La ciudad de La Habana (Cuba) fue sede de la Cumbre del Grupo de los 77 + China celebrada los días 15 y 16 de septiembre de 2023. El Grupo de los 77 + China, que representa el 80 % de la población mundial fue creado al finalizar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo de 1964, para promover los intereses económicos de los 77 miembros fundadores. Aunque se mantiene el nombre por la carga simbólica e histórica, se fueron incorporando otros países hasta quedar compuesto por los 134 de la actualidad.

Del Gran Caribe integran esta organización intergubernamental los países de Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, República Dominicana, Granada, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago y Venezuela. México que abandonó el grupo en 1994 a partir de esta cumbre se comprometió a reintegrarse al bloque.

La Cumbre contó con la presencia del secretario general de la ONU, Antonio Guterres; 12 organizaciones y programas de Naciones Unidas, 31 jefes de Estado y Gobierno y 12 vicepresidentes. La República Popular China que participa y colabora de forma externa e interesada en aumentar su comercio internacional, exportar su tecnología y aumentar su presencia y apoyo en organismos y foros de esta naturaleza estuvo representada por Li Xi, miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCC).

La voz del Caribe a través de sus diversos representantes se hizo notar, con una variada participación de alto nivel político. Participaron el presidente Luis Abinader (República Dominicana); Chan Santokhi (Surinam); Gustavo Petro (Colombia) y Xiomara Castro (Honduras). También, los líderes autoritarios Nicolás Maduro (Venezuela); Daniel Ortega (Nicaragua) y el anfitrión Miguel Díaz Canel. Además, los primeros ministros de Dominica, Roosevelt Skerrit; de Granada, Dickon Mitchel; de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves; de Guyana, Mark Phillips; la primera ministra de Barbados Mía Mottley así como cancilleres y otros representantes de países miembros.

Los países participantes adoptaron la Declaración de La Habana sobre “retos actuales del desarrollo: papel de la ciencia, la tecnología y la innovación” compuesta de 47 puntos que incluyen diversos aspectos de capital importancia para el Caribe y en la que se reafirma el compromiso de “fortalecer la unidad y solidaridad del Grupo en aras de lograr sus objetivos y de reforzar su papel en el contexto internacional actual”.

En la Declaración subrayan la “necesidad de una reforma integral de la arquitectura financiera internacional y de un enfoque más inclusivo y coordinado de la gobernanza financiera mundial, con mayor énfasis en la cooperación entre los países, incluso mediante el aumento de la representación de los países en desarrollo en los órganos mundiales de toma de decisiones y formulación de políticas”.

Rechazan “los monopolios tecnológicos y otras prácticas desleales que obstaculizan el desarrollo tecnológico de los países en desarrollo” y hacen un llamado a la comunidad internacional a fomentar “un entorno abierto, justo, inclusivo y no discriminatorio para el desarrollo científico y tecnológico”.

La fuga de cerebro que constituye un dolor de cabeza en los países del Caribe fue objeto de discusión en el evento. En el texto enfatizan “la importancia de formular estrategias encaminadas a combatir la fuga de cerebros de recursos humanos especializados formados en los países del Sur” y se comprometen a seguir “promoviendo el interés de los jóvenes por los estudios científicos, incluido en la esfera educativa”.

La investigación que desempeña un papel fundamental en el crecimiento económico y la transformación de los países en vías de desarrollo se tomó en cuenta. Apoyan “la necesidad de invertir más en ciencia, tecnología e innovación y de poner en marcha iniciativas a todos los niveles para el desarrollo de los recursos humanos en estos ámbitos”. Además, apuestan “por la promoción de nuevas investigaciones, el desarrollo y la transferencia de las tecnologías necesarias y el acceso a las ya existentes en las esferas de la alimentación y la nutrición, la salud, el agua y el saneamiento y la energía”.

En el ámbito de la salud expresan preocupación por la devastación causada por la pandemia del COVID-19 y enfatizan “la importancia de la investigación y el desarrollo y la transferencia de tecnología en la esfera de la salud humana, teniendo en cuenta el aumento de las enfermedades transmisibles y no transmisibles emergentes y reemergentes, incluidos sus factores de riesgo para promover el acceso sin trabas, oportuno y equitativo de los países en desarrollo a las medidas, productos y tecnologías relacionados con la salud, necesarios para hacer frente a la preparación y las respuestas actuales y futuras en materia de prevención de pandemias”.

El cambio climático fue un tema central sobre todo para los países del Caribe donde según el BID las pérdidas anuales por sus efectos podrían alcanzar los US$22 billones para 2050, lo que representa aproximadamente el 10% de la economía del Caribe en la actualidad. En el texto se subraya “el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación para identificar y enfrentar los desafíos planteados por el cambio climático, cuyos efectos impactan de manera desproporcionada a los países en desarrollo”. Destacan “la necesidad de dar una respuesta eficaz a la amenaza urgente del cambio climático, especialmente mediante el aumento de la financiación, la transferencia de tecnología y el desarrollo de capacidades sobre la base de las necesidades y prioridades de los países en desarrollo”.

En el campo de la cooperación establecen “la necesidad de seguir trabajando en el desarrollo de la ciencia y la tecnología en los países en desarrollo mediante el fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur, que es necesaria para optimizar su potencial y complementar recursos y conocimientos especializados, al tiempo que ofrece caminos viables para hacer frente a los desafíos comunes de los países en desarrollo”.

Ciertamente estos compromisos y otros que establece la declaración final en teoría están orientados a fortalecer el multilateralismo y enfrentar los desafíos globales en materia de ciencia, tecnología e innovación. Sin embargo, en un mundo cada vez más complejo y donde las diferencias políticas y económicas, niveles de desarrollo e intereses son evidentes dentro de los miembros del Grupo el gran reto será la puesta en práctica de los acuerdos alcanzados para que no se quede en una simple declaración simbólica.


Centro estudios caribeños. PUCMM. Connected Worlds: The Caribbean, Origin of Modern World. “This project has received funding from the European Union´s Horizon 2020 research and innovation programme under the Marie Sklodowska Curie grant agreement Nº 823846. Dirigido por Consuelo Naranjo Orovio desde el Instituto de Historia-CSIC”.

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