Argénida nació en Caracas y vive en República Dominicana desde los diez años. Vivió siempre en Santo Domingo Este, donde cursó el bachillerato y posteriormente estudió Comunicación Social en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde se graduó de periodista. Además de ser una ávida lectora es una excelente poeta que ha ganado varios premios y ha publicado los poemarios Mudanzas, Arraiga y Jamás perder.
¿Dónde naciste y dónde pasaste tu infancia?
Soy una dominicana que nació en Venezuela, por eso de que “el dominicano nace donde le da su maldita gana”, es decir mis padres son dominicanos y yo a los diez años vine, o sea, me trajeron a este país, me dejaron con mi abuela a mí y a mis hermanos, y mi madre que es dominicana se fue a Estados Unidos con mi padre. Hice el bachillerato en el politécnico Pilar Constanzo, estudié periodismo en la UASD. Allí tuve buenos profesores y aprendí a escribir.
¿Cuál fue tu primer trabajo?
Hice mi pasantía precisamente en elCaribe, que fue mi primer baño de realidad después de tantos años de estudio, después pasé a Clave Digital y la mayor parte de mi carrera la hice en Diario Libre, ahora trabajo como editora independiente.
¿Cómo empieza tu relación con la lectura, con los libros y con la escritura?
En cuanto a la lectura, crecí en una casa donde no había libros, casi no se leía, y yo recuerdo que cuando niña era muy parlanchina, me gustaba mucho hablar, contar la historia de cómo había pasado el día, incluso en los primeros boletines de primaria recuerdo que las maestras me ponían en las observaciones “muy inteligente, pero debería hablar menos en clase”. En segundo de primaria, recuerdo que una maestra que se llamaba Melania me sugirió que escribiera todas esas cosas que a mí me gustaba contar, así que empecé escribiendo historias a las que les agregaba dibujitos. Eso me resultó interesante. Y ya después de llegar aquí, escribir fue como encontrar un vehículo para el desarraigo. Aquí tuve la suerte de encontrar maestras que me guiaron y me ayudaron a elegir buenos libros. Ya en bachillerato me formalicé un poquito, es decir comencé a hacer lecturas “más serias” y como de jovencita fui una chica muy “enamorona”, esas historias que al principio escribía y dibujaba se fueron convirtiendo en poemas, por influencia de mis primeras lecturas de Neruda, recuerdo que me gustaba mucho leer a Fabio Fiallo, y así empecé mi historia como poeta.
¿Cuáles fueron los primeros poetas a los que tuviste acceso y cuáles influyeron más en tu forma de escribir poesía?
Leí algo que recuerdo de Rubén Darío, leí a muchos románticos como Jorge Isaacs, el autor de María, novelas muy del currículum escolar, un día con catorce años encontré un poema, Mi vaso verde, de Altagracia Saviñón, fue el primer poema que leí de una mujer, y me quedé prendada… leí a Moreno Jiménez, incluso me topé con Balaguer, que no fue de mis lecturas favoritas para nada, dije esto no, por aquí no. Ya con el tiempo, cuando llegó el internet, llegué tarde a las mujeres… cuando leí por primera vez a Wislawa Szymborska, para mí eso fue una cosa extraordinaria. Después leí a Aída Cartagena, y empecé a ir a la iglesia donde conocí al padre Tulio Cordero, que me invitó a un taller literario.
¿Cuántos concursos ganaste como autora de poesía?
El primer concurso que gané fue uno de Navidad que se hizo en Higüey y gané el primer premio, después una mención de honor en un concurso en España. Después vino el Premio Joven de Poesía de la Feria del Libro con el poemario Arraiga, eso fue en 2013. Fue como el puntapié inicial de descubrimiento, es como que a partir de entonces dijeron “aquí hay una poeta”
¿Qué tú piensas de los grandes poetas dominicanos como Pedro Mir, Manuel del Cabral, Franklin Mieses Burgos y otros?
Entre mis favoritos figura Manuel del Cabral, es una poesía evocadora y que construye un mundo… lo que pienso es que el canon es el canon, y a veces deja mucha gente afuera, Pedro Mir me encanta porque es el que pone a la mujer dominicana y al campesino como tema, que era algo desusado en la literatura nuestra. Para mí tienen un valor muy importante, ellos representan como la narrativa generacional relevante de sus momentos, me llama la atención que en el canon solo haya hombres, aunque todavía falta mucho por investigar sobre las mujeres, como Hilma Contreras, por ejemplo, Aída Cartagena, aunque digan que es poeta, es más bien una tremenda ensayista.
¿Tú crees que es importante que los jóvenes asistan a talleres literarios para aprender a escribir?
Lo considero necesario, sí, incluso creo que debería ser parte del currículo escolar, y aunque no vayan a ser escritores sí les servirá porque la escritura es un vehículo de la vida, para vivir la vida está el barrio, la casa, el campo, pero la lectura te enseña la visión de la vida de otros, y creo que lo más fascinante es descubrir eso, cómo otros ven la vida, y además porque sirve para enriquecer el vocabulario.
¿Tú te consideras estrictamente poeta o también has intentado escribir cuentos y novelas?
Yo tengo algunos relatos guardados, no sé si el periodismo me alejó un poco de la necesidad de escribir, yo trabajé mucho tiempo en escribir para periódicos, tal vez mi narrativa está ahí, porque escribir noticias es una manera de narrar, la poesía también es una manera de narrar… pero distinta, en cuanto a las novelas, me da un poquito de miedo, porque si me cuesta un poco hilvanar relatos de dos o tres páginas, ya la novela es un desafío mayor, requiere crear personajes creíbles, no me siento lista todavía.
¿Alguna vez enamoraste a alguien con tus poemas?
Yo creo que esa poesía juvenil que hice como consecuencia de mis constantes “enamoramientos” debe de haber calado en algunos de los chicos que me gustaban, pero nunca se dio que alguien se me acercara por eso…
Una pregunta obligada ¿Para ser un buen escritor hay que ser un buen lector?
Por supuesto, lo considero como un imperativo, es decir, no concibo que se pueda aspirar siquiera a ser buen escritor si no se ha leído mucho, porque leer es lo que enseña a escribir bien.
¿Cuáles son los escritores favoritos de tu biblioteca personal?
En esa biblioteca está Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Ernesto Sábato, he leído libros de Rita Indiana, ahora estoy leyendo mucha poesía, de Aída Cartagena he leído sus ensayos y sus libros Tablero y Escalera para Electra, y un ensayo sobre la negritud, que está ahí, olvidado pero que es un libro interesantísimo, un tema muy polémico en este país, y me gustan las novelas de Susan Sontag y de Virginia Woolf. También estoy leyendo a Anne Sexton… por solo citar algunos.
¿Qué consejos les daría a los chicos que empiezan a dar sus primeros pasos en la escritura?
Que lean mucho, sobre todo a los clásicos, duden mucho, no se la crean, pero también tengan compasión de sus textos, guarden sus primeros escritos y escriban mucho y boten mucho, pero vivan. No hay manera de escribir si no se vive