La fotografía para Mary Frances es testimonio gráfico de un momento en la historia, que es irrepetible y que no volverá. Para ella, una buena imagen, además de provocar sentimientos o una idea, debe ser un elemento que “nos ayude a cuestionar las realidades existentes y ampliar nuestra mirada, envolviéndonos en el mundo propuesto por el artista”. Indica que lo que más desea es transmitir, a través de la fotografía, su admiración por todo lo creado y que proporcione sensación de paz y sosiego, invitando a tomar consciencia del legado que desea dejar a las presentes y futuras generaciones. “Quiero transmitir mi amor por la naturaleza, y la forma en que ella me habla y me inspira a conectarme con mi interior y con Dios. También, captar imágenes de obras de infraestructura y edificios, que muestran mi pasión por la arquitectura y, de cómo ésta puede relacionarse con la naturaleza de manera complementaria, sin agredirse, queriendo ser este un testimonio gráfico de cómo los seres humanos podemos vivir en armonía con nuestro hábitat”.

¿Es la fotografía tu vocación o la involucras junto a otra profesión?
En el aspecto social me gusta definirme por mis roles de madre, profesional y empresaria, pero siempre he llevado dentro la vocación artística y, a medida que iba asumiendo nuevos retos en mi formación profesional, lo hacía también en actividades creativas, como la fotografía, la escritura, la literatura y el cine. Todos esos aspectos forman mi yo integral. Esta formación, me ha permitido conjugar mi pasión por las artes con mi trabajo en la empresa familiar Colchonería y Mueblería La Nacional. Mi reencuentro con la fotografía fue en 2009, cuando empecé a realizar estudios más formales y a practicarla en mis ratos libres con cierta frecuencia.

¿Qué elementos buscas expresar con tus fotos?
Deseo compartir ese sentimiento y transmitir la admiración que siento con la esperanza de ayudar a crear mayor conciencia ecológica. Con mis trabajos quiero provocar emociones, expresar la belleza y la complejidad del mundo en que vivimos y lograr algún tipo de reacción en los espectadores. Intento transmitir un mensaje, una visión del mundo, que nos invite nuevamente a sentir y reflexionar. Mi meta es expresar mi sensibilidad, a través de las fotos que hago y que éstas no dejen indiferente al observador. Es una actividad espontánea, no reflexiva y muchas veces es hasta un poco obsesiva. Siempre tomo mis fotos con el corazón, retrato lo que me gusta, lo que me habla, lo que me inspira.

¿Cómo desarrollas tus proyectos?
El proyecto surge como una idea en mi cabeza, algunas veces antes de tomar las fotos y otras, posteriormente cuando las veo. A veces, las fotos mismas me indican el hilo conductor y traducen al consciente lo que mi interior irreflexivo desea manifestar. Luego es cuestión de disciplina y mucho trabajo para poner esa idea en marcha y llevarla a buen término.

¿Cuál ha sido el reto más grande que has tenido en la fotografía?
Mi gran reto fotográfico fue transmitir esa sensación de solaz que proporcionan estos paisajes naturales y urbanos. Tomar esas fotos de paisajes rodeada de gente, en medio de condiciones climáticas desfavorables y con poca luz, otros elementos que hicieron de esta una experiencia difícil, pero enriquecedora a la vez. Es otra perspectiva y refleja lo que es la vida, un constante cambio y movimiento.

¿Qué califica una buena fotografía?
Para mí, una buena fotografía, no es sólo aquella, donde se emplea una buena técnica o se tiene una buena conceptualización, es de cuidar la estética, la buena fotografía debe ser producto de la pasión, la visión creativa y debe contener la impronta particular del artista. Esto es lo que la hará única y diferente. Desde mi punto de vista, la fotografía, como arte, responde a una visión subjetiva, cada persona tiene su interpretación de lo que le gusta o no. Esto es algo que siempre queda fuera del control del artista. Algunos podrían decir que el cumplimiento de las reglas fotográficas y ciertas normas estéticas, produce una buena fotografía. Sin embargo, conozco muy buenos fotógrafos que rompen todas las normas. La buena fotografía es la que a ti te guste y te diga algo.

¿Ha cambiado el mundo de la fotografía, la llegada de la era digital y de los programas informáticos como el photoshop?
Creo que la digitalización ha hecho que la fotografía sea accesible a más personas, que se reduzcan los costos, y esto es muy positivo. Las fotos deben ser bien tomadas, desde el principio, pero no hay que temerle al uso de la tecnología para mejorar las imágenes o crear algo artístico con ellas en post producción. No me considero una experta en Photoshop y, la verdad, lo uso poco, pero no estoy en contra de su uso. En mi opinión, podemos usar todas las herramientas disponibles para expresar lo que deseamos transmitir, pues independientemente de la tecnología, el talento siempre será la cualidad imprescindible para lograr una obra que merezca ser recordada.

Además de la fotografía, ¿a qué más te dedicas?
Me encanta la literatura, la poesía, leerla y escribirla, también he vuelto a pintar. Sigo con mi trabajo en la empresa familiar, donde dirijo el Área de Personas, Sostenibilidad y Gobierno Corporativo. Me encanta servir a los demás y promover a las personas, ayudándolas a conseguir sus metas. Desde hace más de veinte años trabajo para la Fundación Felicidad para Todos, colaboro como editora de su revista Impulsos Educativos, soy articulista ocasional para diversos medios, entre ellos, la revista Aldaba.

¿Qué te inspiró a presentar tu exposición Windows to Down Under?
Esta exposición fotográfica es la primera entrega de una serie basada en mis experiencias de viajes. En esta, mi primera individual, decidí lanzarme con paisajes de uno de mis últimos viajes, porque siempre me ha maravillado la naturaleza y me siento muy conectada al creador, a través de ella. En esta muestra, he querido compartir algunas imágenes de dos grandes naciones del Pacífico: Australia y Nueva Zelanda. Sus ciudades me impresionaron por su excepcional riqueza geográfica y su apego a tradiciones y creencias que conviven de forma respetuosa dentro de su gran diversidad cultural. Esas imágenes son una pequeña muestra de lo que nos perderíamos si no aprendemos a cuidar las riquezas naturales que poseemos y a vivir en armonía con nuestro entorno.

Opinión
Creo que la digitalización ha hecho que la fotografía sea accesible a más personas y que se reduzcan los costos. Esto es muy positivo”.

Testimonio
Para mí la fotografía es una forma de expresar mi sensibilidad, interpretando el mundo que me rodea, es un medio ideal para contar historias y dejar un testimonio gráfico de un suceso en el tiempo”.

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