En el municipio de Salcedo nació el 15 de mayo de 1894 el doctor Amado de Jesús Camilo y Camilo, temprano en su vida su familia se trasladó a Tenares. Realizó sus estudios primarios en San Francisco de Macorís y en 1910 sus padres le enviaron a la ciudad de Santo Domingo a realizar sus estudios secundarios. En 1914 se graduó de bachiller y en 1915 ingresó a la Universidad de Santo Domingo para cursar sus estudios de Medicina. El 22 de julio de 1919 recibió su título de licenciado en medicina y el 1ro de agosto de ese mismo año, el Poder Ejecutivo le otorgó el exequátur correspondiente.

Sobre el doctor Camilo, el doctor Ángel Concepción, quien nos relata esta biografía, escribió: “Desde que recibió su exequátur hasta unos días antes de su muerte consagró a su profesión todas sus energías, teniendo como principio y norma fundamental de sus actuaciones, el noble y desinteresado ejercicio de la misma al servicio de los humanos pareceres”. Trabajó como médico general en San francisco de Macorís hasta 1925 obteniendo rápidamente el favor y consideración de los habitantes de aquella ciudad. De 1923 a 1925 también se desempeñó como médico legista en San Francisco de Macorís.

En 1925 se trasladó a Bruselas, en Bélgica, para realizar estudios de oftalmología y otorrinolaringología. Estuvo en el Hospital Saint Jean junto al profesor Henry Coppez. Su pasión por la oftalmología era reconocida por sus familiares y por sus profesores. De hecho en 1929 tras culminar sus estudios, su profesor le ofreció ponerle al frente de su clínica privada. Era un hombre culto y pertenecía a las sociedades belga y francesa de Oftalmología. Igualmente asistía a todos los actos culturales que podía. En febrero de 1930 regresó al país con su familia y se instaló en un consultorio en la calle El Conde, donde instaló modernos y avanzados equipos para la época. Pero situaciones políticas y familiares le obligaron a regresar a San Francisco de Macorís a atender a su padre y las conmociones que vivió le enfermaron y le obligaron a retirarse de la profesión por unos meses. Decidió quedarse en San Francisco de Macorís donde instaló su consultorio en la calle Presidente Vásquez. En 1934 fue nombrado médico de la compañía de seguros San Rafael.

Sin embargo la crisis psicológica que había sufrido en 1930 le afectaba en ocasiones y debía ser tratado durante meses. Pese a ello, en sus momentos calmos, tenía una gran lucidez y como nos dice el doctor Concepción inspiraba gran confianza a sus pacientes. Un caso que le dio mucha fama fue el del señor Timoteo Polanco, quien había sido examinado por el oftalmólogo español Hermenegildo Arruga, quien desaconsejó la cirugía, sin embargo, el paciente deseaba tanto recuperar su vista que el doctor Camilo le operó y el paciente consiguió recuperar su visión. En 1941 tuvo un nuevo ataque que motivó su internamiento y recibió tratamiento del eminente profesor Español Rafael Troyano de los Ríos.

Los últimos años de su vida estuvieron marcados por la incapacidad de trabajar en parte por sus trastornos psíquicos y por otro lado una enfermedad cardíaca, una insuficiencia mitral, que le había sido diagnosticada en Francia, seguía avanzando y le ocasionó la muerte el día 31 de diciembre de 1946. Su vida transcurrió entre sus padecimientos y la entrega a su profesión. La enfermedad le llevó a la pobreza, sin embrago un grupo de médicos de San Francisco de Macorís siempre ayudaron a su familia, dando una muestra de gran nobleza y solidaridad. El testimonio del doctor Ángel Concepción es desde varios puntos de vista conmovedor.

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