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La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) es quizás la entidad de mayor compromiso social y académico de la República Dominicana. Pero también es la que mayores retos tiene; sobre todo en la Biblioteca Pedro Mir.
Y es que a pesar de las carencias digitales que albergan sus instalaciones; la idiosincrasia de servicio que tienen los bibliotecarios de esa universidad evitó que el acceso a los libros se viera interrumpido por la Covid-19.
Con una matrícula estudiantil que sobrepasa los 200,000 miembros a nivel nacional, los servidores de la UASD tuvieron que contener las demandas que llegaban de todas partes del país. De hecho, además de la cantidad de solicitudes que tenían que ser atendidas, los bibliotecarios debieron lidiar con la conectividad de los campos más remotos.
Por ejemplo, estudiantes oriundos de Vallejuelo, en la provincia San Juan, solicitaban acceso a tesis de grado o manuales de trabajo para cumplir sus asignaciones; no obstante, estos tenían que pasar largas jornadas intentando ingresar a los materiales mediante sus dispositivos electrónicos debido a la defectuosa conexión cibernética.
Estas dificultades eran atendidas por los bibliotecarios, quienes tenían la tarea de trabajar las solicitudes (muchas veces quedándose con los casos pendientes) y agilizar los procesos.
Pese a eso, los servicios de la biblioteca lograron mantener su ritmo durante la pandemia, lo que salvó a cientos de miles de estudiantes que tuvieron que ausentarse durante dos años de las aulas.
Acceso a todos
Contrario a otras universidades, la UASD es la única que permite su acceso a sus materiales de manera presencial, sin importar que sean docente o estudiante. En cuanto a la virtualidad, la entidad académica limita que particulares puedan ingresar con el objetivo de proteger la plataforma y otorgar mayor seguridad a los documentos.
A través de la plataforma KOHA, la biblioteca posee bases de datos electrónicos y científicos, así como accesos a la plataforma del Ministerio de Educación Superior, la cual almacena tesis, catálogos y manuales académicos.
De acuerdo a la Unidad de Soporte Técnico de la universidad, existen 150,000 registros de colección en el recinto.
“En la Biblioteca Pedro Mir hay 150,000 registros de colección que podrían triplicar en número la cantidad de libros ya que cada registro puede tener hasta 50 ejemplares. Es decir, el libro ‘Historia Social Económica de la República Dominicana, de Roberto Cassá, es un registro pero es posible que este tenga 20 ejemplares”, explica el director de la Biblioteca Pedro Mir, Augusto Bravo.
Bravo expresa que la UASD todavía está en proceso de digitalizar las obras y revistas que se mantienen impresas en los estantes. No obstante, es un hecho que la universidad está consciente de la importancia de una biblioteca híbrida (física y virtual).
La estructura
El primer nivel del edificio de la Biblioteca Pedro Mir es didáctico a partir de su explanada frontal, donde a menudo se colocan paneles con fotografías y reseñas históricas de acuerdo a las conmemoraciones del momento.
Al ingresar a la edificación, se pueden apreciar murales que resaltan la memoria de los héroes y mártires, así como objetos personales que usaron en vida.
El lugar cuenta con el auditorio Manuel del Cabral, donde a menudo se realizan actividades culturales y académicas de gran importancia.
En los niveles dos y tres se ubican las salas de lectura y multiusos que fungen como salones de tarea e investigación. También hay aulas reservadas para la docencia de las carreras de postgrado y las exposiciones de las prácticas.
Sala Museo Pedro Mir
La joya de la biblioteca de la UASD tiene nombre y apellido: Don Pedro Mir.
Esta es una sala que alberga la colección de libros y objetos personales del Poeta Nacional de la República Dominicana, la cual se ubica en el cuarto nivel de la estructura.
Allí sus artículos más preciados son resguardados de manera tal que una sola persona es la asignada durante todo el día para permitir el acceso al lugar.
Desde sus manuscritos hasta su máquina de escribir, fotografías de su infancia y con sus familiares, hasta retratos, pinturas y bustos que le hacen honor a uno de los escritores más populares del país.
También están las placas y reconocimientos que ensalzan su grandeza como estandarte de la poesía dominicana.
El ejemplar original de su más emblemático poema “Hay un país en el mundo” se encuentra cuidadosamente colocado en uno de los estantes principales, además de obras que releía cada vez que hurgaba entre las páginas de las diversas ideologías que hicieron turbulentos la década de los 60’ y 70’ del siglo pasado.
No obstante, entre sus escritos favoritos que el poeta conservó a lo largo de su vida estuvieron los del dramaturgo ruso Antón Chejov, uno de los mayores autores de relatos cortos en la historia.
Revista Occidente
Otra de las colecciones que la biblioteca de la UASD promueve de manera constante es la revista Occidente, perteneciente al filósofo español José Ortega y Gasset.
“Nosotros tenemos la colección completa de la revista ‘Occidente” de Ortega y Gasset y estamos trabajando para tener más colecciones”, dice Bravo, director de la biblioteca.
La revista Occidente fue fundada en 1923 y constituyó, desde sus primeros números, una publicación atenta a las corrientes más innovadoras dentro del pensamiento y de la creación artística y literaria.
Retos
Augusto Bravo asegura que la meta del actual rector de la UASD, Editrudis Beltrán, es consumar el Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación, cuyo modelo actual es el que se usa en países desarrollados.
“Este tipo de modelo de biblioteca implica más que los libros físicos, ya que estos son solo un componente. Pues en este preciso momento estamos trabajando Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC’s)”, concluye el catedrático universitario.