Siempre auspició la descentralización administrativa del gobierno
Si fuéramos a buscar un sinónimo de la palabra Ética en un diccionario, creo que Ulises Francisco Espaillat sería el primer resultado de nuestra búsqueda, por su intachable legado en la política dominicana.
Espaillat fue un digno patriota dominicano, desde muy temprano demostró su fervor revolucionario, destacándose en luchas restauradoras como la denominada Revolución del Tabaco en el 1857, y otras lides libertarias de la época.
Primeros años de vida
Ulises Francisco Espaillat Quiñones, nació en Santiago de los Caballeros el 9 de febrero de 1823, fruto del matrimonio de don Pedro Ramón Espaillat y María Petronila Quiñones. Según datos históricos, en el acta bautismal de Ulises Francisco Espaillat, este figura con el nombre de Pedro Ulises en vez de Ulises Francisco.
Desde muy joven, Espaillat acogió ideales de servicio, sacrifico y de patriotismo, que junto a su inagotable disposición a la voz del deber, junto a sus convicciones morales e intelectuales lo convirtieron en un modelo ideal para sus contemporáneos.
Siendo apenas un mancebo, Ulises decidió adoptar el credo liberal, caracterizado por el pensamiento independentista, para actuar políticamente. Al igual que Duarte, Ulises siempre deseó ver independiente al país de toda potencia extranjera y sin protectorados, ya que confiaba que la República Dominicana podía progresar por sus propias fuerzas internas.
Vida Política
La vida de don Ulises es sumamente interesante, es una especie de anecdotario donde se registra su personalidad filantrópica, idealista y soñadora de una patria mejor.
Ulises fue un civilista ejemplar, de acuerdo con autores era callado y resignado republicano, que en principio se mantuvo renuente a participar en los ajetreos políticos cotidiana de la época, prefirió pulir un pensamiento cívico desde las modestas instalaciones de su farmacia.
Espaillat tuvo una carrera política exitosa, debido a su brillante pensamiento de consciencia civilista y patriótica. Fue una figura prominente del Gobierno de la Restauración del 1863, él mismo firmó el Acta de Independencia en contra del dominio español en Santiago de los Caballeros.
En el año 1864, un año luego de la muerte del también patriota Matías Ramón Mella, Ulises Espaillat asume la vicepresidencia, cargo que ocupó hasta enero de 1865, posterior a los años de la restauración Espaillat rechazó los nombramientos en funciones locales de Santiago.
Francisco era un patriota a carta cabal, por lo que fue un gran opositor del régimen de Horacio Báez y sus simpatizantes, quienes saludaban la idea de una anexión con los Estados Unidos de Norte América, por lo que, en el año 1870, durante el período Baecista, Ulises fue perseguido, asediado y posteriormente encarcelado, permaneciendo cautivo durante seis años.
En marzo del año 1876, ya en total libertad, Ulises Espaillat es elegido como Presidente de la República contando con el respaldo del Partido Azul, liderado por el prócer Gregorio Luperón. Su juramentación se llevó a cabo un mes después, en abril, específicamente el día 29. Ocupó el cargo hasta octubre del mismo año, ya que debido a presiones militares se vio forzado a abandonar el mismo. Al igual que él, su gobierno se caracterizó por ser de profundas convicciones éticas y de respeto absoluto a las libertades públicas.
Descentralización del Gobierno
Una de las ideologías Ulises Espaillat era la descentralización del gobierno, siempre ponderó la relación entre la sociedad civil y la sociedad política.
Fallecimiento
Ulises Francisco Espaillat murió en Santiago rodeado de la admiración y el respeto de todos sus compueblanos, el 25 de abril de 1878, víctima de una infección aguda en la garganta conocida como difteria.
Legado ético
Espaillat Quiñones es de las figuras proceras de la República Dominicana que debe ser un paradigma para emular por cada generación de nuestro país, sobre todo en el escenario político en que tanto hace falta personas como don Ulises.
Ulises fue un hombre puro que jamás buscó ni quiso el poder, ni cargos gubernamentales para su benéfico particular, ni tampoco los utilizó como instrumento para ascender social, política o económicamente. Cuando ocupó cargos electivos lo hizo por puro patriotismo, no por favorecer amigos, grupos políticos o familiares. Destacándose en toda circunstancia por su abnegación, desprendimiento y cumplimiento del deber.
Es casi imposible, por no decir totalmente, encontrar una actitud en la vida pública de Espaillat en la cual no se perciba su amor sin reservas por su patria.
Frank Moya Pons asegura que: “No hay una sola hoja en la vida de Espaillat que no respire amor a la patria y dedicación a su engrandecimiento. De ahí que su actuación en los acontecimientos nacionales y su quehacer en la cosa pública tuvieron como motor principal su dedicación a su adorada nación”.
Como patriota sincero, honesto y fiel a sus convicciones ideológicas, optó por defender el bien común, la justica, la verdad y la libertad sin importar las consecuencias. Su voz a pesar de fuerte intentos no fue callada, por el contrario, fue una especie de faro que ilumino fuertemente denunciando los males y contratiempos causados por mandones sin escrúpulos y principios éticos.
Por su intachable comportamiento como ciudadano y transparente carrera como político, así como también ser un hombre de ideales que favorecen al bienestar colectivo, cada 29 de abril en el país se celebra el Día Nacional de la Ética Ciudadana en Honor al gran Ulises Francisco Espaillat, quien afirmaba que:
“La ley y solamente la ley estaba llamada a salvar esta sociedad. Es preciso, es indispensable que la justicia sea el instrumento de la verdad”.