Autores:
Sophia Monegro: Candidata doctoral en estudios africanos y de la diáspora africana de la Universidad de Texas en Austin, anteriormente investigadora y becaria Fulbright en la República Dominicana a través del Archivo General de la Nación.
Matthew Alexander Randolph: Candidato doctoral en historia de la Universidad Stanford en California, anteriormente investigador y becario Fulbright en la República Dominicana a través del Centro de Estudios Caribeños de la PUCMM.

El pasado año se cumplió el bicentenario de la llegada de afrodescendientes norteamericanos, a Samaná. Para conmemorar el hito, se inauguró una exhibición temporal en la comunidad de Santa Bárbara. La exposición presentó la historia y cultura de sus descendientes y forma parte del Museo de la Afrodescendencia en Samaná. Primer museo enfocado específicamente en la descendencia africana del país.

El museo es un esfuerzo comunitario que actualmente no tiene ubicación permanente, aunque apoyada por el Grupo Piñero, la exposición temporal abierta entre el 14 de julio y el 14 de septiembre de 2024 estuvo en la Casita Morada del Pueblo Príncipe. El museo está dedicado a Martha Leticia Willmore Johnson historiadora de Samaná. Ella fue profesora de francés y llevó sus clases de idioma a las localidades de Juana Vicenta, El Limón y Las Terrenas. Fue también presidenta de las damas de la Iglesia Metodista Africana a nivel nacional e internacional.

La idea originaria del museo circula desde hace treinta años en la comunidad e inició con Francisca “Norma” Forchue Miller, Wilfredo Benjamín Kelly, y Awilda Benjamín, gestores culturales que colaboraron con el descendiente samanés Dr. Ryan Mann-Hamilton, antropólogo de la Universidad de Nueva York, Sophia Monegro, becaria Fulbright y la Dra. Martha Ellen Davis, antropóloga de la Universidad de Florida.
La exhibición compuesta de objetos y documentos originales narra la persecución de los afronorteamericanos en EE. UU. antes de la inmigración y la oportunidad que Jean-Pierre Boyer dio a todos los afrodescendientes del hemisferio de encontrar una tierra de libertad. La llegada, fechas, itinerarios, apellidos y asentamiento se incluyen en la exposición. La implantación de la Iglesia Africana Metodista Episcopal, sus aportes culturales, y la destrucción del viejo Samaná durante el proyecto de modernización por el presidente Joaquín Balaguer ocupan un lugar central. Los documentos del siglo XIX fueron cedidos por la Iglesia Africana Metodista Episcopal Bethel y la Evangélica St. Peter’s en Samaná. Los objetos exhibidos procedían de las familias Willmore, Lewes, y Jones. La fotografía e historia sobre los aportes culturales se incluyeron gracias a las décadas de conservación y circulación de las tradiciones afronorteamericanas por la Lic. Forchue.

Actualmente los ancianos aún hablan el inglés de sus antepasados estadounidenses. Los dominicanos desconocen una gastronomía que incluye el johnnycake: pan horneado con leche de coco, fruto y mezcla de tradición culinaria que los inmigrantes fusionaron con sensibilidad e ingredientes caribeños. Sin embargo, es necesario comprender mejor esta historia de la sincrética cultura sincrética de Samaná. Su legado va más allá que de simples recetas de comida. Samaná es un paraíso de sol, mar, y palma y siempre fue importante en la historia del Caribe, mucho más que su reputación turística.

Como las ballenas jorobadas anualmente llegan a su bahía para reproducirse en aguas tranquilas, los inmigrantes llegaron a mejorar sus vidas. Por un lado, conociendo su valor estratégico y por otro huyendo de la opresión esclavista de Estados Unidos, país de libertad precaria para los afrodescendientes, así miles llegaron de Nueva York, Baltimore, Filadelfia, y Boston. Se mudaron durante el régimen de Jean-Pierre Boyer que ofrecía libertad. Los Estados Unidos no abolieron la esclavitud hasta 1865, tras la Guerra Civil, Haití lo hizo 60 años antes, al proclamar su independencia de Francia. Boyer acabará también la esclavitud en la parte española en 1822. Así, en la primera mitad del siglo XIX, fue una tierra de libertad para los seres humanos esclavizados por el color de su piel: una isla de libertad en un mar de sociedades e imperios esclavistas.

En la transición al 2025, los autores de este artículo, Sophia Monegro (Universidad de Austin, Texas) y Matthew Randolph (Universidad de Stanford), creemos importante unir los esfuerzos entre lo público y lo académico para conmemorar el bicentenario de la historia samanesa en República Dominicana y Estados Unidos. En junio, como becarios Fulbright, compartimos nuestras investigaciones con el apoyo de la embajada estadounidense. El propósito de conmemorar el Juneteenth, una fiesta estadounidense dedicada a la abolición. En este sentido, el evento fue una oportunidad para discutir la historia compartida de nuestras naciones. Samaná, organizó su propio evento la semana del 14 de julio con talleres de historia, conversatorios entre académicos y descendientes de los migrantes, junto a festivales dedicados a la herencia gastronómica, el folclor, y el arte.

En octubre, un grupo de profesores e investigadores organizaron un simposio en la Universidad de Austin con presentaciones sobre la inmigración afronorteamericana a la Española durante el siglo XIX. Este fue llamado “We Choose Freedom” para reconocer que Haití y República Dominicana fueron dos naciones excepcionales sin esclavitud en el Caribe. Un lugar que atrajo a la diáspora africana. Cristina Davidson de la Universidad del sur de California presentó su libro “Dominican Crossroads” publicado por la Universidad de Duke. La monografía reconstruye la vida de H.C.C Astwood, que a finales del siglo XIX fue cónsul norteamericano (de origen caribeño) en República Dominicana. El libro explora la historia de la Iglesia Africana Metodista Episcopal, Astwood fue miembro de ella, como la mayoría de los inmigrantes y sus descendientes en Samaná.

Nosotros participamos y compartimos parte de nuestra investigación doctoral, mientras también presentaron el Dr. Ryan Mann-Hamilton, Dra. Leslie Alexander, Dr. Westenley Alcenat, Dra. Bianca Dang, Dr. Brandon Byrd, Dra. Jossianna Arroyo-Martínez. Las presentaciones académicas fueron complementadas con la de la artista de origen dominicana Lizania Cruz que presentó su proyecto creativo sobre el legado afronorteamericano de Samaná. Se presentó también la reedición de “Los inmigrantes norteamericanos de Samaná” de la antropóloga Soraya Aracena. Con nuestro apoyo Aracena habló sobre la historia y cultura de Samaná ante un público variado tras un servicio religioso en la iglesia histórica de St. Peter’s en Santa Bárbara.

Hoy, al pensar en el futuro de República Dominicana, no debemos olvidar que nuestra historia nos une. Samaná demuestra que la isla es producto de un cruce de culturas heterogéneas desde los pueblos originarios. En el siglo XIX, estas migraciones contribuyeron al mosaico diaspórico que define la diversidad dominicana presente. Nuestra esperanza es que este vivo pasado enorgullezca a su ciudadanía y le permita la posibilidad de sentirse más integrada al mundo global. l


Centro estudios caribeños. PUCMM.

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