Alberto Bass es una artista que encontró la inspiración para plasmar su talento en las vicisitudes de la sociedad, tanto en los ambientes citadinos como en los campos. Su pasión por el arte germinó desde pequeño, cuando su padre, quien tenía conocimientos de dibujo, le comenzó a enseñar. Bass estudió Arte Dramática en la Escuela Nacional de Bellas Artes, luego fue a Estados Unidos y entró a la academia Art Student’s League. En el 1974 introduce la tendencia del Nuevo Realismo en República Dominicana, siendo el pionero en el país y en América Latina.Presidió el Colegio Dominicano de Artistas Plásticos (CODAP), fue director del Museo de Arte Moderno, así como Coordinador General de Museos de la República Dominicana y asesor de Asuntos Culturales del Poder Ejecutivo de 2004 al 2008. Bass considera a la disciplina como elemento clave de la creación artística.
¿Cómo fue su primer contacto con el arte?
Mis inicios en el arte fueron en la década de los 50. Tenía apenas siete años, cuando dibujé un charro mexicano. Mi papá, Miguel Bass, estudió dibujo en 1942 cuando ingresó a la Academia de Bellas Artes, cuando se inauguró ese centro educativo, con profesores extranjeros. Él tenía cierto dominio del dibujo y me fue orientando desde temprana edad, es decir, que fue mi primer profesor.
¿Cómo fue su formación?
Estudié Arte Dramático en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Fui a Nueva York, donde entré al Art Students League. En Estados Unidos formé parte de la Asociación de Artistas Latinoamericanos, de donde nació el Museo del Barrio. Después regresé a República Dominicana en el 1971, y empecé a trabajar con las comunidades, junto a Frank Barros y Juan Alberto García L. formamos un grupo para llevar el arte a los barrios marginados. En mi juventud incursioné en algunos movimientos como el surrealismo, expresionismo, y la pintura figurativa.
Cuéntenos sobre su concepto artístico.
Mi concepto artístico se fundamenta en el estudio de la realidad objetiva, y tratar la realidad con todas sus complejidades. Tengo más de 30 temas que he sacado de ambientes citadinos, especialmente de la ciudad de Santo Domingo, y también de los campos. Debo señalar que eso se debe a mi concepción del mundo y mi inclinación por la parte política social a la cual he estado sujeto desde pequeño. Ingresé en la década de los ochenta, al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), razón por la cual aprendí bastante de lo que es la política. Formar parte de ese partido me ha permitido desarrollar la disciplina, que la he aplicado en toda mi trayectoria en el arte. En el 1974 promoví en el país la tendencia del Nuevo Realismo, por lo cual fui considerado el pionero en nuestra nación y en América Latina.
¿Cómo fueron sus primeras obras?
Desde el inicio siempre trataba de buscar temas surrealistas, pero con una filosofía muchas veces metafísica y otras veces social, donde el tema iba más allá de lo que yo planteaba. En los años 70 pintaba y escribía sobre lo que iba a venir, este nuevo sistema que vivimos ahora, donde todo está automatizado, un nuevo orden de vida. Preconizaba que esto iba a ser letal para el desarrollo del espíritu, y así ha sido.
¿Qué le inspira para pintar?
La mayor fuente de inspiración para desarrollar mi humilde talento, además de la disciplina, fue la sociedad misma. Además, ha habido varios pintores impresionistas y modernos que me han inspirado mucho. Otra cosa que me inspiró fue la lectura de “Composición Social Dominicana” de Juan Bosch en la revista “Ahora”, que dirigía Rafael Molina Morillo. Los trabajos que realicé cuando regresé al país fueron reseñados por las crónicas y críticos de entonces, como María Ugarte, Marianne de Tolentino, Fernando Ureña Rib, Fausto Pérez, León David, y otros.
¿Cómo han sido sus exposiciones?
Realicé varias exposiciones individuales y colectivas. Una de las exposiciones más importantes que he hecho en mi vida fue en el 1981, llamada “La vida del dominicano en Nueva York”, duró varios meses. También me gustó mucho una sobre economía informal, realizada en el Banco Central, al igual que una que hice en Bellas Artes, gracias a Marianne de Tolentino, denominada “Identidad”, que fue en el 2002. Gran parte de mis exposiciones también las llevé a cabo en Casa de Teatro.
Háblenos sobre sus demás roles en el ámbito cultural.
Gran parte de mi orientación a nivel de animación cultural la recibí de manos de Silvano Lora. Llegué a dirigir el Colegio Dominicano de Artistas Plásticos en el 1988 hasta el 1990, fui regidor del Ayuntamiento por el PLD en el período 1986-1990. Daba clases en el centro que yo formé en el 1983 llamado Propuestas. Además de eso fungí como director general del Museo de Arte Moderno, y posteriormente estuve trabajando fuertemente como asesor en asuntos culturales del Poder Ejecutivo, en el gobierno del expresidente Leonel Fernández, y luego pasé a la Academia Dominicana de Ciencias.
¿Cómo valora el apoyo público y privado a los artistas?
Ha habido mucha colaboración para los artistas, como en el caso de Miguel Cocco, la Cámara de Diputados, George Arzeno Brugal, el Banco BHD, el Banco Popular, entre otras personalidades e instituciones. En el país hay mucho talento, artistas que entienden que la tarea del arte es crear consciencia sobre nuestra realidad espiritual y material, y lo manifiestan. Pero debería existir una política enfocada en el talento joven y en la artesanía. Hacen falta mejores políticas culturales, se ha trabajado por ayudar a artistas reconocidos con pensiones y otros esfuerzos, pero hace falta que la identidad cultural y artística del país sea proyectada a nivel nacional e internacional.
Enfoque
Desde el inicio siempre trataba de buscar temas surrealistas, pero con una filosofía muchas veces metafísica y otras veces social, donde el tema iba más allá de lo que yo planteaba”.
Respaldo
Ha habido mucha colaboración para los artistas, como en el caso de Miguel Cocco, la Cámara de Diputados, Giorgi Arzeno Brugal, el Banco BHD, el Banco Popular, entre otras personalidades e instituciones”.
