Hay que imaginar que desde que conoció a Flor de Oro —y quizás desde antes de conocerla—, Rubirosa no pensaría en otra cosa. La hija de la bestia no era muy agraciada, debía tener un genio de mil demonios (como demostrarían a la larga sus ocho o nueve matrimonios fallidos), era seguramente una engreída, era dientuda o dentona, pero no carecía de encantos, ciertos encantos secretos. Flor de Oro tenía -según decían las matronas de la época- su música por dentro. Tenía, además, en especial, un atractivo que la hacía irresistible a los ojos de Rubirosa, algo inefable que la convertía en la mujer más deseada, la mujer de sus sueños. Era hija de la bestia. Era la gallina de los huevos de oro, era la llave maestra que le abriría la puerta del futuro. La mujer de su vida.
De hecho Rubirosa se lo debería todo a la hija de la bestia, ella sería la más importante de todas sus conquistas, la que le permitiría despegar, volver al mundo de la diplomacia y convertirse en lo que se convirtió.
Lo qué pasó entre ellos desde el día en que se encontraron por primera vez en el puerto, dio origen a múltiples versiones, algunas de ellas sazonadas con una cierta dosis de romanticismo. Lo más probable es que empezarían a verse a escondidas y que la bestia se enteró y sufrió una rabieta. De acuerdo con otra versión más creativa, fue a Flor de Oro que se le ocurrió hacer público el noviazgo. Se presentó un día en el despacho de su padre con los galones de capitán de Porfirio Rubirosa y le pidió que se los regalara de cumpleaños con todo y capitán. Esta versión también termina con una rabieta de la bestia, una rabieta bestial.
A Flor de Oro le prohibieron volver a verlo, fue confinada a sus habitaciones, la harían sufrir y llorar como una Magdalena, le prohibirían sus paseos a caballo. La privarían en fin del equivalente del celular y la tarjeta de crédito.
A Rubirosa lo bajaron del pedestal al que se había subido, lo dieron de baja, lo desconsideraron, lo humillaron, lo encerraron en la Fortaleza Ozama, lo arrojaron más bien en una celda inmunda para que se lo comieran los piojos y las pulgas y allí se estuvo consumiendo durante un tiempo.
La gente que lo conocía cuenta que lo vieron regresar a San Francisco de Macorís en un vehículo militar, que lo bajaron a empujones y que estaba sucio, sucio maltratado y descalzo, sin sus lustrosas botas de oficial, vestido apenas con los pantalones y una camisa ripiosa, andrajosa. Hay quien afirma que parecía un espantajo y que se escurrió por las calles del pueblo y fue a buscar refugio a la finca de un tío y no se le volvió a ver en algún tiempo. También se corrió el rumor de que la bestia lo había mandado a matar con Ludovino.
Cuando reapareció en el parque, vestido de la mejor manera posible, Rubirosa parecía una sombra de sí mismo. Había recibido una paliza sicológica, amenazas y malos tratos. Estaba deprimido y triste, hablaba ahora amargamente de cómo había estado a punto de empezar a cumplir sus objetivos y de cómo todo se había echado a perder. Ahora se encontraba sin dinero, sin profesión y sin oficio y sin esperanzas y con miedo de que le pudiera pasar algo. Como en efecto pasó.
Pasó que un día, al improviso, corrió el rumor de que lo habían venido a buscar. Un rumor que no presagiaba nada bueno. Lo vinieron a buscar a la finca y lo invitaron a subir a un vehículo militar y se lo llevaron de vuelta para la capital y no volvió a saberse de él durante un tiempo. Después se supo que a Rubirosa le habían restituido sus galones, sus botas y su brillo y su uniforme, le habían restituido la sonrisa y la luz de sus ojos y que se iba a casar con su Flor de Oro.
Dicen que la bestia se oponía a la relación entre Flor de Oro y Rubirosa porque Rubirosa se había propasado, porque había traicionado su confianza y le había faltado al respecto, porque le había arruinado la mercancía. Dicen que se había opuesto en principio porque ambicionaba casar a Flor de Oro con una persona de alcurnia, igual que alguna vez pretendería —según dicen las malas lenguas—, casar a su hija Angelita con Juan Carlos I de España, que tanto se la merecía. Dicen que la mamá de Rubirosa intervino, que fue ella la que convenció a la bestia de que los jóvenes se amaban, de que se merecían uno al otro. Dicen que la bestia se hartó de los interminables berridos de Flor de Oro, que se le ablandó el corazón. El hecho es que cambió de parecer y dio el permiso o mejor dicho la orden para que la infeliz pareja se uniera en matrimonio y fuera aún más infeliz. Pero la mamá de Flor de Oro no asistiría al matrimonio, ni siquiera se la mencionaría. La bestia se había casado en 1927 con una distinguida dama de Montecristi llamada Bienvenida Ricardo (aunque ya andaba entrotado con María Martínez, que le había dado un hijo), y ella sería la madre oficial de Flor de Oro. Un anuncio de prensa muy escueto anunciaría que EL GENERAL RAFAEL LEONIDAS TRUJILLO MOLINA, Presidente de la República, y BIENVENIDA RICARDO DE TRUJILLO se complacían en participar a sus amistades el matrimonio de su hija FLOR DE ORO con el Señor PORFIRIO RUBIROSA, y que el acto se celebraría en la mansión Presidencial de San José de las Matas el 3 de diciembre del presente año de 1932 las 4 de la tarde.
El matrimonio se realizó, en efecto, en el mismo pueblo donde la bestia había hecho matar dos años antes a Virgilio Martínez Reyna y su esposa embarazada Altagracia Almánzar.
Cayó por cierto un aguacero, un aguacero monumental (aunque no del tamaño del que cayó en el cuento Dos pesos de agua de Juan Bosch), y el agua que corría por las calles tenía un tinte rojo que se desprendía de los adornos de papel que se usaron para engalanar las calles…, como si el cielo llorara de indignación.
(Historia criminal del trujillato [93])
Bibliografía:
Robert D. Crassweller, “The life and times of a caribbean dictator.
Henry Espinal, “Porfirio Rubirosa-Rubí. El playboy dominicano más famoso”
(https://m.facebook.com/historiadominicanaengraficas/photos/a.267065323491958/1738755342989608/?type=3)
Alí Khan (https://es.m.wikipedia.org/wiki/Al%C3%AD_Khan)
Lipe Collado – Porfirio Rubirosa. La Impresionante Vida de Un Seductor (https://es.scribd.com/doc/269366762/Lipe-Collado-Porfirio-Rubirosa-La-impresionante-vida-de-un-seductor-pdf)
PORFIRIO RUBIROSA. MI VIDA COMO PLAYBOY (https://www.cuestalibros.com/5056218252)
pablo Clase Hijo “Rubirosa: El primer playboy del mundo” (https://www.amazon.com/-/es/Pablo-Clase-Sanchez-ebook/dp/B0742FJHHQ)