Nos apartamos en este trabajo de la medicina para rendir homenaje a los odontólogos de nuestro país, en particular al recordado doctor Rafael Kasse Acta y al distinguido amigo doctor Rony Joubert. Durante la época de la ocupación haitiana, los cuidados dentales estaban a cargo de barberos dentistas, y no hay evidencia de dentistas graduados en esa etapa de nuestra historia. Hacia 1853, sin embargo ya existían en el país cirujanos odontólogos, que en la opinión del doctor Rafael Miranda, habían adquirido sus conocimientos en el extranjero. En la Ley del Juro Médico, del año de 1883, ya se establece que los estudios odontológicos deberían durar por lo menos dos años, y que los exámenes prácticos y teóricos sería presentados ante el Juro Médico.
En la última década del siglo XIX, retornaron al país algunos dominicanos formados en universidades extranjeras que inician el auge de esa profesión. Se citan en el libro del doctor Miranda a los doctores Alberto Ricart, Alberto Gautreau, Julio Lyon, Abraham Santamaría y Héctor de Marchena. En esos años, también ejercieron dentistas extranjeros, particularmente formados en la cirugía dental como los doctores Isaac McKay, Mario Tolosa y Carlos Lince. Hasta los inicios del siglo XX, prestantes médicos como los doctores Manuel Durán, José Ramón Luna o Felipe Urraca, hacían trabajos odontológicos, ante la escasez de personal calificado. Luego de reabierta la Universidad de Santo Domingo en el 1914, y a finales de la década del 1920, se inició la Escuela de Cirugía Dental, en la que participaron distinguidos profesores, que dedicaron grandes esfuerzos a forjar profesionales dominicanos de gran nivel. Entre esos profesores citamos a los doctores Alcibíades Ramírez, Manuel Pellerano, César Romano, Diógenes Mieses y Gastón Du-breil.
En el 1945, al inaugurarse los edificios de la nueva universidad, en la zona universitaria, ya se edifica la Facultad de Odontología, ofreciendo el Doctorado y modernizando sus instalaciones y facilidades. Si abren laboratorios dentales, salas de práctica, áreas de radiología y además instalaciones adecuadas para una moderna cirugía dental. Con esas instalaciones vino una pléyade de profesionales como el doctor Horacio Read, quien fue además destacado escritor y pintor de gran profundidad, y también padre y abuelo de destacados dentistas de nuestro país, los doctores Alejandro y Eduardo Read. Se destacó como profesor, decano y ocupando importantes cargos públicos el doctor José E. Aybar, quien llegó a ser Secretario de Salud Pública y Diputado al Congreso Nacional. Otro distinguido profesional fue el doctor René Puig, brillante profesor, consagrado al saber y que disfrutó de un importante reconocimiento internacional. Al doctor Kasse Acta le dedicamos un articulo especial por su trascendencia. El doctor Federico García Godoy, se destacó por dedicarse a la odontología pediátrica, y por crear, junto al doctor Mariano Lebrón Saviñón una revista científica que abarcaba tanto la pediatría como la odontología pediátrica, que tuvo por titulo Paidos, y que se publicó por varios años en la década del 1950.
En la ortodoncia, como bien nos refiere el doctor Miranda, se destacaron los doctores Rafael Hernández, Eusebio Pons y Anselmo Paiewonsky. En la prótesis dental, se mencionan los nombres de los doctores Fernando Correa, Manelik Gasso, Euribíades de Moya y Pedro Olavarrieta. En el área de la periodoncia, el doctor Luis Santamaría aparece como su precursor, publicando interesantes artículos sobre las enfermedades de la boca y su asociación con las afecciones alveolares.
El primer congreso domicano de Odontología se celebró en el 1950, bajo la presidencia del doctor Euribíades de Moya, y el segundo congreso fue celebrado en el 1959, bajo la presidencia del doctor René Puig. Los dentistas dominicanos gozan hoy de un gran prestigio nacional e internacional, y merecen nuestro reconocimiento.