A través de su arte, Georges Thevenet inspira. Desde hace diez años, trabaja con viejas maderas coloridas de antiguas casas de la República Dominicana. Nació en el 1961 en Lyon, Francia, y desde los siete años estuvo tomando clases de cerámica y pintura en el taller de manualidades “Les Mains Enchantées” (Las Manos Encantadas), hasta culminar a los 17 años de edad como aprendiz del artista Patrice Rouby. Luego, se dirigió hacia la fotografía, que ejerció hasta su salida de Europa en 1987, cuando llegó a esta isla caribeña. Este artista manifiesta que sus obras son el resultado de deseos anticipados del ser humano, una mezcla de estetismo con practicidad, lo cual se traduce en una pieza que “llena una necesidad más allá de lo cotidiano”.
¿Cómo surge su interés por el arte y cuándo decide dedicarse a esta loable labor?
A los 7 años de edad mi mamá me inscribió en un curso de manualidades, en pintura y arcilla. Trabajé los colores de orígenes minerales y orgánicos toda mi vida. A los 17 años era aprendiz de un maestro alfarero y a los 19 años empecé a estudiar el arte fotográfico. Desde los 10 años trabajo las viejas maderas coloridas de las antiguas casas de la República Dominicana. A pesar de esto, debo admitir que nunca he tenido la sensación de dedicarme al arte.
¿En qué consiste su concepto artístico y cómo se ha ido transformando a lo largo del tiempo?
Crear belleza, anticipar los deseos del ser humano, mezclar estetismo con practicidad, sorprender con las materias usadas, llenar una necesidad más allá de lo cotidiano, sentirse feliz a la visión de un cuadro, de un objeto sin funcionalidad inmediata (escultura), o con un uso práctico (mueble)… no tengo ningún concepto artístico que no responda a un estado de ánimo del ser humano. Y estos conceptos cambian sin yo querer asociarlos a una lógica.
¿Cuál debería ser el fin principal de los artistas, sobre todo en estos tiempos, más allá del mero propósito económico?
Las palabras intentan de simplificar la vida. A demasiado simplificar, la esencia escapa. El arte es lo que sea que nos orienta hacia ella: La esencia, al ser humano… Es imposible vivir sin arte.
¿Cuántas exposiciones ha tenido y cuáles han sido las más significativas para usted?
No tengo cuenta de ellas… desde mis 7 años de edad a la fecha, quizás unas treinta. Entiendo que las más significativas son las que han hecho reaccionar al público de la forma más sorpresiva. Pero depende del tiempo, del lugar, del entorno, etc., no solamente de mis obras. Poner una adelante de las otras es una ilusión.
¿Qué suele inspirarlo a la hora de trabajar sus obras?
Puede ser algo que empuje dentro de mí, puede ser una reflexión anodina de un niño, puede ser un elemento orgánico desechado y hasta, como usted dice… un mero propósito económico. No hay regla.
¿Cuáles han sido sus mentores, aquellos que le han inspirado?
La observación del ser humano, de la naturaleza y de la convivencia de uno con el otro. He admirado muchos artistas, pero me sirvieron más para desesperarme de mis pequeñeces, que para inspirarme.
¿Cómo se encuentra la “salud” del arte local y cuáles son sus valoraciones al respecto?
El arte es justamente una medida de la “salud” de una sociedad en un momento de su historia. El arte dominicano está en plena efervescencia, con estructuras
sólidas.
¿Cuál rumbo quiere darle a su carrera artística en estos tiempos?
Sería orgulloso pretender a un rumbo… Seguir, seguir y seguir… siendo muy honesto consigo mismo.
¿Qué necesita la República Dominicana para mantenerse o fortalecerse como destino cultural, como espacio clave para el turismo cultural?
Necesita una política cultural clara, con pautas explícitas y trazadas a largo plazo, independiente de los intereses partidarios, particulares o del momento.
¿Qué necesitan los nuevos artistas para convertirse en mejores profesionales? Mencione los puntos clave que considera necesarios para que la pasión por la pintura o la escultura sean el eje principal en la vida de estos profesionales de estas áreas de la vida artística.
Los términos “artista” y “profesional” no siempre se relacionan. Ser verdaderamente artista contiene una ruptura, una oposición, una disrupción con la realidad y el orden establecido, y cualquier forma de burocracia. No es lo que quiero, es así. Nutrir en su seno un artista es tomar un riesgo. El artista es el “payaso del Rey”. La palabra “profesionales de la vida artística” ya es una recuperación. Si la examinas con sinceridad verás que no tiene una onza de sentido.
¿Cuál es el legado que desea dejar con su esfuerzo y cómo desea ser recordado?
No aspiro a muchos reconocimientos… sabes que somos muchos seres humanos en la tierra. Que quienes compran mis obras contesten.
¿Además de las esculturas, cuáles otras pasiones artísticas disfruta realizar?
Las pequeñas historias me apasionan, especialmente de los seres que no están en la historia oficial de los manuales, pero que sí constituyen el cimiento de la realidad. Me encanta hacer muebles, desviando su funcionalidad para añadirle un componente más esencial y personal. Así adquiere una dimensión inesperada, abre subrepticiamente en la cotidianidad una puerta al arte.
¿Cuáles han sido los principales desafíos que ha tenido que enfrentar en todo su trayecto hasta ahora?
Seguir independiente, contra vientos y mareas, sacrificando mucho, seres queridos, confort y bienestar. La expresión artística no admite celos.
Reflexión
La observación del ser humano, de la naturaleza y de la convivencia de uno con el otro, son los principales motores a la hora de realizar mi labor”.
Opinión
Entiendo que las exposiciones más significativas son las que han hecho reaccionar al público de la forma más sorpresiva”.