Scarlet tiene una debilidad por leer y crear historias que se muevan en lo ambiguo y considera que influyen varios factores para que escriba tanto literatura fantástica como fantasía. “Por un lado, soy sureña, y en San José de Ocoa tenemos muchos mitos y leyendas que me fueron transmitidas de forma oral por mi abuela o por mis padres”, comentó la escritora. Además, dijo: “La cultura oral que nos transmite el entorno familiar en el que nacemos es tan importante como la libresca para un escritor”. De modo que el terreno de lo extraordinario le resulta conocido y lo tiene accesible en la memoria cuando va a escribir. En lo que respecta a la fantasía, es un género que le gusta porque puede crear sus propias leyes y universos, donde lo normal es lo inconcebible.
¿Qué obras de este género te marcaron cuando eras chica y qué autores te influenciaron?
Conocer la obra de Edgar Allan Poe a temprana edad fue el mayor lujo que tuve. Siempre digo que fue mi primer maestro del terror, lo mismo que Horacio Quiroga. Los mundos futuristas los vi primero en Julio Verne, pero debo decir que, cuando conocí el realismo mágico, de allí no pude escapar más. De adolescente, leí todo lo que encontré de Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Julio Cortázar, pero antes que ellos leí a Juan Bosch, de quien aprendí a inclinarme por temas sociales. En cuanto a la fantasía, pues desde siempre estuve impresionada por los universos de Tolkien en “El Señor de los Anillos”, Lewis con “Narnia” o el “Harry Potter” de J.K. Rowling. En el terror es lectura obligada el maestro Stephen King, aunque debo decir que actualmente estoy obsesionada con lo que está pasando en la literatura latinoamericana. Pero, además de las obras, lo que hizo que escribiera fue, por un lado crecer escuchando a mi madre y mi abuela recitar poemas. Además, tuve grandes maestros en el liceo José Núñez de Cáceres, en San José de Ocoa, que me impulsaron a tener un gran amor por la literatura. Desde los once años estuve en recitales o actuando en obras de teatro; sin el apoyo de esos maestros, la historia hubiese sido otra. Agradezco mucho que durante mi adolescencia la vida cultural de mi pueblo se valorara tanto, y crecí en ambientes culturales desde entonces. Desde esa época vengo haciendo gestión cultural, pertenezco al Taller Literario Narradores de Santo Domingo, al Taller Literario César Vallejo de la UASD, al Ateneo Ocoeño y a Miercoletras.
¿Crees que es un buen momento para todo lo relacionado con lo fantástico, el terror y la ciencia ficción?
Más que nunca. Siempre han sido géneros muy consumidos, pero creo que ahora lo son de forma exponencial, quizás por las alianzas con el cine. La ficción, como he dicho antes, ofrece herramientas poderosas para abordar miedos, esperanzas y preguntas profundas del futuro, que tanto nos inquietan en la modernidad.
¿Cuál es para ti el futuro de la literatura juvenil?
El “Zeitgeist” o espíritu de nuestro tiempo demanda cambios para ir a la misma velocidad que la sociedad. Por eso, estamos viendo autores y autoras que crean historias que exploran la identidad, la diversidad cultural, la salud mental o la justicia social. Ha ganado mucho campo también en el terreno de la literatura juvenil el cómic, la novela gráfica. Además, se están haciendo novelas juveniles en prácticamente todos los subgéneros: fantasía, romance, gótico, terror, ciencia ficción, thriller y un largo etcétera.
¿Qué opinas de este nuevo campo de la literatura que se desarrolla en el seno de las redes sociales?
Creo que para todo hay público. Hay una democratización en la creación y acceso a la literatura, lo que hace que la gente comparta sus historias. No sé si esto sea bueno o malo, pero ha hecho que más gente se interese por la literatura y la lectura, y eso sí es bueno. Lo que sí me gustaría es que la literatura no se quedara allí. Este oficio es muy complejo y hay que dedicarles mucho tiempo a las buenas lecturas y a mejorar nuestra caja de herramientas para hacer literatura que trascienda. Si lo que se busca es ser leído por un breve tiempo, está bien, pero si lo que se busca es trascender y dejar un legado, debe hacerse con dedicación, constancia y exigencia.
¿Qué echas de menos y qué aprecias en las historias de fantasía actual?
No echo de menos nada. Estoy muy feliz de ver lo que está pasando con nuestra literatura. Me encanta que a las mujeres se nos esté dando mayor presencia en las historias; ya podemos ser guerreras y no solo aspirar a asistir a los bailes en busca de marido. Me encanta que podamos hablar de ciencia ficción en el Caribe, con nuestros rasgos e identidad. Celebro que Rodolfo Báez, amigo escritor de mi pueblo y miembro del taller al que pertenezco hiciera un libro donde los hechos de ciencia ficción hayan pasado en Rancho Arriba. Celebro que Aníbal Hernández, otro miembro del Taller Literario Narradores de Santo Domingo (TLNSD), haya hecho la antología Prieto Punk, una antología de afrofuturismo caribeño, recogiendo autores del Caribe que están haciendo un gran trabajo en la literatura. Nuestra generación está escribiendo, y lo hace bien. Creo que lo que necesitamos es que nos lean. Que se conozca a los autores jóvenes que nos estamos formando para que la literatura latinoamericana siga siendo reconocida. Pero, para que más autores y autoras dominicanos sean visibles, necesitamos apoyo.
¿Crees que va a cambiar o está cambiando la forma de leer?
El futuro está en constante cambio. Todavía no conocemos los efectos que tendrá la inteligencia artificial en los lectores. Aunque hay libros electrónicos y audiolibros, el libro físico sigue siendo la preferencia. A pesar de estos cambios, creo que el acto de leer, en su esencia, seguirá siendo una actividad profundamente personal e íntima. Aunque los formatos y las plataformas puedan cambiar la necesidad humana de conectarse con historias, aprender y explorar nuevas ideas seguirá siendo fuerte.
Gratitud
Agradezco mucho que durante mi adolescencia la vida cultural de San José de Ocoa se valorara tanto, y crecí en ambientes culturales desde entonces”.
Influencias
Las influencias para escribir vienen de todos lados y de toda la gente que me rodea que me enseñaron a ser mejor persona y a mejorar mis habilidades como escritora”.