Nació el Dr. Guerrero en la ciudad de Santo Domingo, hijo de españoles que emigraron a nuestro país durante el periodo de la España Boba. Sus estudios básicos los hizo en los institutos de Santo Domingo. Para formarse como médico fue discípulo del Dr. Manuel María Valverde. No conocemos la fecha de su graduación, sabemos que en el 1827 durante la ocupación haitiana fue autorizado por el Juro Médico a ejerer la Farmacia, y más adelante, y de acuerdo a la ley del 1808, el jefe superior de Sanidad le autorizó a ejercer como médico, tal como se hizo con el Dr. Pedro Piñeyro.
Una vez se le preguntó en Puerto Rico, que en dónde había estudiado Medicina, a lo que replicó: “en el patio de mi casa, debajo de una mata de naranjo”.
Según relata el Dr. Moscoso Puello, se le atribuye, ser el primer médico en utilizar baños fríos en el manejo de las fiebres como la tifoidea, debido a que una hija suya estuvo afectada de esa enfermedad. Como era costumbre en la época, ejercía en Santo Domingo, principalmente, pero viajaba a Azua y San Juan de la Maguana.
De hecho, una de las historias sobre el Dr. Guerrero es que estando en San Juan de la Maguana, llegó a la zona una expedición de botánicos belgas, que fueron afectados por la fiebre amarilla.
Todos los afectados sobrevivieron gracias a los esfuerzos y dedicación de este culto médico.
Era llamado por la población “el cuchillo de las calenturas”, ya que resolvía con éxito casos muy difíciles.
Participó en las campañas militares durante las guerras de Independencia, llegando a ostentar el rango de general de Brigada y en el 1859 fue designado médico jefe del Hospital Militar.
Además, en el 1868 fue designado secretario de Hacienda, y fue gobernador de la provincia de Santo Domingo. También se desempeñó como síndico municipal interino de Santiago. Por los avatares de la política en nuestro país, estuvo unos años exiliado en Saint Thomas, por oponerse al gobierno de Buenaventura Báez.
Además de su dedicación a la Medicina, era músico y pintor, aficionado a la albañilería y la pirotecnia. Como músico destacó en el violín, y formó parte de la orquesta de Juan de la Cruz Alfonseca.
Como pintor fue reconocido como talentoso, y entre sus obras, Moscoso Puello cita una Mater Dolorosa y un retrato de San Francisco de Asís para las iglesias de Azua y San Juan de la Maguana. Instaló su consultorio en Santo Domingo en la antigua calle Colón en un local en donde funcionaba un hotel y que él mismo adaptó y acondicionó como recinto médico gracias a sus conocimientos de albañilería. Tuvo dos hijos médicos, Wenceslao Guerrero, quien ejerció muchos años en Baní y Francisco Villeta, hijo natural, que ejerció con gran éxito, tras ser autorizado por el Juro Médico en la comunidad de San José de los Llanos. De Villeta se dice que tuvo una participación estelar en la epidemia de viruelas que azotó el país en el 1882.
El Dr. Manuel Guerrero Peña, era un gran enciclopedista de amplios conocimientos en los diferentes campos del saber, un rasgo que Moscoso Puello define como característico de los médicos españoles.
Como hemos dicho, era aficionado a la pirotecnia, actividad muy agradecida por la población de aquellos tiempos. En diciembre del 1871, preparando una mezcla, explotó en sus manos, causándole severas heridas y tétanos, lo que lo llevó a la muerte el 22 de diciembre de ese año.