Un logo debe cuamplir con todos los requisitos y leyes de la comunicación visual y debe ser original y concreto
El concepto de “marca país” es un invento de la publicidad moderna al que se le incluye un logo que viene a reemplazar la bandera o el escudo, como símbolo, de cada nación.
Los elementos para hacer una buena publicidad van más allá de un logo marca país que hoy se cree es una fórmula mágica para que sirva de atracción a los turistas que parece solo esperan que salga en sus pantallas para meter en una mochila un traje de baño, un par de calipsos, tres camisetas I LOVE N.Y., un short, una camarita, quince cajas de chicles y un frasco con pastillas de cloroquina contra el COVID-19 recomendadas por su sapientísimo presidente.
Hace poco tiempo pude admirar en Quebec, una campaña publicitaria cubana. En las vallas se veían escenas de niños canadienses jugando con sus castillos de arenas en alguna playa, un cielo azul encendido con un toquecito de Photoshop y una frasecita al pie de la valla: CUBA SÍ. No había logo de marca país ni nada que se le parezca.
No hay nada que se identifique con el nombre de Cuba que no sea la isla mayor del mar Caribe. El CUBA SÍ viene de aquel viejo slogan de principio de la Revolución: CUBA SÍ, YANQUIS NO que se internacionalizó. Evidentemente que la fotografía no fue tomada por un chimichurri. Millones de turistas la visitan, por sus playas, su publicidad y su seguridad.
Pero ahora que se puso de moda el logo para la marca país, debe cumplir con todos los requisitos y leyes de la comunicación visual. Si un logo va a representar un país, lo lógico es que sea original y que sea una síntesis visual de lo que representa. Claro que si alguien que no merece que un ilustrador de renombre le haga un logo a un comité improvisado de cualquier pendejá, vale dárselo a un aprendiz, aunque lo plagie de la guía telefónica.
Pero un logo serio, bien pago, de una institución importante, requiere de talento y creatividad. En muchos casos un logo es un simple símbolo, pero original y que se distingue de todos los símbolos existentes. Por ejemplo, la casa Mercedes Benz eligió el círculo con una estrella de tres puntas en el interior o al revés, una estrella de tres puntas enmarcada en un círculo.
En el caso de los países, muchos han continuado usando sus banderas como marca país, como es el caso de Inglaterra y Japón.
Ahora que Luis Abinader lanza el logo de la marca país, ha causado sorpresa por dos razones: 1. Todavía no hemos salido de la pandemia del COVID-19 con muchísimos problemas de espacios hospitalarios y medicamentos y lucha por aislar y distanciar a la gente, lo que ocurre solo en los bancos, y lanzamos una campaña para que vengan los turistas que aun no han superado la pandemia en sus propios países. Y 2. Las acusaciones de que el logo que costó un dineral, es un plagio.
En una comunicación a los medios, la empresa mexicana que se asoció con Kraneo, la dominicana, explica y asegura que el logo no es un plagio.
No es el primer logo de una marca país que se ve envuelto en esa situación. En efecto, cuando el logo marca país de Honduras se dio a conocer, inmediatamente se publicaron los logos casi idénticos de IMBART, MULTICULOR Y VIVIDWAYS. Lo mismo ocurrió cuando en el 2018 la Argentina de Macri quiso cambiar su logo. En vez de una especie de cáscara de guineo azul, ahora sería un simple círculo azul con una A en la mitad inferior, pero que resultó ser igualito que el de MASHABLE, minutos más, minutos menos. Claro, con una M.
A mediados de los 80, ocurrió que Efraím Castillo, director de la Publicitaria Síntesis, me mostró un logo y me pidió mi opinión.
-Comander, pero ese es el logo de las cámaras Olimpia.
El Comandante me miró con ojos de Santo Tomás y no tuve más remedio que aparecerme al día siguiente con una revista Playboy donde había un anuncio de Olimpia.
Hoy día es más fácil detectar esos plagios porque todo está en internet, menos casi.
Para que un plagio se convierta en tal, el plagiado debe presentar la obra original y probar que es de fecha anterior al plagiador en caso de que no se haya publicado en algún medio. Pero independientemente de los aspectos legales que al parecer se rigen por las leyes del Arte Contemporáneo que legitima las imitaciones y repeticiones como algo normal, es evidente que el logo marca país de la República Dominicana salió de la K presentada como obra de Iván Bobrov, un ruso que vive en Kimbamba. Desglosemos por parte: la R es igual a la K pero sin el primer gancho y la D está compuesta por ese gancho más la mitad derecha de la R pero invertida horizontalmente. Por otro lado, ni el color nos acerca a nada identificable con el país y menos los colores de la bandera.
De los mejores logos, por la síntesis simbólica del país y la belleza, elijo el de Australia, Italia y Perú. Quien piensa en Australia y que posea un mínimo de cultura general, se imagina inmediatamente un canguro. De manera que incluirlo en el logo marca país es sencillamente genial.
La forma en que la bandera se mezcla con el nombre ITALIA le da una fuerza de identidad reconocible fácilmente.
El de Perú se simplifica con la palabra del país, PERÚ, con una P sacada de uno de los símbolos del territorio Nazca donde se ven, a vuelo de avión, o de pájaro si usted tiene un águila como Tarzán, algunos animales gigantescos realizados en el desierto y que algunos despistados atribuyen, sin la mínima prueba, a obras de extraterrestres para negar el talento y la capacidad creativa de esas civilizaciones. La de Canadá es buena elección de la hoja de arce que cubre todo el territorio en un otoño mágico y que es el escudo de su bandera, pero la ejecución es pobre. Es interesante el de España con elementos de la pintura de Miró. El de Ecuador es muy cargado y el de Panamá ilegible. Muy simple y sobrio el de Haití con el rejuego en creole.
¿Qué nos representa a los dominicanos que pueda ser reconocible como un símbolo de identificación inconfundible? ¿Un plátano como hacen los peloteros alardeando de su Power? ¿Un pedazo de mar turquesa?, ¿El Monumento de Santiago como la torre Eiffel identifica a París?
¿Puede un publicista mexicano saberlo mejor que uno dominicano? Sin chauvinismo. ¿Puede un logo que se haga a partir de otro costar un millón de pesos?
Hay que recordar que en el país existen agencias publicitarias e ilustradores formados en las universidades UASD, O&M, PUCMM, etc. y en las escuelas de Bellas Artes. Creemos tan poco en lo nuestro que reducimos de 60 mil pesos a 10 mil la subvención a la Alianza Cibaeña, fundada hace más de un siglo como biblioteca pública, también a Amantes de la Luz, Casa de Arte. Desmantelamos el Centro de la Cultura sustituida por compañías de artes fantasmas y corren los rumores de que se piensa crear la residencia presidencial para el “gobierno en Santiago” en la actual Escuela de Bellas Artes. No sabemos si se redujo la cuota al Centro León.
Nos orgullece, como marca país e identidad personal, tener “visa americana” y cuando regresamos de “lo Nueva Yore”, como Juanita, se lo estrujamos en la cara a los que nunca han visto ni siquiera el mar, como la gran vaina. Esa marca país, de gente buena que le da un “plato de comía” a cuaiquiera, nos la sellaron en un cachete de nalga como a las vacas. Y es amplia como para que se reduzca a dos letras coloretiá que no representan na. Sí, es amplia nuestra marca, aparte de llevar el negro detrás de la oreja y negarlo achacándoselo a los haitianos, negando nuestros orígenes africanos como viene repitiendo Dagoberto Tejeda desde que Montesino se cansó de gritar. Es grande nuestra marca país y hay que tener muchas fibras para poder meter todas esas cosas que nos hacen únicos, que nos hacen los que lo sabemos todo y más allá, lo que podemos arreglar lo que sea, aunque lo dañemos, los que arrasamos con to cuando nos dan un puestecito para no hacer quedar mal a Balaguer. Sí, hay que meter en esa marca país la avivatéz nuestra y única que heredamos de Colón y los ladrones y condenados que reiniciaron el país después de masacrar a los indígenas tipo Evo Morales. ¿Qué más podemos mostrar en esa marca país? ¿la forma de manejar como chivos sin ley, sin respetar nada, y comiéndonos los semáforos a la hora que sea? O quizás habría que meter en el logo la vitilla, preámbulo de nuestro mayor pasatiempo: el beisbol, sin olvidar la fábrica de bailarinas de Mao que hemos enlatado para enviarlas a Europa. ¿Los tostones?
Estamos marcados, mostremos nuestras nalgas, ahí esta nuestra marca país.