Entre sus piezas, la galería posee una alegoría del primer bautizo en América. El bautizado fue un indígena, a quien nombraron Juan Mateo
Wendy Almonte
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La Vega
La colección de bienes que la Iglesia católica atesora en La Vega, desde los tiempos de la colonización, son los principales atractivos del Museo Sacro, lo que evidencia que esta provincia tuvo el privilegio de recibir los inicios de la evangelización y las primicias del cristianismo en el Nuevo Mundo.
El museo, ubicado en la avenida Profesor Juan Bosch, esquina calle Sánchez, es una entidad sin fines de lucro, dependencia de la Catedral Inmaculada Concepción, que cuenta con el auspicio de la Diócesis de La Vega y el Ministerio de Turismo. Cuenta con restos arqueológicos encontrados en La Vega Vieja después del terremoto del 2 de diciembre de 1952, figurillas taínas, así como diversos cuadros, esculturas y elementos propios de la época.
El museo fue construido por iniciativa de monseñor Juan Antonio Flores Santana, el 10 de febrero de 2012, apoyado por otros líderes eclesiásticos, con la finalidad de que no se perdieran las piezas de mayor valor.
En un cristal, colocado en una de las paredes del museo, están plasmadas las palabras del fenecido obispo Flores Santana, donde relata su intención de fundar esta galería, ya que desde que llegó a esa diócesis se dio cuenta del deber que tenía de salvaguardar y restaurar esas piezas, muchas de ellas de la primera época de la Colonia, y únicas en el Nuevo Mundo. Expresa que además de las piezas que guarda n en la catedral, poseen otras tantas, que con esfuerzo, gastos económicos y varios viajes, él personalmente había adquirido para dejarlas como un legado a la Concepción de La Vega.
En la sala cuatro reposa la colección de candelabros, misales y esculturas, mientras que en la última sala están los elementos de la catedral, construida a inicios del siglo XX, pero demolida para dar paso a la actual edificación, así como una galería de personalidades de la Iglesia en La Vega.
Wendy Ogando, guía del museo, al detallar los elementos que componen cada sala, explica su origen y significado para la época.
“Tenemos dos chocolateras de la cultura taína, para ese entonces los taínos no conocían el chocolate, ellos adoraban a sus dioses con una bebida efervescente hecha de fécula de maíz y semilla de palma”, detalla Ogando, para luego continuar relatando que esta sala tiene además dos campanas encontradas en La Vega Vieja.
Tras continuar mostrando los objetos que dan vida al museo, Ogando recuerda que la primera villa cristiana que se construyó en el país fue en la Concepción de La Vega, y que el Padre las Casas ejerció allí su primer apostolado como doctrinero y catequista, celebrando en 1510 su primera misa, año en que se consagró en la Concepción de La Vega.
En una de las paredes del museo también se puede apreciar un cuadro de Fray Ramón Pané, quien vivió en la llanura de La Vega Real, donde escribió y editó el primer libro en las Américas titulado “Relación de las antigüedades de los indios”. En este texto abordó la su creencia e idolatría de estos.
También tiene presencia la imagen de Fray Pedro de Córdoba, quien de acuerdo a lo expresado por Ogando, fue el autor intelectual del Sermón de Adviento, quien lo elaboró en la Concepción de La Vega y se conoció en Santo Domingo, al ser pronunciado por Fray Antón de Montesinos.
“También podemos observar objetos que llegaron a La Vega en tiempos coloniales, una lámpara de plata y bronce del siglo XIV, una campanilla que aún suena, dos navetas que eran utilizadas los miércoles de ceniza, una imagen de la pieza eclesiástica más antigua de América, que por seguridad no la tenemos acá, sino en el Banco Central de la República, y el sello episcopal perteneciente a nuestro primer obispo residente en el nuevo mundo”, detalla.
Wendy Ogando indica que reciben visitantes de diferentes puntos del país y turistas extranjeros. Muchos de los cuadros exhibidos fueron rescatados de las ruinas de La Vega Vieja y que antes de fundar el museo estaban en el sótano de la catedral.
Otras piezas
La galería posee además una alegoría del primer bautizo de América, en alusión al bautizo de un indígena, a quien nombraron Juan Mateo. Junto a él fueron bautizados 16 miembros de su familia, el 21 de septiembre de 1496, una primicia más de La Vega.
Otra imagen que resalta en el museo es la de la Virgen Nuestra Señora de la Antigua, llevada a La Vega por los sobrevivientes del terremoto de diciembre de 1562. La misma fue restaurada por el artista plástico Orlando Menicucci. “Tenemos un conjunto de esculturas, como San Antonio de Padua, Cristo pacientísimo, Cristo atado a la columna y el Santo Niño de Atocha. El Cristo pacientísimo y el Cristo atado a la columna se utilizan en la procesión que se realiza aquí en Semana Santa, se mueven con mucha delicadeza”, explica Wendy Ogando.
La quinta sala, ubicada en el segundo nivel del Museo Sacro, está dedicada a la catedral de 1900, la misma posee piezas que adornaron el altar de la catedral, así como vitrales o rosetones que se utilizaban en la catedral para que penetrara la luz solar.
Instalaciones
El museo funciona en un edificio estilo ecléctico, construido en 1920 como una vivienda familiar de don Zoilo Hermógenes García, el primer aviador piloto vegano. De este solo se conserva la fachada, ya que todo su interior fue reestructurado completamente. El museo está dividido en cinco salas que poseen piezas que datan desde el siglo XVI hasta el XX; cuatro de ellas están en el primer nivel, y una última en el segundo piso. La sala uno contiene objetos litúrgicos del siglo XVI, así como elementos que explican el proceso de evangelización. La segunda sala está dedicada al primer obispo de La Vega, Pedro Suárez de Deza, su sello gomígrafo, así como una serie de documentos y retratos que pertenecieron a él. La tercera sala posee una colección de pinturas y esculturas, entre ellas la famosa virgen de La Antigua, que fue restaurada.