Pamela Herdiz empezó a escribir desde muy temprana edad, pues sus padres siempre le incentivaron la lectura. Y aunque ya había leído algunos clásicos de Shakespeare, Calderón de la Barca, Tirso de Molina, entre otros no fue sino hasta entrar a la Escuela Nacional de Arte Dramático (ENAD) que empezó a escribir obras de teatro. Fue allí donde supo que había encontrado una pasión. “Entré a la ENAD para convertirme en actriz y salí con un hermoso regalo que es la dramaturgia. Ahora me siento más cómoda escribiendo en clave dramática y narrativa”, expresó la también actriz y directora, quien en los últimos tres años ha vivido un período de gran productividad, escribiendo tanto piezas breves como trabajos de mayor formato. Para el próximo año 2025, Pamela Herdizse encuentra desarrollando una obra en la que también participará como actriz, entre varios proyectos independientes a la espera de ser programados.

¿Cuál es tu objetivo como dramaturga y qué quieres transmitir?
Mi objetivo es doble. Primero, disfruto del proceso creativo por el simple placer de crear, el teatro es mi espacio de diversión y expresión personal. En segundo lugar, a través de mis obras busco provocar reflexión y empatía hacia diferentes experiencias que fomenten el diálogo sobre temas de diversidad, feminismo, inclusión, e injusticia social. He escrito temas muy variados, de gran crítica social, que van desde el matrimonio infantil en la República Dominicana, la trata de blancas, la discriminación, hasta comedias negras y obras románticas, absurdas, temas históricos, entre otros. Sin embargo, en la mayoría de mis obras hay un factor común: la promoción de la libertad individual, la comunicación, la tolerancia y el provocar empatía por temas que nos afectan. La crítica al sistema, a los prejuicios y normas conservaduristas que nos limitan y nos impiden avanzar como sociedad.

¿Qué te inspira?
Parto de experiencias humanas, de la observación de situaciones actuales, y a veces hasta de sueños. Pero también parto del dolor, de la impotencia, del amor, del querer cambiar algunas cosas. Sin embargo, creo que los trabajos más importantes surgen de la inconformidad. La creatividad se alimenta de la imperfección y la resistencia al sistema en que vivimos. Si todo fuera perfecto, la chispa creativa no sería la misma.

¿Cuáles son los miedos más comunes que suele tener un dramaturgo?
Me parece que bloquearse en medio de un proceso creativo, la presión constante de no caer en la repetición, que tu trabajo no sea bien recibido o que sea mutilado, y la preocupación que tiene todo artista de no poder financiar sus proyectos o no poder disfrutar de un retorno económico que refleje la calidad de tu trabajo.

¿Es difícil entrar en ese mundo. Cuáles son los canales importantes?
Lo más difícil es hacer que la gente conozca tu trabajo. Si no conoces a nadie o no puedes producir tus propios trabajos, existen concursos de dramaturgia y hay convocatorias en Microteatro, que te ayudarán a darte a conocer. Si te interesa estudiar puedes entrar en la ENAD, o en la UASD donde imparten la carrera de Arte Dramático, o estar pendiente de los talleres que ofrecen los festivales de teatro y ferias del libro, así como talleres independientes con Reinaldo Disla, Ingrid Luciano, Isen Ravelo, Liselotte Nin y otros más. Por mi parte también he impartido talleres para aficionados, que ha sido una experiencia muy enriquecedora.

¿En qué punto está la dramaturgia en RD y qué le falta para crecer?
La dramaturgia ha ido dando buenos pasos en el país. Tenemos la Comunidad Dramatúrgica Dominicana (CODRAMA) que se reúne a favor de nuestros intereses. Para mejorar las cosas, para tratar que se le dé prioridad a la dramaturgia local en festivales, que los productores hagan más obras de dramaturgos dominicanos, que haya más concursos, y que se actualicen a los tiempos y la dramaturgia actual, y que se publiquen y difundan las obras de diferentes autores. El país cuenta con dramaturgos talentosos y rigurosos con el potencial para destacar y triunfar internacionalmente y cada día se suman más. De hecho, muchos de ellos han obtenido reconocimiento en el extranjero antes de ser apreciados en su propio país. Sin embargo, el principal desafío que enfrentamos es la falta de apoyo de los productores locales, que a veces prefieren contratar dramaturgos extranjeros en lugar de invertir en talentos nacionales. Si más productores comenzaran a utilizar textos locales, el mercado teatral en la República Dominicana mejoraría significativamente.

¿La figura del director puede cambiar el sentido de una obra?
El director tiene su visión y el dramaturgo la suya, pero siempre debe haber un respeto por el texto y la intención original del dramaturgo, porque entonces no tiene sentido elegir un texto para luego mutilarlo. El director crea una experiencia teatral para la audiencia, ajustando elementos para el montaje, a veces creando versiones y adaptaciones, y tomando decisiones estéticas. Eses fundamental que se respete el trabajo de dramaturgia, reconociendo la diferencia entre la interpretación creativa y la fidelidad al texto original.

¿Cuáles son los tres puntos importantes para crear personajes que enamoran al público?
Creo que los personajes redondos al ser más reales son más interesantes y la gente se identifica con ellos. También están los empoderados que consiguen lo que quieren. El público los ama porque reflejan lo que ellos quisieran llegar a ser. Y el típico personaje heroico que antes de triunfar pasa muchas adversidades, también crea mucha empatía con el público. Al final cada personaje es la representación de la humanidad y mientras menos predecibles sean pues más rico será. A mi entender los puntos importantes con: Que el personaje tenga una voz y un objetivo. Es decir, que haya una coherencia en su construcción y el dramaturgo le permita desarrollarse sin juzgar sus acciones y decisiones. Que sea redondo. Es decir complejo y humano, con matices, y que evolucione a lo largo de la historia. Que sea original. Que se aleje lo más posible del cliché y nos dé una visión fresca y novedosa de las cosas.

Reto
El principal desafío que enfrentamos es la falta de apoyo de los productores locales, que a veces contratan dramaturgos extranjeros en lugar de talentos nacionales”.

Opinión
Si más productores comenzaran a utilizar textos locales, el mercado teatral en el país mejoraría significativamente”.

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