócesis de San Juan de la Maguana.

Llegada del Presidente

El Presidente Balaguer llegó a la iglesia a las 10:20 de la mañana, acompañado del secretario de las Fuerzas Armadas, general Enrique Pérez y Pérez, y por otros funcionarios civiles y militares, entre los que figuraban las gobernadoras de San Juan de la Maguana y de Elías Piña, señoras Josefina Portes de Valenzuela y Ana Valentina Rosa de Moreta, respectivamente.

El obispo le dio la bienvenida al doctor Balaguer desde el pulpito de la iglesia parroquial, al inicio de la ceremonia. Luego de que el mandatario ingresara al templo tras recibir aplausos de un grupo de personas que lo esperaron en el parque central.

En este sentido, se ofreció una misa concelebrada, presidida por el Nuncio del Giudice, monseñor Octavio A. Veras, primado de América; Juan A Flores, obispo de La Vega; Juan Feliz Pepén, obispo de Higuey; Roque Adames Rodríguez, de Santiago y el arzobispo coadjutor Hugo E. Polanco Brito.

En adición a estos, el obispo auxiliar de New York, monseñor James McManus; Juan de Dios López, obispo auxiliar de San Juan, Puerto Rico.

Titular publicado por el periódico ElCaribe, sobre la instalación de la diócesis de San Juan de la Maguana y la consagración de monseñor Reilly.

La revelación

El prelado católico formuló una declaración durante la institución, donde expresó que el Presidente Joaquín Balaguer había actuado de manera decidida para salvarle la vida el 31 de mayo de 1961.
“En tiempos difíciles para él, en el año de 1962, cuando estaba en asilo político, tuve la oportunidad de hacerle visitas”, expresó Reilly, refiriéndose al doctor Balaguer.

En este sentido, señaló que en esos últimos años (cercanos a la fecha, década del 1950-60), El Presidente Balaguer y él habían podido “colaborar eficazmente, en especial en beneficio de las clases más necesitadas del Sur”.

Por otra parte, recordó las horas “amargas y oscuras” que pasó en el país al día siguiente de que un grupo de dominicanos ajusticiaron al tirado Rafael Leónidas Trujillo.

El obispo Reilly era considerado como uno de los dignatarios de la iglesia católica en el país que mantuvo una postura decidida en el país durante la dictadura trujillista.

Prelados que participaron en el oficio de la misa concelebrada con motivo de la consagración del primer obispo de la diócesis de San Juan de la Maguana, monseñor Tomás F. Reilly.

Trayectoria de Reilly en el Sur

La gratitud permanecía en Monseñor Reilly mientras recordaba a la audiencia que hace 16 años se inició en el Sur una nueva jurisdicción eclesiástica en San Juan de la Maguana. Seguido, indicó que fue parte de la labor en las divisiones de la arquidiócesis, “y muy a favor de las nuevas jurisdicciones de Santiago y de La Vega”.

“Sin embargo, consideraba que era demasiado temprano para establecer San Juan como una nueva y separada jurisdicción”, y añadió: “A pesar de ello, hemos logrado sobrevivir y avanzar a una etapa más desarrollada”.

Monseñor Reilly había expresado las gracias a sus amigos, en nombre del conglomerado de San Juan de la Maguana. También aludió a la persona del nuncio Del Giudice, de quien dijo que “estaba unido con ellos desde el año 1961”. Tiempo que definió como un periodo de muchos conflictos y tiempo de persecución.

En cuanto al estado

En relación al gobierno, reiteró la cooperación en campos como la salud y la educación de los pobres, así como en la promoción de la felicidad.

Al mismo tiempo, reconoció la ayuda que había recibido de la región por parte de los superiores de los Capuchinos, de los padres de Scarboro, los Redentoristas, los del Inmaculado Corazón de María y de las hermanas Dominicanas, Franciscanas, Carmelitas y de las Hijas de Caridad y perpetro Socorro.

Al finalizar la ceremonia, Reilly fue felicitado por el Presidente Balaguer. El jefe del Estado recibió los saludos de los dignatarios eclesiásticos presentes.

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