Dalis Jáquez es un artista que ve en la pintura un método para sensibilizar y manifestar emociones. Con una trayectoria de más de 30 años, el artista plástico dice no tener límites cuando se apodera del pincel para crear una nueva obra. Un elemento permanente en sus producciones es la creatividad con técnicas y materiales innovadores. En su empeño de perfeccionar sus habilidades artísticas, se formó a nivel académico en las escuelas Nacional de Bellas Artes; de Altos de Chavón y las de Bellas Artes de San Francisco de Macorís y Cotuí. “Estas formaciones me brindaron conocimientos y habilidades que les permiten navegar en diferentes estilos y técnicas como el minimalismo, clásico, retrato, ilustración, composición y mural” afirma. Y ha tenido influencias de varios maestros de la plástica como Román Castillo, Carlos Montesino y Pedro Martínez. “Como soy maestro y me identifico con el arte moderno”, indica.

¿Cómo es que te introduces en el mundo del arte?
Tuve el privilegio de haber nacido bajo la influencia del Movimiento Cultural La Zafra, que surge en Cotuí en la década de los años 70 en mi plena niñez. Entonces toda esa explosión cultural empieza a motivarme y a despertar cierto interés, específicamente por las artes plásticas. Mi tío José Ferrer, que es escritor y pintor y todos sus amigos pertenecieron a La Zafra y por ahí creo que hubo cierta inducción. En ese momento fue cuando despertó mi interés y empecé a dibujar con apenar seis años.

¿Llegaste a imaginar que ibas a vivir de la pintura o solo lo veías como un entretenimiento?
Sí, siempre supe que mi formación y mi trabajo serían en torno a las artes plásticas porque en casa casi todos han sido maestros de una manera u otra y yo comencé a los 16 años a impartir docencia como voluntario en un centro artístico que impulso el movimiento cultural La Zafra.

¿Qué te cautiva particularmente de las artes plásticas?
Cuando el artista se toma en serio lo que hace, el arte es una terapia, independientemente de la situación que tenga el individuo. Pintar nos desconecta y nos envuelve dentro de nuestros conocimientos y expectativas. Pintar es algo maravilloso porque uno comienza a pensar y a plasmar lo que de manera espontánea se va dando. Por eso creo que la plástica es como un espectáculo que hace que uno funcione como actor de la obra y también como espectador; tú disfrutas cuando lo haces, lo vives y luego disfrutas el resultado.

¿En cuáles ciudades has plasmado tu arte?
He realizado murales en la Universidad Tecnológica del Cibao Oriental, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo recinto Nagua y en Santo Domingo; en la Universidad Central del Este, en la Fortaleza Pedro Santana de San Pedro de Macorís; y en las ciudades de San Juan de la Maguana y San Francisco de Macorís. Fuera del país en New York, Estados Unidos.

Eres una persona multifacética, pero ¿cómo te defines?
Me defino como artista, primero por la formación académica que tengo en el área. Segundo, porque mi modo de vida es totalmente dentro de este entorno de las artes, no solo de la pintura. Además, tengo varios talleres para crear y ahora tengo este espacio que está abierto al público, donde tengo la galería y una escuela para niños donde ponemos gran atención a la diversidad; esos niños que por la edad o por alguna condición no pueden estar en otros centros, nosotros aquí los recibimos y les damos esa formación artística.

¿Qué has aprendido del arte?
Cuando uno se refugia en el arte, uno se inmuniza ante la sociedad, se inmuniza ante la crítica y la maldad. Yo creo que el arte me ha protegido, incluso hasta mejora la salud. Entonces, creo que he aprendido a vivir en mi burbuja, porque cuando estoy pintando siento que ese momento me envuelve en el mundo de la obra que estoy creando.

¿Cuál ha sido tu mayor desafío en el arte?
Creo que ninguno. En mi carrera solo he visto escalones, no retos. Porque los retos son cosas que uno piensa que no puede lograr y yo todo lo que me he puesto en la mira lo he conseguido.

¿Has incursionado en otras áreas de las artes plásticas?
Yo he trabajado el diseño gráfico, la fotografía. He trabajado con la escultura, soy grabadista, muralista, retratista, video art, fusión entre drama, poesía y la ilustración, animación de televisión, ilustración de libro, pendolismo, y rotulación.

¿Qué es lo que más disfrutas de trabajar con los niños?
Que aprendo bastante de ellos porque los niños no tienen límite, que todo lo que tú les dices, si ellos lo piensan ellos lo hacen y eso te brinda la oportunidad de tú reinventarte. Los niños muestran en su interpretación lo que ellos sienten, tú les puedes decir que te pinten un jardín y al jardín si ellos se sienten tristes te lo van a hacer llorando.

Además de artista eres maestro de ciencias sociales y publicista, ¿cómo puedes conjugar estas profesiones con el arte?
Como te comenté, empecé desde niño a estudiar artes, y en mi afán de seguir preparándome, una de las carreras a nivel de licenciatura que más se acercaba a las artes es la publicidad, porque me permitía formarme académicamente a nivel de grado y me daba la formación en competencia de poder aprender a dibujar y a pintar para tener el nivel de maestro. Luego, para continuar con la línea de la docencia, decidí estudiar educación mención ciencias sociales, porque el contenido de esta área se basa en historia y geografía, contenidos que están íntimamente ligados al arte.

¿Qué aportes sientes que haces a la sociedad desde las artes plásticas?
Las comunidades deben despertar e integrase a lo que son las artes en sí, y retomar algunas prácticas anteriores del inicio de la historia de la humanidad, porque el hombre cuando empezó a hacer vida común no hablaba, sino que se manifestaba a través de dibujos en las cavernas a su forma y con los recursos que tenía. Te quiero decir con esto, no es que aspiro a que todos pinten, canten o bailen, es que entendamos que las artes son una fuente de manifestación importante para las sociedades y una manera de sensibilizar a las personas para escuchar y ver lo bueno, y entre todo, cuidar lo bueno.

Gratitud
Cuando uno se refugia en el arte, se inmuniza ante la sociedad, ante la crítica y la maldad. Creo que el arte me ha protegido, incluso hasta mejora la salud”.

Consideración
Cuando el artista se toma en serio lo que hace, el arte es una terapia, independientemente de la situación que tenga el individuo”.

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