Salomón, “Turquito”, Haddad dejó el andullo en un rincón de la oscura estancia, respiró a pleno pulmón, deseando llenarse de la amenazante brisa a chubascos que atravesaba la ciudad de Santiago de los Caballeros de un extremo a otro. – ¡Yo te lo dije, Desiderio, ese hombre no te traga, porque sabe que tú eres guapo, que tú no juegas pa’ tumbalo!
Otto Oscar Milanese

El pasado 30 de mayo, la República Dominicana conmemoró el 60 aniversario del ajusticiamiento del tirano Rafael Leónidas Trujillo Molina. Con motivo de dicha conmemoración, el presidente Luis Abinader emitió el Decreto 335-21, declarando el 30 de mayo de cada año el Día de la Libertad, en homenaje a la resistencia nacional y a las víctimas de asesinatos, desapariciones, torturas, abusos y desmanes cometidos contra el patrimonio del estado dominicano durante los 31 años de gobierno dictatorial. Uno de esos personajes que al inicio de la dictadura se opuso al régimen de Trujillo y fue asesinado fue Salomón Haddad.

Apodado el “Turquito”, Salomón Haddad fue un comerciante árabe asentado en Mao. Nació en 1887 y en 1919 se casó con Estaurofina Pichardo, quien el día de su asesinato se encontraba prisionera en la fortaleza San Luis, de Santiago. Con ella procreó a José Ramón, Salime, Arquidamia, Miguelito y Milet, que, como su padre, años más tarde, fue también asesinado en la carretera de Puerto Plata.

Haddad fue lugarteniente del general Desiderio Arias y uno de sus mejores amigos. Participó junto a éste en la mayoría de los encuentros guerrilleros desde 1912 y lo acompañó en la famosa entrevista entre Trujillo y Arias en 1931. De acuerdo con el historiador Rafael Darío Herrera en su obra “Revueltas y caudillismo: Desiderio Arias frente a Trujillo”, las contradicciones entre Desiderio Arias y sus seguidores y el sátrapa Trujillo se revelaron temprano. En octubre de 1930, y, ante los planes de Trujillo de formar un partido único, Arias publicó una carta en los periódicos en la que exhortaba a todos los militantes del Partido Liberal a ser fiel a la entidad partidaria.

En mayo de 1931, Trujillo se entrevistó con Arias en Mao. La entrevista se realizó en la casa de Agustín Hernández quien era el Inspector de Agricultura de la localidad. En ese encuentro participó Salomón Haddad, quien le sugirió al general Desiderio Arias que terminaran “con ese engendro que amenazaba con teñir de sangre el territorio nacional”, a lo que éste se opuso. El “Turquito” cuando Trujillo salía de dicha reunión tuvo un altercado verbal con éste y lo acusó de traidor.

En junio de 1931, Arias dio a conocer el manifiesto “Al País”, fechado en Mao, pero editado en Cabo Haitiano en la Imprimirie Citadelle en el que se pronunció contra los crímenes, la secuela de abusos que cometía la guardia impunemente, contra el régimen de impunidad que tenía como garante al brigadier Trujillo. Planteaba que era “necesario ser honrados y manifestar responsablemente que el 23 de febrero, no había legado nada. Trujillo solo resucitó los odios y las pasiones, atrayendo las traiciones y el incremento del crimen, alentando los abusos de la autoridad y los excesos de poder. Los tantos asesinatos de los ciudadanos David Vidal Recio, Virgilio Martínez Reina y de su esposa embarazada, siguieron los del periodista Emilio Reyes, el de los generales Evangelista Peralta, Ciprián Bencosme, Alberto Larancuent y Buluta Pelegrín. Además, se cuentan 18 fusilamientos en San Francisco de Macorís y 116 en Puerto Plata, con más de 100 en Moca”.

En una especie de autocrítica añadió que “por todas estas gravísimas cosas, yo me confieso culpable de esta situación, toda vez que irreflexivamente favorecí la candidatura del general Trujillo, más yo deseo hacer constar que me engañé aquella vez por tener la creencia de que un hombre joven como él estaría enamorado de la gloria personal y del bien del pueblo y de la Patria y podía merecer todo por una obra de gobierno digna de la época y propicia del momento histórico que vivía la República”. Agregó que “se había visto obligado a romper con el régimen dictatorial y asesino…y acompañar al pueblo en una lucha brava y decidida que eche por tierra este Gobierno de traición, de inmoralidad y de crímenes”.

A mediados de junio del mismo año, Desiderio Arias se levantó en armas en los cerros de Gurabo con varias decenas de compañeros entre los que se encontraba su lugarteniente Salomón Haddad. Arias murió asesinado el 20 de junio. Días más tarde, después de haber sido hecho prisionero y después de acogerse a las garantías de que se les preservaría la vida a todos los alzados, Haddad murió asesinado.

La muerte de Haddad, fue reseñada en el periódico Listín Diario el 25 de junio de 1931 de la manera siguiente: “Esta tarde a las dos fue sorprendido en un encuentro en las cercanías de Piloto, el árabe Salomón Haddad, por un pelotón del Ejército Nacional comandado por el valiente y aguerrido capitán Mélido Marte. Ante del trágico encuentro el capitán Marte le envió al Turco un parlamento para que se acogiera a las garantías dadas por el presidente de acuerdo con su proclama, pero el Turco contestó que al gobierno del presidente Trujillo no se presentaría, que él se había ido al monte para tumbar el gobierno y que continuaría su campaña y entonces el capitán lo persiguió hasta localizarlo y fusilarlo a balazos. En este encuentro murió otro de los compañeros del árabe insumiso, pero no le fue dable al capitán Marte identificarlo…Su cadáver le fue entregado al alcalde de Piloto Maximino Peña para que lo conduzca a Mao”.

La participación y muerte de Salomón en el levantamiento contra Trujillo es una muestra de que sigue pendiente estudiar la resistencia que hicieron algunos árabes a la consolidación de la dictadura de Trujillo.

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