M.A. Gina Esther Díaz Gómez
Profesora por asignatura. Estudios Generales, PUCMM.
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Hoy 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, fecha que nos hace recordar la lucha por la igualdad de derechos de todas las mujeres. Gracias a esas luchas las nuevas generaciones pueden gozar de libertad de derechos y de una plataforma de oportunidades que las mujeres no tuvieron durante un largo tiempo.

Estas batallas pequeñas y grandes permanecen en el imaginario colectivo común y se pueden ver en la novela histórica dominicana, al analizar los roles de la mujer dominicana a través de las novelas “Mudanza de los Sentidos” (publicada en el 2001, con diez ediciones impresas) y Charamicos de la narradora, poeta y Premio Nacional de Literatura (2016) Ángela Hernández.

En las dos obras se muestra la evolución de los roles de la mujer dominicana a través de la historia en donde la autora contrasta la vida en el campo y la ciudad, conjugado con la pobreza extrema, falta de oportunidades, hacinamiento, maltratos, estereotipos de género de las épocas que abarca finales de la dictadura trujillista y los primeros periodos de gobierno de Joaquín Balaguer, respectivamente. A esto se le suma la licencia artística y la estética que ayudan a comprender la cosmovisión de las mujeres del siglo pasado.

La presencia de las mujeres en la literatura ha ido variando según la época que se decida analizar. Inicialmente, las escritoras estaban ocultas bajo seudónimos o recluidas en sus hogares. Con el avance del tiempo, y del movimiento feminista, se logró visibilizarlas y así, dar paso a obras fundamentales para el arte literario y promoviendo una escritura diversa. El análisis de la figura de la mujer como eje central de las novelas históricas en la República Dominicana desde una perspectiva no “oficial” nos ofrece la mirada de la madre, la comadre, la vecina, la amiga, y esto a su vez suele ser una versión diferente de la historia que nos han enseñado en el ámbito educativo tradicional. Todo esto a la vez nos da un marco referencial del imaginario colectivo común de la composición de la sociedad en cada época mencionada.

El rol según el diccionario de la Lengua Española se define como el conjunto de comportamientos culturalmente específicos que en una sociedad se esperan de una persona debido a su sexo. Es decir que lo que dicta cuáles comportamientos son aceptados y cuáles no, según el género de cada individuo es el contexto social al que se pertenece. Sirviendo esto de plataforma para entender las dinámicas de poder y el comportamiento social de las personas según su contexto, tiempo y geografía.

En su artículo “La mujer: pilar de la humanidad”, Zhema Fernández señala: “En la historia escrita de la humanidad, las mujeres han sido las grandes olvidadas, sin embargo, su papel en la historia de todas las civilizaciones ha sido fundamental.” Para contextualizar el enunciado anterior hay que situarnos en cómo se percibe la mujer en una sociedad como la nuestra que está formada por un crisol cultural. Es decir que el comportamiento de la mujer dominicana es el resultado entre otros de las herencias a raíz de la mixtura de culturas que se dio desde la época colonial. En donde la mujer estaba relegada a tareas domésticas y carecía de derechos como estudiar, trabajar para gestionar sus finanzas o votar.

La resiliencia de la mujer dominicana es el pilar fundamental que se rescata al leer estas dos novelas históricas. En ambas novelas vemos cómo el rol de ama de casa y de mujer maltratada, víctima de violencia de género se evidencia producto de los factores como la pobreza, el analfabetismo y la cultura de violencia de las zonas en la que se desarrolla. En “Mudanza de los sentidos” tenemos a mujeres cuyo rol principal era ser ama de casa. Una madre abnegada y entregada a los hijos cuyo rol principal era atender su hogar, hacer tareas domésticas y quizás hasta vender o trabajar para entregar esos frutos a su familia. Está situada a finales de la dictadura trujillista y nos muestra a esta mujer abnegada, que dice “tienen que masticar hierro y tragar sangre”, al decir esto la autora de las novelas nos indica que no importa el infierno o pruebas que se le presente, las mujeres dominicanas siempre buscan la forma de salir airosas lo importante es reponerse a los mismo y buscar nuevas oportunidades.

Mientras que la novela de “Charamicos” está ambientada a mediados de los años 70 y explica que los roles de las mujeres son una mezcla de ama de casa, madres solteras, mujeres violentadas y una nueva generación que va adoptando posturas diferentes ante la vida. Jóvenes que a través de su lucha contra el poder imperante de la época hicieron valer sus derechos, rompiendo paradigmas y estigmas sociales de la época. La temporalidad de la novela influye bastante en los roles en que las mujeres se desenvuelven, porque fue una época de muchas luchas estudiantiles en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) donde el tema revolucionario causó un efecto dominó en todos. Con esto me refiero a que las mujeres que asistieron a la universidad son mujeres más liberadas, y empoderadas que no solo cumplen roles de amas de casas como son los casos de las madres de ambas protagonistas.

Gracias, gracias, gracias a todas las mujeres dominicanas, madres, maestras, trabajadoras, estudiantes, profesionales, guías, que con su historia cotidiana son referentes de resistencia, resilientes y lucha. Que defienden sus derechos y hacen valer su voz en cada espacio que habitan. Aun nos faltan muchos espacios por conquistar, y barreras que romper, pero vamos caminando y la historia nos sirve como referente para ver todo lo que hemos conquistado. l


Centro estudios caribeños. PUCMM.

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