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La poetisa logró destacarse en una época en la cual el mundo de la literatura estaba predominado por hombres y la participación femenina era casi nula
El próximo día 18 se cumplirán 104 años del natalicio de la poetisa y novelista dominicana Aida Cartagena Portalatín, una de las pocas escritoras dominicanas de la primera mitad del siglo XX que logró levantar e imponer enérgicamente su voz en un medio literario predominantemente masculino. Por tal motivo el reportaje de la Zona Retro de esta semana será acerca de su vida.
Aida Cartagena Portalatín nació en Moca, provincia Espaillat, el 18 de junio de 1918, fue una poetisa y novelista que por sus aportes a la literatura es catalogada como un símbolo de las letras dominicanas. Sus padres fueron el señor Felipe Cartagena y la señora Olimpia Portalatín.
La poetisa logró destacarse en una época en la cual el mundo de la literatura estaba predominado por hombres y la participación femenina era casi nula, no obstante esto, se convirtió en un referente de la literatura para las nuevas generaciones.
Sus primeros años
La infancia de Aida transcurrió entre las ciudades de Moca y La Vega a los 12 años cumplidos se trasladó a Santo Domingo, a resir con una de sus tías. Tiempo después decide retornar a su natal Moca, allí culminó sus estudios de secundaria.
Luego de haber culminado sus estudios secundarios, Cartagena Portalatín ingresa a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), para realizar una licenciatura en Humanidades. Obteniendo su título en el 1943.
En el año 1963, ya siendo una licenciada en humanidades decide partir a Francia, específicamente a París para realizar un postgrado en Teorías de las Artes Plásticas y en Museología en la Escuela de Louvre.
Durante su permanecía en Francia se interesó por el arte negro y de los pueblos ágrafos del cono sur africano, al igual que el movimiento literario de la negritud y el movimiento negro de Harlem.
Vida profesional
Aida Cartagena Portalatín publicó su primer trabajo a los 23 años de edad en una revista literaria de Lima, Perú, y se llamó “La Canción sin Palabras”, mientras que en el país su primera publicación fue “Vísperas del Sueño, de Sueño al Mundo y Llámale Verde”. De acuerdo con la propia Aida, sus primeros escritos estaban llenos de ensueños, mariposas, flores y otras cosas bonitas; luego comenzó a escribir de las circunstancias de cada época.
Dentro del repertorio de “La Novia del Periodismo” , como también se le conocía, podemos encontrar escritos como: “Memorias Negras”, “Yania en la Tierra”, “La Voz Desatada”, “Rebeldes con Causa”, “La Tarde que Murió Estefanía”, “Debajo del Agua”, “Una Mujer está Sola”, primera obra femenina en el país; “Escalera para Electra”, entre otras.
La novela “Escalera para Electra” fue una de sus obras más importantes, para el año 1987 figuraba como texto en 18 universidades de los Estados Unidos y es considerada por algunos, como una de las 10 novelas más importantes de nuestra historia literaria. La obra estuvo entre los finalistas del Premio Biblioteca Breve que realizara la editorial Seix Barral en España, en el año 1969.
Aida fungió como encargada del Departamento para Asuntos Latinoamericanos y presidenta de la Comisión de Estudios de Artes y Restauración de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Para el año 1975, Cartagena Portalatín realiza una gira por varios países africanos, en donde visita la universidad de Loanium en Zaire, el Instituto de Estudios Africanos en Kinskasa; participó en el festival de las Culturas Neoafricanas en Dakar, entre otras actividades culturales.
Muerte inesperada
La noche del 03 de junio de 1994 Aida empacaría sus maletas para partir de este mundo terrenal a la edad de 76 años. Su deceso se produjo a causa de un infarto cardiorrespiratorio mientras estaba en su residencia en el sector de Gazcue.
Meses antes a su partida La fuste poeta había sufrido una fractura en la cadera que la mantenía convaleciente y alejada de sus actividades normales.
Aida, quien era la mayor de siete hermanos, al momento de su muerte era una docente que impartía cátedras de Historia del Arte, Arte Colonial e Historia de la Civilización en el departamento de Artes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), su Alma Mater.
Sus restos fueron velados en la funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln, donde se dieron cita varios intelectuales como Freddy Gatón Arce y Ana Dolores Camacho. Su cuerpo fue sepultado al día siguiente.
La intelectual nunca contrajo matrimonio y le sobrevivieron sus hermanos Ariel, Marina, Altagracia, Olimpia, y Antonio Cartagena Portalatín; al igual que sus sobrinas e hijas de crianza, Mayra, Olimpia y Manuela Cartagena Salomón.
“Una Mujer está Sola” (Fragmento)
“Una mujer está sola. Sola con su estatura.
Con los ojos abiertos. Con los brazos abiertos.
Con el corazón abierto como un silencio ancho.
Espera en la desesperada y desesperante noche
sin perder la esperanza.
Piensa que está en el bajel almirante
con la luz más triste de la creación.
Ya izó velas y se dejó llevar por el viento
del Norte con la figura acelerada ante los ojos del amor.
Una mujer está sola. Sujetando con sus sueños sus sueños,
los sueños que le restan y todo el cielo
de Antillas.”