Clara Martínez Thedy emprendió un viaje a África en 1987 con el fin de cumplir su sueño de infancia: adentrarse en la llanura africana para conocer la tribu de los masáis, así como la flora y fauna de ese continente. A raíz de este periplo, realizó su primera muestra individual titulada “África: luz y sombra”, dando inicio a su carrera profesional como artista del lente, que la ha llevado a exponer en Santo Domingo, Miami, Londres, París, Abu Dhabi, Rochefort, China, Emiratos Árabes, Argentina, Cuba, Alemania, Francia, entre otros países. Nació en Bogotá, de padre uruguayo y madre argentina, llegó al país en 1966 siendo una niña cuando su padre fue nombrado embajador de la República Oriental del Uruguay, tierra que hizo suya y en la que ha desarrollado su carrera artística hasta 2009, año en que fue nombrada embajadora de la República Dominicana ante los Emiratos Árabes Unidos, posición que ocupa hasta la fecha.
¿Qué elementos marcaron el inicio de su carrera?
Los elementos esenciales serían la curiosidad, el deseo de plasmar sobre papel mis emociones, el descubrir mundos nuevos e inimaginables y mi primer viaje a las grandes sabanas de Kenia, un sueño que acariciaba desde la niñez. Anhelaba conocer la misteriosa vida salvaje de ese grandioso continente y sobre todo, la tribu de los masáis, de la cual había escuchado tanto y que admiro mucho por su sencillez, belleza y estilo de vida.
¿Qué determina una buena foto?
Para mí, una buena fotografía debe contar con buena iluminación y buena composición, además de presentar un tema agradable a la vista. No me gusta mucho la fotografía digital manipulada. Prefiero la fotografía auténtica y realista de artistas como Henry Cartier-Bresson, Annie Leibovitz, Ansel Adams y Helmut Newton, por nombrar algunos.
¿Enfrentó algún obstáculo para dedicarse a esta profesión, que en principio la ejercían hombres?
Nunca tuve ninguna dificultad para dedicarme a esta profesión, al contrario, diría que en ocasiones fue hasta un beneficio. Sobre esto hay dos ejemplos muy particulares: el primero, cuando fotografiaba el carnaval del malecón, la gente casi intuitivamente me habría camino y me protegía para evitar un vejigazo de algún diablo cojuelo. Por otra parte, durante mis viajes a África también sentí que en todo momento estaba protegida.
Presentó recientemente una exposición de fotografía y el lanzamiento del libro “África serena 30 años después”. Cuéntenos acerca de esto.
Pensé que para marcar mis 30 años en el mundo de la fotografía, sería mejor presentar un libro que quedara por siempre, en vez de presentar otra exposición de fotografías. Decidí utilizar el tema de África, pues precisamente inicié mi carrera tras mi primer viaje a Kenia, en 1987, cuando Mary Loly y Jorge Severino me dieron la oportunidad de presentar mi primera muestra en su centro de arte que se llamaba La Galería. Esta contenía fotografías de animales salvajes y la tribu de los masáis. El libro, esencialmente de fotografías, presenta una comparación entre mi primer viaje a las grandes sabanas de Kenia y mi retorno 30 años después. En esta ocasión lo que más me impactó es que prácticamente todo sigue igual; aún se pueden ver miles de animales por todas partes y la tribu de los masáis aún conserva sus tradiciones. Las ganancias de la venta del libro y las fotografías las doné a la “Walkabout Foundation”, una fundación creada hace 10 años por mis sobrinos Carolina y Luis González-Bunster, quien lamentablemente sufrió un accidente de tránsito hace 24 años y quedó paralítico de la cintura para abajo. La fundación tiene como propósito crear conciencia sobre las lesiones de la columna vertebral; dona dinero para investigar la cura de parálisis y sillas de ruedas en países de pocos recursos.
¿Cuál es el mensaje que quiere transmitir a través de estos trabajos?
Transmitir la importancia de preservar la naturaleza, de reconocer que podemos vivir con sencillez, respetándonos unos a otros para poder vivir en paz y armonía.
¿Qué otros temas ha expuesto durante su trayectoria profesional?
He expuesto el tema del carnaval dominicano, procesiones religiosas locales y del extranjero; la niñez, la naturaleza, la cultura y tradiciones de varios países, retratos, paisajes y fotografías figurativas en blanco y negro que yo misma trabajé en mi cuarto oscuro.
Cuando se encuentra en esos lugares remotos de la tierra, ¿cómo trabaja, sola o acompañada?
Me gusta sentirme acompañada, por eso cada viaje o lugar que visito, lo hago con alguien muy cercano a mí. Luego puedo pasar muchas horas ensimismada en mis imágenes mientras edito y elijo las fotos que más me gustan.
¿Cuál ha sido su reto más grande?
Definitivamente, durante mis 30 años en el mundo de la fotografía, ha sido justamente publicar mi libro “África serena 30 años después”. Fue un proyecto que me tomó un año y cuando estuvo listo tuve la impresión de haber dado a luz otro hijo. Fueron muchas las horas que pasé para elegir las imágenes y luego estar de acuerdo con la diagramación del libro. Producir un libro conlleva tiempo, dedicación y mucha pasión. Dicen que en la vida hay que sembrar un árbol, tener un hijo y hacer un libro. Ahora ya me siento realizada.
¿Qué huellas quiere dejar a través de sus trabajos?
Como todo amante del arte y de la belleza, la huella que quisiera dejar es compartir mis emociones y mi propia visión sobre lo que me rodea.
Desafío
Uno de mis grandes retos es representar mi país en el extranjero como Embajadora de la República Dominicana ante los Emiratos Árabes Unidos y Baréin con orgullo y dedicación”.
Habilidad
Mi técnica es simple, hoy en día nos podemos valer de medios, no obstante la claridad, el sentido estético, y la temática es lo que prevalece en mi fotografía”.