El artista visual dominicano Luis Muñoz, se encuentra radicado en Europa desde hace décadas, teniendo como centro la ciudad de Berna, en Suiza. Desde este escenario ha logrado conquistar un amplio reconocimiento por medio de su producción visual, la cual deviene minuciosa y profunda, asumiendo los códigos representacionales de su lar nativo en constante fusión con la evolución histórica y social del Caribe y las inquietudes que le generan los ambientes que permean en la élite europea. En Luis Muñoz, tenemos al artista comprometido con las causas más nobles. De ahí su trabajo social a través de su fundación. Aspira a que el arte alcance mayor presencia, confiado en que es una herramienta poderosa para transformar la sociedad. Conozcamos un poco más sobre el artista…

¿Cuántos años tiene en el mundo del arte y cuál ha sido su mayor satisfacción?
Pienso que aquel mágico momento, en el que Pericles Antonio Muñoz Sánchez organizaba unos colores en el jardín de la tía María en la ciudad de Santiago de los Caballeros; aquella escena marcó mis inicios, aunque nunca había agarrado un pincel en mis manos, esa ocasión quedó tan marcada en mi memoria que al cumplirse mis sueños de entrar a la Academia de Bellas Artes, lo primero que recordé estando delante de un papel manila, fue el momento cuando mi padre pintó aquella acuarela. O sea, debí tener unos siete u ocho años de edad y, por las bendiciones del altísimo, llevo sesenta…

¿Cómo han evolucionado sus trabajos con el pasar de los años. Qué reflejaban sus pinturas y qué reflejan ahora?
Pienso que los resultados temáticos van definiendo los ciclos emocionales en el trayecto del artista plástico. Mis primeros resultados creativos me confrontaban con un enorme desafío; visualizar “manchas para una sinfonía” en aquella etapa inicial. Mi imaginación quiso sacar de los sonidos musicales los personajes que allí vivían y daban las formas a las partituras, etcétera (…). Así, fui explorando mis mundos interiores, donde persisten convivir mis actos oníricos vs el alma de lo invisible, de lo que nos habla Filonov. En síntesis, el universo de un artista casi siempre es el mismo, se transforma en la medida en que vamos llenando el cerebro de información y vivencias. Pinto el agua y recreo escenarios que llamo “inspiración marina”.

¿Qué es para usted su arte?
¿Cómo podría acotejarte mejor mis sentimientos en palabras? lo resumiré de esta manera: el arte de pintar me inspira y abre las puertas a la convivencia con los demás, a visualizar al ser humano como una unidad inseparable en su esencia, con reflejos de individualidad, pero siempre una misma unidad en ese todo que llamamos universo, en síntesis: nos sensibiliza hasta ver al ser supremo.

¿Que podrá ver el espectador en sus obras de arte?
El arte y el amor se parecen, nos llegan sin pensarlo, son códigos que surgen de la confluencia de los sentidos. Amamos y aceptamos sin saber la razón, porque la razón anda estrechamente vinculada a los propios sentimientos, allí encontrarás el escenario, colores y formas entrelazadas entre sí…

¿Qué le preocupa como artista?
La sociedad, partiendo del concepto que soy un ente de ella con un registro ciudadano que me exige una obligación a cumplir con mi rol y devolver parte de lo que aprendemos y, como regalo, dárselo devuelta, aunque sea moralmente… -Aspiro a que los fundamentos básicos de todas las modalidades de las artes sea materia normal en la enseñanza escolar (escolarizarlas) y de seguro tendremos mejores ciudadanos y menos delincuentes con un poco más de recursos.

¿Cuándo y dónde realizó su primera exposición, cuál fue el tema expuesto?
En el hotel Sheraton de Santo Domingo, le titulé “La otra cara del Gallo” mostrando mi visión opuesta a los resultados de nuestro gran maestro Guillo Pérez. En la actualidad, mi obra representa mini ciclos emocionales, ciclos que pudiéramos traducir en el diálogo entre consciente y el inconsciente, existencia vs el reloj o ser y no ser; todo esto explica con precisión que nuestras exploraciones han sido en dirección de dar vida al alma para verse en un lienzo parado, así como fluye la respiración en medio de un paisaje con sol.

¿Cuál ha sido el aprendizaje que le ha dejado su trabajo como artista?
Con esta pregunta debo ser muy honesto, soy un estudioso del arte y, puedo reconocer y aceptar que, a través de la materia, de las más aventajadas de las ciencias, “el arte” citando a Xusiguera, me ha abierto gradualmente el uso del intelecto como herramienta para educar mi visión, a fin de echar en los lienzos mis emociones…

¿Qué factores marcaron su camino hacia las artes plásticas?
Desde mi niñez y ya adentrándome en la etapa de adolescente, corriendo escurridizo de la represión en los años del mandato del Dr. Joaquín Balaguer, nos colocaba en una disyuntiva hacia cual camino escoger. El arte era mi norte seguro, sin embargo, de lo que sí estuve preclaro siempre, es que no quería ser de ninguna de las formaciones clásicas, me quise referir a: contable, médico o ingeniero, etcétera. Siempre le decía a mi madre; seré artista de la pintura, algo en lo que ella siempre me apoyó. Ahora bien, mi madre Miledy (un ángel madre), me puso una condición para que ingresara a Bellas Artes, y era que, al aprender las técnicas, le pintara a San Miguel y al Corazón de Jesús. Así lo hice y me gané sus aplausos, aplausos que conservo fielmente, como mi Gran Premio en el arte.

¿Cómo ve el arte en RD con relación a otros países?
El artista sigue generando y produciendo piezas en esta, nuestra industria cultural, no obstante, los que sustentan el compromiso de generar recursos sostenibles para inyectar y proporcionar proyectos que aporten al universo, pienso que no lo han hecho hasta el momento. De igual modo, seguimos esperanzados de que se abran posibilidades que traiga un aliento a los hacedores de arte y movimientos culturales en nuestra Nación…

¿Cuál es su deseo como artista plástico?
Desearía una villa para los artistas, que desde allí pudieran crear sus obras e interactuar con sus familiares y los familiares de otros artistas. Bueno, lo sé, soy utópico en mi visión social, pero creo que no es imposible realizarla siempre que exista una buena intención del Estado. Ahora en lo personal, desearía poder tener un Museo para colectar distintos ciclos de mi trayectoria artística.

Deseo
Aspiro a que los fundamentos básicos de todas las modalidades de las artes sea materia normal en la enseñanza escolar”.

Trabajo
El universo de un artista casi siempre es el mismo, se transforma en la medida en que vamos llenando el cerebro de información y vivencias”.

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