Aunque la cocina africana se menciona muy poco en comparación con otros continentes, es catalogada como variada y llena de sabor. En el caso de Marruecos, “la puerta del África”, como se le conoce, su cocina no solo se destaca por su sencillez, sino también porque está marcada por la utilización de especias y hierbas, así como por la combinación del sabor dulce con el salado en un mismo plato. En esta cocina, igualmente es habitual añadir a las preparaciones dátiles, uvas, pasas, pistachos, almendras, entre otros.
Los entrantes típicos de la cocina marroquí suelen ser ensaladas tanto calientes como frías. Las de berenjenas, llamadas “zaaluk”, son las más conocidas.
Una de las especialidades culinarias de ese país y considerado como el plato nacional, es el pastela, también llamado pastilla o bastilla. Se trata de una especie de hojaldre elaborado con “pasta filo” rellena con ingredientes, tales como, cebolla, carne de paloma o pollo, almendras peladas y perejil.
Otro de los platos más famosos es el tajín, una especie de guiso de vegetales con legumbres, almendras, ciruelas, canela o azafrán y carne de cordero o pollo. Esta comida se suele acompañar con un pan tradicional de ese país llamado Khubz.
Las comidas en Marruecos se acompañan, por lo regular, con el típico cous-cous, una pasta hecha con harina de trigo y sémola (trigo duro) que se combina con carnes, verduras y otros alimentos.
Cabe destacar que los marroquíes tienen por costumbre tomar té de hierbabuena como un digestivo para las comidan, además, es la bebida que ofrecen a los invitados.