Estados Unidos fue sede de la IX Cumbre de las Américas la semana del 6 al 10 de junio de 2022 en Los Ángeles, California. Durante la Cumbre sesionaron, junto a las plenarias de presidentes y jefes de Estado, los tres foros organizados por el Departamento de Estado y que fueron parte de su funcionalidad: el Noveno Foro de la Sociedad Civil, el Sexto Foro de Jóvenes de las Américas y, la Cuarta Cumbre de “CEO” de las Américas. A pesar de las ausencias de algunos líderes caribeños y latinoamericanos, se abordaron temas concernientes a las áreas económicas, sociales y políticas como la inclusión social, la recuperación económica, el cambio climático y la democracia.
El encuentro se cerró con la firma de la “Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección” para enfrentar la crisis migratoria que atraviesa la región, suscrita por 20 países de los asistentes. En esa declaración presentada como el mayor logro del evento, se incluyen nuevas vías legales para entrar en los países, se ofrecen algunas ayudas a las comunidades más afectadas por la migración, se propone una gestión más humana en las fronteras, etc.
Durante el encuentro se firmaron otros acuerdos relacionados a la salud, medio ambiente, transformación digital, energía limpia y renovable y gobernabilidad democrática. Se acordó el “Plan de Acción sobre Salud y Resiliencia en las América” en el que se comprometieron a lograr un consenso a ser ejecutado para el 2030 que implica abordar con solidaridad y equidad los efectos de la pandemia del COVID-19, fortalecer los sistemas de salud y educación, abordar las desigualdades e inequidades y promover la igualdad de género.
Se presentó el “Programa Regional para la Transformación Digital” el cual intenta alentar el desarrollo de planes sobre transformación e innovación digital, ampliar el uso de plataformas digitales en poblaciones históricamente marginadas, generar políticas públicas que impulsen la inclusión digital, ciberseguridad ciudadana y acceso a la educación y la cultura y promover redes nacionales de investigación e innovación.
Se adoptó el “Plan de Acción Interamericano sobre Gobernabilidad Democrática” que busca fortalecer la confianza en la democracia mediante el cumplimiento de compromisos en derechos humanos,
gobernabilidad transparente, lucha contra la corrupción y estado de derecho. Incluye el fortalecimiento de los mecanismos existentes de diálogo político y la cooperación regional para apoyar la Carta Democrática Interamericana, apoyar elecciones libres y justas, promover la libertad de prensa y ejercicio de derechos civiles, contrarrestar información falsa y sancionar el uso de la violencia contra la prensa y defensores de derechos humanos.
También se presentó la propuesta de una “Alianza para la Prosperidad Económica de las Américas” cuyo objetivo sería la reconstrucción de las economías desde abajo hacia arriba y desde el centro hasta el exterior, promoviendo la cooperación. Se propone fortalecer las instituciones financieras internacionales, las cadenas de suministro, que tanto han afectado al comercio y la economía en la región. Además, inversiones en las infraestructuras públicas de migración, salud y educación.
De manera puntual en una reunión con los mandatarios del Caribe se presentó la propuesta de Estados Unidos para hacer frente al cambio climático en la región. Para enfrentar los desafíos de la crisis climática, se anunció el plan, bautizado como Alianza de EE.UU. y el Caribe para detener la crisis climática (PACC 2030, en inglés). El Caribe es una región vulnerable al cambio climático. De acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) las temperaturas promedio en la región se han incrementado entre 0.1° y 0.2°C cada década, a lo largo de las últimas tres décadas. Los patrones de lluvia en la región han cambiado, y se espera un aumento en el número de días secos consecutivos. Adicionalmente, el nivel del mar ha aumentado a una tasa de entre dos y cuatro centímetros por década a lo largo de los últimos 33 años, patrón que representa graves riesgos para los valiosos recursos de agua dulce de la región y para la población costera que depende del turismo y la agricultura. El plan propuesto por Estados Unidos implica trabajar para identificar nuevos proyectos de energía limpia, brindar asistencia técnica para proyectos viables, incorporar inversionistas en las áreas de interés en el Caribe y mejorar el acceso al financiamiento para el desarrollo.
De entrada, los acuerdos constituyen un esfuerzo de enfrentar los desafíos de la región. Sin embargo, su puesta en práctica supone una serie de retos y su éxito dependerá de muchos factores para que lo acordado no quede en letra muerta.
Más allá de lo acordado y declarado, el encuentro continental se desarrolló con la expectativa de Estados Unidos de reforzar el papel hemisférico y la cooperación, establecer nuevas alianzas y contener su pérdida de influencia en una región que ha sido su zona de influencia tradicional y donde China cada vez gana más peso como reflejan los últimos estudios sobre el tema, incluyendo el libro publicado por el Centro de Estudios Caribeños “La presencia China en el Gran Caribe: Ayer y hoy”.
La Cumbre puso de manifiesto las diferencias de la región en materia de integración estratégica y multilateral. La tensión generada por la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua, criticada previo al evento y reprochada en las sesiones e intervenciones por algunos jefes de estado, así como la ausencia de los presidentes de México, Bolivia, Honduras y San Vicente y las Granadinas y otras ausencias con diversa justificación, puso en evidencia la falta de cohesión política.
El evento hasta cierto punto puede ser un ejemplo de la incapacidad que sufren los Gobiernos para poner sobre la mesa políticas de integración multilateral en busca de desarrollo y crecimiento comunes, la imposibilidad de poner sobre la mesa una estrategia coordinada para enfrentar los retos que miren hacia una misma dirección.
Por último, la Cumbre puso en evidencia los efectos de las transformaciones regionales de los últimos años, los retos del liderazgo de Estados Unidos en la región y las consecuencias de conflictos extrarregionales en la dinámica política regional. Está por verse si los esfuerzos de Estados Unidos por acercarse a la región tendrán resultados efectivos a corto, mediano y largo plazo.
Connected Worlds: The Caribbean, Origin of Modern World. “This project has received funding from the European Union´s Horizon 2020 research and innovation programme under the Marie Sklodowska Curie grant agreement Nº 823846. Dirigido por Consuelo Naranjo Orovio desde el Instituto de Historia-CSIC”.