En el artículo anterior enfatizamos la migración china a México en sentido general, hoy, nos dedicaremos a examinar la migración china a Baja California y las razones que explican esa migración. Diferente a la temprana migración a México las causas de la migración a Baja California están más relacionadas con las políticas xenofóbicas del Estado norteamericano y la cultura racista de un amplio sector del movimiento obrero norteamericano. Estos obreros consideraban a los inmigrantes chinos como un peligro para la clase obrera norteamericana blanca, un gran número organizadas en sindicatos. Estas políticas promovieron la inmigración hacía de forma legal y clandestina.
Las documentaciones utilizadas para el estudio de la migración china en Baja California provienen del Archivo General de La Nación, especialmente Registro Nacional de Extranjeros, la Secretaria de Relaciones Exteriores, los censos de población y las colecciones de revistas, diarios y publicaciones periódicas. El ensayo de Rosario Cardel Marín, “La Migración China en el Norte de Baja California, 1877-1949”, al igual que en el libro Chinos en américa de Juan Hung Hui, y otros ensayos como el de Xu Shi Cheng, los Chinos a lo largo de la Historia de México y Rubén Carillo, Asia llega a América. Migración e influencia cultural asiática en Nueva España (1565-1815) nos ofrecen innumerables informaciones sobre la migración china a México en general.1
Durante la segunda mitad del siglo X1X, la migración china a los territorios de Baja California se incrementó. Durante este periodo hay razones muy concreta que promueven esta migración , la necesidad creciente de fuerza de trabajo para cultivar los enormes territorios poco poblados de baja California, a lo que se aunaba la política de desarrollo económico y de crecientes inversiones extranjera promovida por el Porfiriato. A estas razones hay que añadir los profundos cambios que estaban ocurriendo en China. La penetración imperialista europea, las agresiones extranjeras y los múltiples levantamientos internos crearon una situación harto delicada, que culminó en la dominación imperialista de numerosos territorios chinos y la imposición de múltiples cambios económicos que pusieron fin al tradicional aislamiento del imperio chino.
Inglaterra fue la primera potencia europea en alcanzar una posición hegemónica en los intercambios comerciales con los chinos. La Compañía de las Indias Orientales tenía el control de los intercambios comerciales con China y tenía establecida su organización en Cantón desde 1786. Exportaba a china estaño, plomo, telas de lana, de algodón, pero quería acrecentar sus exportaciones de las producciones industriales inglesas. Especialmente cuando su balanza comercial con China era altamente deficitaria. Las exportaciones de té y seda hacia Inglaterra eran altamente favorables a China. Para compensar esta situación comercial deficitaria los ingleses iniciaron la venta de opio, cuya venta estaba prohibida desde 1839. Los ingleses no prestaron atención a estas leyes y continuaron acrecentando sus ventas en forma de contrabando.2 (303) En 1816, la Compañía de las Indias Orientales liberó el tráfico de venta de opio, adquiriendo su consumo un uso generalizado a pesar de las prohibiciones. “Los efectos ejercidos por el contrabando del opio sobre la burocracia fueron devastadores, que cuando más ganaba en este negocio más irresistiblemente se corrompía”.3
La oposición gubernamental china a la creciente importación de opio contrabandeado de Inglaterra condujo a la primera guerra del opio, cuya derrota fue funesta para china, pues tuvo que ceder a Hong Kong a Inglaterra, pagar indemnizaciones de guerra y abrir cuatro nuevos puertos al comercio exterior. La derrota a China llevó a la firma del tratado de Hu-men, 1843, que le concedió a Inglaterra la cláusula de la nación más favorecida y otros derechos de extraterritorialidad y jurisdicción consular.
La segunda guerra del opio, 1856, la cual tuvo también trágicas consecuencias para el país. La derrota militar china significó la ocupación de Cantón, la destrucción del fuerte Taku, en la
desembocadura del Pei-ho. El gobierno se vio obligado a buscar la paz con los ingleses y franceses.
La claudicación china significó la firma del tratado de Tientsin (junio 1858), altamente lesivo, pues se le exigió pagar nuevamente indemnizaciones de guerra, firmar una vez más la cláusula de la nación más favorecida, abrir 10 puertos al comercio extranjero y permitir que las misiones religiosas y católicas no fueron obstaculizadas en sus labores de proselitismo. Tanto Rusia como Estados Unidos tuvieron concesiones similares.
Dicho tratado abrió las puertas a los “tratados desiguales” firmados, y a las ocupaciones extranjeras como la de Macao por Portugal, en 1887, ocupación de Tsingtao por Alemania en 1897, las ocupaciones Rusas de Lu-shun-k’ou y dalni abrieron adicionales ocupaciones en las cuales los franceses se establecieron en Annam en 1870 y en 1874 habían firmado un tratado que garantizaba su protectorado.4
Siguiendo a los profesores Franke y Trauzettel… “bien puede caracterizarse como semicolonial la condición que China adquirió a lo largo de este proceso. Los territorios costeros, principalmente, se habían convertidos en una área de zonas de influencias que en parte constituían verdaderos enclaves”.5
La penetración imperialista, los movimientos de oposición interna y las políticas gubernamentales de aumento de la renta del suelo y los impuestos, dejaron a una gran cantidad de campesinos sin tierras. Otras causas para explicar las migraciones están relacionadas con la demanda global de materias primas y mano de obra para las emergentes economías industriales en Europa, Japón y Estados Unidos, incrementándose los movimientos migratorios hacia Europa, Las Américas, el Caribe , Asia y Nueva Zelandia, etc.
Durante este período los migrantes chinos provenían de los puertos de Cantón, Hong Kong y Amoy. ‘’Los de Cantón fueron los más numerosos, ya que esta provincia era la más afectada por la penetración extranjera. Los emigrantes estaban previamente contratados y se les conocía con el nombre de coolies. Otros viajaron por su propia voluntad y se dirigieron al estado de California en los Estados Unidos y a Australia, lugares donde trabajaron en las minas de oro.6
Los nuevos inmigrantes trabajaron en otras áreas económicas, como en la agricultura, jugaron un papel muy importante en la producción de trigo y algodón. Laborando en ciudades como Alameda, Sacramento, Freno y Santa Clara. En el año de 1882, entre 50 y 75 % de los cultivos estaban en manos de jornaleros chinos; se destacaron también en las industrias del calzado, del cigarro, del tabaco y en las industrias de limitada inversión como lavanderías, comercio ambulante y trabajos domésticos.
La migración china se incrementó en otras ciudades de Estados Unidos, como San Francisco, New York, Los Ángeles, Chicago y Seattle. “Pero el papel predominante que los inmigrantes chinos fueron adquiriendo dio lugar al surgimiento de leyes restrictivas y a que sufrieran ataques directos después de quince años de ingreso libre y voluntario.”7
La migración china hacia Baja California fue estimulada por la construcción de vías férreas. Este fue uno de los renglones económicos más importantes para la fuerza de trabajo china, de hecho, los primeros migrantes chinos procedente de California fueron contratados por las compañías California Central Railroad y la Union Pacific Company, ambas norteamericanas, que invirtieron sus capitales en construcción de líneas férreas en México. En la construcción de las vías férreas los trabajadores chinos jugaron un papel muy importante.
Fueron precisamente las leyes restrictivas como el acta de exclusión del 6 de Mayo de 1882 y el Tratado Burlingame de 1888 que amplió la prohición de ingreso a los Estados Unidos, lo que motivo la migración hacia territorio mexicano.
Muchos de los nuevos inmigrantes chinos a Baja California trabajarían las tierras del valle de Mexicali. Contratados por la Colorado River Land Co., compañía norteamericana que dedicó sus esfuerzos a la producción de algodón. Los chinos fueron contratados como jornaleros, agricultores, arrendatarios y dueños de tierras. El número de jornaleros chinos que había en el valle en el año 1919, ascendía a 8 mil, los arrendatarios podían ser socios agrícolas, agricultores inversionistas, y rancheros. Muchos de los arrendatarios, de acuerdo a Evelyn Hu-de Heart, constituyeron compañías cuyos capitales provenían de los préstamos de compañías norteamericanas, cuyo cobro de intereses ascendía a 24% anual. También existieron inmigrantes chinos propietarios de tierra, aunque su número fue menor que el de arrendatarios.8
La mayor parte de las compañías invirtió posteriormente en el comercio, ya que mantenían relaciones con comerciantes chinos, que adquirían los cultivos de maíz, frijoles y hortalizas. Pero otros migrantes se establecieron en ciudades como Mexicali, Tijuana y Ensenada. La ciudad de Mexicalli, capital del Estado, cuyo desarrollo estuvo asociado al valle de Mexicalli.
Fuentes
1.- Destino México, Un Estudio de Migraciones Asiáticas a México, de Moisés González Navarro, Sergio Camposortega Cruz, Rosario Cardel Marín, Isabel Arline Duque Saberi, Roberto Ham-Chande, Doris Musalen, edición de María Elena Ota Mishima ., México, D.F.: Colegio de México, 1977. Véase, Rosario Cardiel Marín, La Migración China en Baja California, 1877-1949. Pp. 189-254. Colegio de México. Juan Hung Hui, chinos en América, XU Shi Cheng, Los Chinos a lo largo de la Historia de México, Rubén Carillo, Asia llega a América. Migración e Influencia cultural asiática en Nueva España (1565-1815). Asiadémica. Revista Universitaria de Estudios sobre Asia Oriental. Num.3, enero 2014.
2.- Herbert Franke y Rolf Trauzettel, El Imperio Chino. Historia Universal Siglo XX1. México, España, Argentina. Siglo XXI editores, 303.
3.- Franke y Trauzettel, El Imperio Chino…,333.
4.- Franke y Trauzettel, El Imperio Chino, 305-310
5.- Franke y Trauzettel, El Imperio Chino, 315.
6.- Rosario Cardiel Marín, La Migración China en Baja California, 1877-1949. Pp. 189-254. 191. En Destino México, Un Estudio de Migraciones Asiáticas a México, de Moisés González Navarro, Sergio Camposortega Cruz, Rosario Cardel Marín, Isabel Arline Duque Saberi, Roberto Ham-Chande, Doris Musalen, edición de María Elena Ota Mishima ., México, D.F.: Colegio de México, 1977
7.- Cardiel Marin, 195.
8.- Evelyn Hu-De Hart, “La comunidad china del Districto Norte de Baja California (1910-1934)”, p.15., en la comunidad china del Districto Norte de Baja California 1910-1934.Mexicalli,Instituto de Investigaciones Históricas del Estado de Baja California,1990. Citado en Cardiel Marín, p.223.