Carlos García Baret es un joven artista que comparte su trabajo creativo con la Ingeniería Civil, su otra carrera. Ganador del Gran Premio de Pintura de la Bienal de Artes Visuales de República Dominicana del 2015, desde temprana edad se sintió atraído por el arte; además de ser estimulado por su hermano, el pintor Fermín Baret, recibió orientación de los artistas Anderson Albano y Ramón Sandoval. Kbaret, como se conoce en el ámbito de las artes visuales, considera que “en un tiempo en que opera el caos y la falta de amor, el alejamiento de los lineamientos fundacionales en casi toda la actividad humana, creo importante que el creador muestre su compromiso, proponiendo obras que favorezcan la reflexión profunda sobre nuestros grandes males, al tiempo que produzcan puntos de encuentro y convergencia entre el accionar y las limitaciones que internamente el individuo porta”. Oriundo de Moca, provincia Espaillat, Kbaret realizó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Santiago de los Caballeros.
¿Cuál es la obra que te ha marcado?
La obra que me ha marcado es, “Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego sagrado de tu amor”. Así reza la oración cristiana titulada “Invocación del Espíritu Santo”, y es en la totalidad de su textualidad el nombre que le he puesto a esta obra que presento. Creo que la intención que entraña, visto desde el campo de la fe, es el imperativo de la práctica cotidiana del amor entre los hombres y mujeres de la tierra, y el amor y cuidado hacia la tierra misma. Somos responsables por el presente y el futuro de nuestro entorno y de la humanidad en su conjunto, sin importar el grado de habilidad, ni la importancia de la labor que realicemos; este imperativo es un asunto de decisión y de responsabilidad. Cada hombre es una luz o una llama devastadora, yo apuesto al aprovechamiento de la mente en su máxima capacidad. Es innegable que urgen cambios en este tiempo de tanta oscuridad, dolor y pobreza y hay que volver a abrazar virtudes como la integridad, la criticidad, el sentido común que nos acerca al otro y su valoración, la responsabilidad con nuestros hechos, la solidaridad, la ternura y la honestidad. Todas estas virtudes deben ser, a mi juicio, los puntos de partida para realizar los cambio que aspiro para el mundo y cuyo aporte espero dejar con mi obra.
¿Si tus obras hablaran, qué dirían sobre el artista?
Dirían: “Él no hace un arte que no tenga piel, sangre y aliento de su época”, y que el artista raras veces alcanza a obtener la terminación que había imaginado antes de iniciar, y es que cree que nosotras vamos hablando, desarrollándonos, exigiendo nuestra estatura y espacio y fluimos en comunión con él. Por eso no le interesa hacer bocetos, él va descubriendo forma desde la primera mancha que ejecuta y trata de fluir respetando lo que nosotras le proponemos, de no perder de vista el concepto que hizo que nosotras naciéramos.
¿Qué estilo reflejan tus pinturas?
Mis obras ofrecen varias lecturas, desde lo lejano, internalizado a lo cercano como vivencia, conjugando lo abstracto, lo óptico, lo tridimensional y la figuración simulada.
¿Te identificas con alguna clasificación pictórica?
Confieso que para mí la obra es el eslabón final de un proceso tiránico y contradictorio, donde ese resultado casi nunca es el que me planteé inicialmente en su proceso de creación. Soy un artista que crea a partir de lo que tiene en las manos para trabajar, no me acomodo ni me limito a materiales ni a ninguna clasificación.
¿Qué te atrapa como tema?
Como creador y ciudadano siempre me ha interesado el valor temático en mi obra, en ese tenor, me he preocupado por leer, investigar y profundizar en los temas sociales y políticos de nuestro país; creo firmemente que el discurso de la obra de arte debe estar comprometido con el contexto, donde surge, con su raíz identitaria. Por eso, en mi trabajo se puede apreciar que, en muchos casos, planteo posibles soluciones de ese u otros tópicos que igualmente son motivos de mis reflexiones e inquietudes respecto al presente o futuro de la dominicanidad. Muestro esas preocupaciones a través de la trinchera con que cuento: mi arte. A través del arte se puede re-significar la realidad, y la nuestra está llena de posibilidades, podemos re-crear lo que nos rodea, cuidándonos de no hacer simplemente historia de la realidad.
¿De qué trata tu obra más reciente?
En esta etapa de mi proceso creativo, mis obras evocan una correspondencia entre la técnica y la temática que las define, caracterizadas por su marcada geometría rectangular, asociando esta estrategia formal a la realidad de las limitaciones y fronteras internas que acarrea el individuo de la actualidad. En mi arte existe un componente manual-artesanal, que está íntimamente vinculado al mensaje e intención que se pretenden alcanzar en el resultado final: una obra con ribetes novedosos en su factura y cimentada en la investigación y la maduración de inquietudes que ya he propuesto en etapas anteriores. Desde la construcción y adecuación de las canvas, que implica cortar, tejer, entrecruzar, hilvanar y sobreponer, hasta la metáfora final consumada que es la pieza, todo el camino es una evocación ritual, orgánica y consciente. Una obra que nos ponga en contexto y que apueste a redescubrir la fortaleza de la substancia transformadora que tenemos, el amor que debe acercarnos; una obra que sea un voto de confianza y un canto a la esperanza, cimentada en ese poder individual que puede generar cambios significativos para todos y todas. Siento una profunda crisis espiritual que signa la contemporaneidad y que se manifiesta de múltiples formas y en todos los poderes y estratos sociales y que se verbaliza en un discurso pesimista, nihilista, amargo y apocalíptico.
Consideración
Nuestros sueños están permeados por lo deforme, grotesco y violento, entonando un tácito lamento por la pérdida de la fe, las actitudes humanísticas y la esperanza”.
Ideas
Mis obras ofrecen varias lecturas desde lo lejano, internalizado a lo cercano como vivencia, conjugando lo abstracto, lo óptico, lo tridimensional y la figuración simulada”.