A propósito de realizarse la cruzada evangelística del profeta T.B. Joshua el pasado fin de semana en el país, queremos presentarles una cronología de publicaciones sobre una campaña evangélica que se realizó en marzo de 1954, organizada por los pastores misioneros Jaime Cardona y David García, ambos de nacionalidad puertorriqueña, y que fue la primera de este tipo de actividad de la que encontramos información en el bien documentado archivo de OGM Central de DatosAquel evento se efectuó en el parque Julia Molina, hoy (Enriquillo) ubicado en el sector Villa Francisca de esta ciudad capital. Duró 18 días y el objetivo de la actividad era “evangelizar y traer nuevas almas a la salvación”.
Y tal como nos dice la tercera ley de Newton, que “a cada acción siempre se opone una reacción de igual intensidad, en sentido contrario”, esas “noches de milagros” recibieron la aprobación de miles de seguidores y, a la vez, causaron un sinnúmero de críticas por parte de las principales personalidades del país, alegando que estos eran falsos profetas y que no tenían el don de la sanidad divina.
Reproducimos aquí algunos de los titulares que fueron publicados por este diario sobre esa actividad:
“Jesuita niega protestantes hicieran milagros en PR (12/3/1954, pág. 16, columnas 4 y 5)”. La nota explicaba que el sacerdote católico Antonio Sánchez había rechazado los supuestos milagros que estaban sucediendo en la cruzada, alegando que él viajó a Puerto Rico con el fin de comprobar si en aquel país de donde eran oriundos los misioneros había sucedido algún milagro hecho por ellos, y que no encontró ninguna prueba que lo sustentara.
“Se duda de las curaciones por pastores protestantes; señalan influencia de histeria”, en esta publicación, del día 13 de marzo, pág. 16, columnas 1, 2 y 3, se señala que las autoridades médicas y eclesiásticas dominicanas, representadas por el doctor Sixto Incháustegui Cabral, presidente de la Asociación Médica Dominicana, y el sacerdote católico Antonio Sánchez dudaron de las prodigiosas sanidades que decían realizar los visitantes, aludiendo que se estaban “burlando de los pobres ignorantes”.
Incháustegui agregó que esas curaciones carecían de fundamento y que esas sesiones ocasionarán grandes trastornos a la salud pública por la movilización de una gran cantidad de personas con enfermedades contagiosas y muchas incurables, procedentes de todo el ámbito nacional hacia la capital, Ciudad Trujillo.
“30 personas alegan que se curaron de supuestas enfermedades en sesión en parque de Ciudad Trujillo. (14 de marzo, página 14, columnas 1, 2, 3, 4 y 5)”. Entre las 30 personas que dijeron que habían recibido la sanidad, estaban la señora Rosa Angélica Guzmán, quien indicó que había sido liberada de tres espíritus malignos que la atormentaban, y Juanita Ortiz de Bueno, una señora mayor, que manifestó haber recobrado la movilidad de sus brazos. Otro caso fue el de la señora Erciná Troncoso Cordero viuda de Rosario, quien gritó ‘¡Ya puedo ver! ¡Puedo ver bien en mi ojo derecho!’ al recibir lo que ella consideró un milagro.
Asimismo, manifestó su “curación” un anciano no identificado, quien señaló haber recobrado el movimiento de una pierna que según él tenía paralizada desde hacía 18 años. Del mismo modo, una niña de cinco años que no podía caminar, llamada María Canario, empezó a dar algunos pasos, mostrando la prueba de su sanación.
Otros titulares que mostramos a continuación, evidencian las constantes polémicas entre la iglesia católica y la de los médicos contra los pastores misioneros: ‘Autoridades médicas dicen que las curaciones milagrosas son abuso a la credulidad’, ‘Sacerdote jesuita declara pastores no hacen milagros’, ‘Pastor rehúsa manifestar si se realizó milagro o no’, ‘Asegura presuntos milagros desacreditan a protestantes’, ‘Iglesia rechaza curaciones de tipo nervioso, dice cura’ y ‘Dr. Pieter declara oración es un recurso de la medicina’.
Esa serie de debates en la prensa local provocaría que se rumorara que los misioneros llevarían a la justicia al padre Antonio Sánchez por difamarlos, y perjudicar el curso de la actividad que realizaban.
En ese sentido, el doctor Incháustegui Cabral se ofreció a colaborar junto a la AMD para determinar hasta qué grado eran ciertos los llamados ‘milagros divinos’ realizados durante las oraciones y prédicas de los pastores García y Cardona en las cruzadas milagrosas.
Lo que el doctor Incháustegui planteaba era examinar a todas las personas que dijeron haber sido sanadas a través de los milagros que se les acreditaban a los pastores evangélicos, para que fueran examinadas por médicos competentes, antes y después de esos milagros.
Mientras, el doctor Heriberto Pieter, en rechazo a las opiniones del doctor Incháustegui y de la Iglesia Católica, aseguró que las oraciones sí producían milagros, afirmando que entre los recursos psíquicos de la ciencia médica figuraba la oración. ‘ésa que puede ser elevada a divinidades paganas, hasta Legbá, Buda o a Confucio, a Dios y a los santos de cualquier religión u otro ídolo al que el ser humano recurre’.
Pasaban los días y los misioneros seguían predicando la palabra de Dios y continuaban con su ritual. Al mismo tiempo, los ataques hacia ellos iban en aumento y no cesaban. En cada publicación, la iglesia católica se mostraba en desacuerdo total con las supuestas curaciones divinas, aunque en una entrevista ofrecida a este diario, el padre Sánchez confirmó que no negaba que pudiera haber personas que recibieran mejorías y curación completa de una dolencia. Sustentó este argumento diciendo que esas sanidades se podían obtener por medios naturales y no por milagros de Dios.
Estas actividades de curación siguen vigentes y siguen las discusiones de si son ciertas o no.