Forjadora de bailarines dominicanos
1. El personaje
“Madame” Corbett, como era conocida Magda Corbett, nació en Budapest, Hungría, el 3 de abril de 1916. Desde niña no demostró inclinación el baile, pero su madre la llevó con apenas seis años a las clases de ballet que se impartían en su ciudad, y a los 13 llegó a ser “Bebé Ballerina”, equivalente a primera ballerina. A partir de ese momento, la danza se convirtió en algo vital para ella.
Llegó a nuestro país en diciembre de 1947 por sugerencia de Alexander Kovacs y esposa, refugiados húngaros, con quienes les unía una vieja amistad. Así, junto a su esposo e hijo, llegó para una estadía de dos años, en lo que se estabilizaba la situación de post-guerra en Europa. Se enamoró tanto de nuestra tierra que pronto decidió permanecer en República Dominicana.
A su llegada al país, funcionaba en la capital la escuela “Flor de Oro”, primera academia dominicana de ballet, dirigida por Herta Brauer, quien algún tiempo después, en 1948, decidió irse a Puerto Rico y le pidió a “Madame Corbett” que se hiciera cargo de sus alumnas y de la academia en Bellas Artes. Allí, Madame Corbett impartió clases por espacio de 20 años preparando ininterrumpidamente a centenares de niñas y jóvenes en el exigente arte del ballet, sentando las bases del desarrollo local de la danza clásica. La primera foto del 17 de febrero de 1952 corresponde al momento del anuncio del debut de la escuela de ballet que ella dirigía en La Voz Dominicana.
2. Primeras presentaciones
En 1948, en el cine Independencia, y con un escenario inadecuado por lo pequeño del lugar, en medio de un calor sofocante, sin acompañamiento de orquesta y en un tenso estado de nervios, Madame hizo la primera presentación pública de sus alumnos. El maestro Luis Alberto Hernández y su hijo acompañaron a cuatro manos al piano los distintos números, que consistieron en música de Listz y de Ofenbach, en duetos y tríos. La reacción de la prensa lo catalogó de ejercicios rítmicos y acrobáticos, lo cual la entristeció grandemente, pero no la hicieron desviar de seguir adelante con su proyecto. Luego de varios meses y muchos ensayos hizo su segunda presentación en la Escuela Salomé Ureña, con la obra “Una tarde en el parque de Viena”, con música de Strauss y coreografía suya y con la orquesta de La Voz Dominicana, dirigida por el maestro Mario Carta. Esta vez, la presentación fue todo un éxito y recibió el elogio de los presentes en la actividad, así como de la prensa. La segunda foto, del 13 de septiembre de 1968, muestra el momento cuando fue condecorada con la Orden Heráldica de Cristóbal Colón.
3. Sus alumnos
En una entrevista concedida a El Caribe, el 2 julio de 1980, la señora Corbett contó que en sus inicios las alumnas eran muy pocas y que no todas tenían verdadero interés en el baile; muchas iban como pasatiempo y para ver a los jóvenes que las contemplaban desde la ventana del aula de clases. En cuanto a sus alumnos, es preciso señalar que Madame Corbett fue la pionera en la introducción de los varones en la danza clásica. Formó grandes bailarines dominicanos, algunos de los cuales se han destacado tanto localmente como en escenarios extranjeros. Entre sus alumnos surgieron algunos que fueron una gran compensación para ella, como Leila Pérez, Oddete Perrota, Miriam Bello, Marinela Sallent, Rita Peinado, Ruth Garrido, Carmen Heredia, Eli Perrota, Donia Paiewonsky, Annette Perrota, Mimina Sainz y Atala Castro. Especialmente, es importante señalar a Juan Gautreaux, quien se destacó por sus sobresalientes condiciones como estrella del Chamber Ballet en los Estados Unidos; a Pili Espaillat, creadora del Theatre Ballet of Canada; y a Jennifer Paniagua, que fue solista del Ballet Nacional de Yugoeslavia, entre otros. La tercera foto del 2 de julio de 1980 nos muestra a Madame en plena labor de enseñanza
4. Reconocimientos y homenajes
Esta gran dama de temperamento decidido, expresiva y de gran sensibilidad artística y humana, recibió numerosos homenajes de reconocimiento durante su larga trayectoria profesional, la cual se alargó por más de 50 años. El 5 de agosto de 1968 sus antiguas alumnas, con sus propias escuelas de ballet, le ofrecieron un concierto homenaje; el 13 de septiembre de 1968 y mediante decreto 2704, el entonces presidente, Joaquín Balaguer, le otorgó la Orden Heráldica de Cristóbal Colón, en su calidad de directora de la Escuela Nacional de Ballet; en ocasión de celebrarse el 25 aniversario de la fundación de la Academia de Ballet, se le rindió un reconocimiento, en el que participaron sus más destacadas alumnas; en julio de 1980, fue elegida “Mujer Sobresaliente del programa Teleclub del Hogar”. En 1991 resultó ganadora del premio Gran Dorado, de la premiación Casandra y en abril de 2011 y con motivo del Mes de la Danza, se designó con su nombre el salón de clases y ensayos del Ballet Clásico Nacional, del Palacio de Bellas Artes. Además, fue directora honorífica del Ballet Clásico Nacional y profesora honoraria de la Universidad Apec y la Unphu. Falleció el 22 de mayo de 2006 y su muerte constituyó una gran pérdida para la danza y la cultura dominicanas. En las dos últimas fotos vemos a Madame Corbett, con sus ex alumnas el 2 de julio de 1973 durante un agasajo ofrecido por éstas a su maestra y, con un grupo de niños que participarían en la obra “Ballet, siempre ballet”, que se celebraría en octubre de 1997, marcando así 50 años de su actividad magisterial.