Desde finales del siglo XIX y durante el siglo XX el Caribe fue objeto de un proceso migratorio que incluyó a los árabes provenientes de los territorios del Líbano, Siria y Palestina. Los árabes que migraron al Caribe por causas económicas, sociales y políticas eran de diversas confesiones religiosas. El mayor número de emigrantes que llegaron profesaban la fe cristiana y pertenecían principalmente a la Iglesia Católica Maronita. Sin embargo, también llegaron cristianos melquitas, griegos ortodoxos, así como también drusos y musulmanes sunnitas y chiitas.
De los árabes cristianos que llegaron, los maronitas constituyeron el grueso de la migración. Siendo México, República Dominicana, Cuba, Colombia y Venezuela de amplia mayoría católica, el componente religioso de los inmigrantes fue un factor determinante a la hora de insertarse en la sociedad receptora.
Sobre todo, al inicio cuando los inmigrantes no solo tenían que hacer frente a un idioma y una cultura nueva, sino también a los prejuicios, su componente religioso facilitó la integración.
Su presencia fue creciendo a tal punto que a principios del siglo XX sacerdotes maronitas visitaron la región y posteriormente la Iglesia fue creando estructuras con el objetivo de atender espiritualmente a los inmigrantes llegados a la región de rito maronita.
En México se tiene noticia que la primera misa en rito maronita se celebró a finales de 1905 en la Iglesia de la Candelaria, en la capilla dedicada al Señor de la Humildad en la calle de Manzanares, barrio de La Merced, en el centro de la Ciudad de México. Allí, en sus alrededores, se situaron los primeros inmigrantes del Líbano dedicados al comercio. El sacerdote celebrante fue el padre Hanna (Juan) B. Kuri, nacido en el Líbano.
El primer matrimonio realizado en esa capilla está fechado el 13 de febrero de 1906. El primer bautizo católico con rito maronita registrado se realizó el 15 de noviembre de 1911. En 1921, el Episcopado Mexicano, encabezado por el obispo José Mora y del Río, cedió a los maronitas una iglesia propia por solicitud del presidente Álvaro Obregón, quien dio fuerte apoyo a la comunidad libanesa. El recinto religioso otorgado fue la iglesia de Nuestra Señora de la Balvanera. La iglesia fue erigida como parroquia por el arzobispo de México, Luis María Martínez, el 20 de diciembre de 1946.
En 1995 el Papa Juan Pablo II erigió la primera eparquía maronita de México con el título de Nuestra Señora de los Mártires del Líbano, nombrando como su primer obispo a mons. Wadih Boutros Tayah (1996-2002). El 22 de febrero de 2003 se nombró al actual obispo, miembro de la Orden Libanesa Maronita, que llegó a México en 1972, monseñor George S. Abi-Younes. El eparca es además visitador apostólico de Centroamérica, Venezuela y el Caribe Insular para los cristianos católicos de rito maronita.
En Cuba los cristianos maronitas fueron sin duda el grupo religioso más importante de la diáspora árabe. Los maronitas libaneses llegaron a tener cierta dimensión organizativa debido a la sucesiva estancia de clérigos autóctonos, quienes oficiaban en las parroquias donde era considerable la feligresía oriunda del Líbano. Entre 1899 y 1957 cuatro sacerdotes maronitas desempeñaron su ministerio en las parroquias de San Nicolás de Bari, de Jesús, María y José y del Santo Cristo del Buen Viaje autorizados por el Arzobispado de La Habana. Incluso estuvieron tan unificado que algunas personalidades y clérigos de la colonia libanesa solicitaron convertir el templo de San Nicolás en lugar exclusivo para el culto en rito maronita.
En República Dominicana también los cristianos maronitas constituyeron el grupo mayoritario. La existencia de inmigrantes cristianos maronitas en el país y especialmente en Santiago de los Caballeros se evidencia en la visita en 1903, del presbítero Chaul Kuri, de Gazhir, Líbano, con el objetivo de atender las necesidades espirituales de sus feligreses, oficiando dos misas en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, una en la iglesia de La Altagracia y una en la iglesia de San Antonio. Como establece el historiador Edwin Espinal de las dos misas celebradas en la iglesia del Carmen “sabemos que la primera fue conforme el rito maronita, y a ella asistieron todos los árabes y muchas personas de esta ciudad”. En 1913, también en la iglesia del Carmen, ofició una misa cantada el reverendo Pedro Chalele, sacerdote maronita de Gazhir.
En 2008 visitó la República Dominicana monseñor George Saad Abiyunes, obispo de la eparquía maronita de México y quien es visitador apostólico para el país. Asímismo, la Misión Libanesa Maronita entre 2008 y 2009 realizó diversos encuentros con descendientes de migrantes árabes maronitas en Santo Domingo, Santiago de los Caballeros, San Francisco de Macorís, Nagua, Sánchez, Pimentel, La Vega y Puerto Plata. Además, se celebraron misas en rito maronita en la Catedral de San Felipe de Puerto Plata, en la Catedral de Santiago Apóstol en Santiago de los Caballeros y en la Catedral Primada de América.
En Colombia llegaron a partir de los años 80 del siglo XIX. Fueron insertándose en la sociedad y sus descendientes se pueden encontrar en ciudades como Barranquilla, Santa Marta, Ciénaga, Montería, Lorica, Riohacha, Bogotá, Cali y Maicao, teniendo esta última la mayor concentración de musulmanes del país, los cuales llegaron en su mayoría en la tercera diáspora árabe al país, alrededor de los años 60 y 70 del siglo XX.
Los cristianos maronitas constituyen el grupo mayoritario de esta migración a Colombia. Su importancia en la actualidad se expresa en la creación mediante la constitución apostólica Saeculorum decursu del Papa Francisco del Exarcado Apostólico de Colombia, sujeta a la Santa Sede el 18 de diciembre de 2015. Extiende su jurisdicción sobre los fieles maronitas residentes en toda Colombia. Desde el 20 de enero de 2016 su exarca apostólico es Fadi Abou Chebel. El exarca es además visitador apostólico en Perú y Ecuador.
En Venezuela la mayoría de los descendientes de libaneses-sirios y otros países árabes son de origen maronita. Para atender espiritualmente a esta comunidad está la Iglesia de San Charbel también llamada Monasterio de San Charbel que sigue el rito maronita o antioqueño en el sector de Los Caobos en el municipio Libertador.