El joven escritor y emprendedor dominicano Nicolás Bera dio a conocer su primer poemario “Temblor en el vacío”, un libro que le tomó varios años terminar y que finalmente fue presentado públicamente el pasado 16 de octubre, durante un acto celebrado en la XII Feria del Libro Dominicano de Nueva York. Aquí en el país, el escritor está llevando la lectura de su libro a través de una gira organizada, entre otros por Editorial Santuario y la Unión Nacional de Clubes de Lectura de la República Dominicana, donde comparte con escritores y público amante de la poesía parte del contenido de la publicación. En la actualidad, el joven escritor desarrolla el turismo comunitario, sostenible y altruismo en todo el país desde sus plataformas de trabajo, apalancado en la Fundación Nateevos.
El poemario “Temblor en el vacío” es una compilación de temas inspirados en vivencias y pensamientos filosóficos sobre el devenir de la vida; con un profundo apego a lo sutil y a la condición de estar presentes en el mundo de hoy, logrando formar parte de la Colección Egro de Literatura Dominicana Contemporánea, creada en el año 1985.
Los escritores José Mármol y Soledad Álvarez, como parte de los comentarios de la contraportada del libro resaltan su profundidad conceptual y manejo del lenguaje, señalando el renacer de la poesía a través de este poemario y la esperanza de contar con voces trascendentes en la poesía dominicana.
“Temblor en el vacío evidencia un temprano, pero vasto dominio del lenguaje, primer compromiso de un artífice de la palabra, como también un repertorio temático revelador de una exquisita sensibilidad existencial del tiempo presente y los desafíos del mundo actual”, escribe José Mármol en la presentación.
Y agrega que está provisto de una poesía cargada de una sorprendente madurez que evoca las voces de los grandes maestros de la poesía de habla hispana, como también la hondura conceptual de escritores y pensadores de estatura universal, tales como Vallejo, Neruda, Shakespeare, Dmitri, Schostakóvich, Brecht, Unamuno, entre otros.
Mientras que Álvarez destaca la cualidad de Bera de reivindicar la esencia humana y verbal de la poesía, frente a la desolación y la orfandad del hombre contemporáneo, el poder de la belleza y el misterio de la creación.
Entre sus poemas se destacan Isla, Libertad bajo condena, Escritura, Inventario, Lo desconocido, Reincidencia, Dos palabras, Creación, Pienso en tu nombre, Anticipo del mar…
Para Nicolás Bera la lectura es fundamental para “mantenernos despiertos, fomentando nuestra sensibilidad y percepción de la realidad”, es por esto que en este poemario él plasma dos estilos principales: verso libre y prosa poética.
Temblor en el vacío está disponible en Librería Cuesta y en Librería Mamey.
Igualmente, en Amazon de manera digital y muy pronto será distribuido a través de la Editorial Santuario, en otras librerías del país.
Su pasión por la lectura
Nicolás Bera empezó a interesarse por la lectura gracias a su padre, quien desde muy pequeño le inculcó ese hábito. Recuerda que a los 13, su papá le regaló El Túnel, de Ernesto Sábato, un libro que engavetó, sin embargo cada semana su progenitor entraba a su habitación, sacaba el libro y leía una página para a él.
“Con el tiempo me pareció tan fantástica la historia que decidí tomarlo y leerlo, y ese día lo terminé. Y desde ese momento ando con un libro siempre”, cuenta el joven escritor y poeta.
Considera que uno nace cuando se da cuenta que vive, citando a Facundo Cabral, y recordando el día en que empezó su aventura literaria a los 13 años de edad.
Y es desde ese tiempo que comienza a visitar grandes autores universales, que en poesía cultivaron su empatía y sensibilidad de un mundo cada vez más cercano, reflexivo e intenso, acompañado por una vida que le movió cada fibra, porque nunca dejó de descubrir.
“Viajé de la literatura al mundo”, comenta el joven escritor.
Pensando en su vida desde esa edad y cómo tuvo la oportunidad de viajar a numerosos países en su adultez temprana, siendo influenciado por la cotidianidad e inercia de los pueblos montañosos de Latinoamérica y, sobre todo, de nuestro país.
Esa carga humana, de ver el mundo en sus contrastes, poder regresar conociendo qué padecen esas realidades, que eventualmente serían recursos de su poesía, le hicieron contemplar hondamente su país, arraigado en su poesía y su vida.
Nicolás Bera cree, citando a Sigmund Freud, que la suerte no existe, “la suerte son los padres. Es la cultura el ente transversal encargado de impactar positivamente los senos familiares, y así la vida familiar, la calidad de vida y la educación”.
Opinión
Este poemario está provisto de una poesía cargada de una sorprendente madurez que evoca las voces de los grandes maestros de la poesía de habla hispana”.