El 2021 es un año de conmemoraciones importantes en Latinoamérica y el Caribe. El 28 de julio la República de Perú celebró los 200 años de su independencia. También, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica festejaron el 15 de septiembre el bicentenario de su independencia. A su vez, el 1 de diciembre, la República Dominicana conmemorará el Bicentenario de la Independencia Efímera.
A través de diversas actividades organizadas por la comisión creada mediante el decreto 146-21, se recordará que el 1 de diciembre de 1821, José Núñez de Cáceres, proclamó la independencia de la parte oriental de la isla del Reino de España, creando el Estado Independiente del Haití Español con la intención de aliarse a la Gran Colombia. En el Acta Constitutiva de independencia se estableció una junta de gobierno provisional, cuyo presidente fue el propio Cáceres y el envío de un delegado ante la Gran Colombia con el fin de formalizar la integración a ese Estado.
Para ello recibió comisión Antonio María Pineda. Su misión fue infructuosa, ya que Bolívar se encontraba distante de Bogotá y solo vino a enterarse de la creación del Estado de Haití Español cuando había dejado de existir. En una carta enviada a Santander, a cargo del gobierno en Bogotá, Bolívar se limitó a sugerir de manera ambigua que debería prestarse atención a quienes se habían solidarizado con la Gran Colombia y vislumbraba que el control sobre Santo Domingo podría utilizarse en beneficio de alguna futura negociación diplomática. Fuese por el desinterés de los independentistas sudamericanos o porque se hallaban muy lejos de Santo Domingo, la misión de Pineda careció de efectos. El nuevo Estado solo estuvo en vigor tres meses pues el presidente haitiano Boyer ocupó Santo Domingo unificando toda la isla el 9 de febrero de 1822.
La Gran Colombia a la que el Estado de Haití Español trató de integrarse desapareció en 1830 cuando Ecuador, Venezuela y Colombia tomaron sus propios caminos. Veintidós años después del fin del Estado de Haití Español y catorce después de la disolución de la Gran Colombia, República Dominicana proclamó su independencia el 27 de febrero de 1844.
Desde su desintegración, los países que formaron la Gran Colombia han mantenido períodos de cooperación y entendimiento, así como episodios de tensiones políticas. En el caso de la República Dominicana las relaciones con estos países han pasado por momentos distintos dependiendo el país.
Aunque establecieron relaciones diplomáticas en el año 1945, Venezuela y República Dominicana históricamente, han tenido lazos de amistad desde el siglo XIX. El prócer dominicano Juan Pablo Duarte vivió en Venezuela durante mucho tiempo, al igual que parte de sus familiares. Del mismo modo, el ex presidente Juan Bosch, estuvo allí durante su exilio y tuvo momento de acercamiento y convivencia con el pueblo venezolano. Sin embargo, en los últimos 63 años han mantenido unas relaciones diplomáticas fortalecidas en algunos casos y débiles en otros, las cuales han dependido del nivel de amistad entre los gobernantes de turno y permitido las firmas de decenas de acuerdos en torno al petróleo, la electricidad, el comercio y la educación, aunque en un par de ocasiones han roto las relaciones. La primera vez que ambas naciones rompieron relaciones fue el 24 de junio de 1960, después que el dictador Rafael Trujillo Molina intentara asesinar a su homólogo de Venezuela, Rómulo Betancourt. Una vez muerto Trujillo, se restablecieron las relaciones y en 1962 se firmó un acuerdo para que los venezolanos y dominicanos pudieran visitar ambas naciones sin necesidad de visas. En septiembre del 2003, el presidente Chávez, volvió a retirar el embajador en el país y suspender la venta del petróleo, argumentando que, desde República Dominicana, Carlos Andrés Pérez estaba organizando una conspiración para matarlo. Las relaciones se retomaron y se mantuvieron fluidas hasta el 2018 cuando se da un giro en materia diplomática. El 5 de junio de 2018, República Dominicana votó a favor de una resolución de la Organización de Estados Americanos, aprobada con 19 votos, en la cual se desconocieron los resultados de las elecciones presidenciales de Venezuela del 20 de mayo donde se proclamó ganador a Nicolás Maduro. En 2019 República Dominicana reconoció a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela hasta el 5 de enero de 2021 cuando éste dejó de ser presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.
Con Colombia, Ecuador y Panamá que formó parte de Colombia hasta 1903, las relaciones han tenido una trayectoria distinta. La República Dominicana inició relaciones diplomáticas con Colombia en 1936 y el 13 de enero de 1978 suscribieron el Tratado Binacional de Límites Liévano–Jiménez, el más importante instrumento existente hoy entre los dos países. Contrario al caso de Venezuela, en los últimos años se ha incrementado el nivel de cooperación entre ambos países. República Dominicana es el segundo destino de los colombianos en el Caribe y el principal destino de las exportaciones de valor agregado colombiano, no mineras en el Caribe.
Ecuador y la República Dominicana iniciaron relaciones bilaterales el 14 de julio de 1886, cuando bajo la presidencia en Ecuador de Antonio Borrero se designó como cónsul en el país a Julián de la Rocha. A partir de la década de 1970 ambos países han suscrito 28 tratados, convenios y declaraciones bilaterales en diversos ámbitos y han desarrollado un intercambio comercial que en 2019 ascendía a unos US$95.4 millones.
Panamá estableció relaciones diplomáticas con el país el 24 de mayo de 1937 y en la actualidad mantiene buenas relaciones de cooperación con República Dominicana especialmente en materia de salud, contrataciones públicas, agropecuarias y formación académica penitenciaria.
Sin embargo, existen desafíos que en el contexto actual exigen un mayor nivel de cooperación e integración regional. El Bicentenario de la Independencia Efímera, el fracaso de la integración en la Gran Colombia, los grandes retos que tienen República Dominicana, Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá; constituyen hoy una oportunidad para hacer conciencia de la importancia de estudiar el pasado para entender las relaciones políticas entre los Estados y para tomar conciencia de la necesidad de una mayor cooperación y un mayor nivel de integración que permitan enfrentar los desafíos que retan al país y la región. Profundizar la integración es clave para generar políticas colectivas que den respuesta a las consecuencias sanitarias y económicas de la pandemia del COVID-19, la situación migratoria, el impacto del cambio climático y a los problemas vinculados a la seguridad y el narcotráfico.