Ninoska Velázquez se considera a sí misma “eminentemente” artista y bailarina, pues desde que tiene uso de razón, mira la vida desde el prisma de la danza. Desde que comenzó a estudiar ballet, a muy temprana edad, “mi sello ha sido la entrega, la búsqueda de perfección, el respeto por mi arte y sobre todo, la pasión que he puesto en cada acción emprendida a lo largo de mi carrera”. Además, indicó que el que la conoce por el baile o porque fue su alumna o maestra, sabe de esos rasgos que la caracterizan. Manifestó que el arte es inseparable de la condición misma del ser humano, que no es algo que se adquiere, pues “todos tenemos algo de artistas y si no, debemos plantearnos que nuestra especie no se separó del primate original. No son cosas apartes, es algo intrínseco”.
¿Qué emociones provocaban el baile y la coreografía?
Un bailarín es un transmisor de emociones que debe hacer vibrar al espectador. Éste debe sentirse movido por esa energía cósmica que emana del artista; si no lo hace, entonces no se da la magia de la consagración, sea un conocedor o no de arte. Las emociones más importantes las tuve con el baile, donde fui capaz de alzar vuelo hacia una dimensión desconocida, recrear otras vidas y percibir su emoción de recrearlas; sentir el goce espiritual que ejerce la atmósfera del escenario, que se convierte en un templo de adoración y meditación, hasta el punto de que tu biología cambie y no sientas dolor ni tristeza. Diría que pasas a un estado de plácida iluminación espiritual. Por eso, el que sea atrapado por el arte no saldrá jamás de él.
¿Es mucho el sacrificio y la disciplina?
Las artes, por lo general requieren de muchos años de estudio para su desarrollo y perfección. Se empieza a edades muy tempranas como requisito fundamental, porque requiere de la adquisición de destrezas, técnicas y habilidades muy complicadas en comunión artística con nuestro ser corpóreo. Invertir horas de trabajo, de días que arrastran los años, que son los de la infancia y la adolescencia, idóneos para la formación de cualquier artista. En la danza con respecto a las otras bellas artes, se necesita además el salón de clases, el maestro, el grupo de bailarines, los artículos de ballet, muy costosos por cierto, y el trabajo riguroso y arriesgado del cuerpo, el cual es sometido a una deformación esquelética y muscular importante, que debe ser trabajada sistemática y cuidadosamente por un maestro especialista para conseguir los resultados esperados a través de los años sin lesionar al alumno y arriesgar su carrera.
¿Qué le preocupa del sector?
Me preocupa el tiempo que se pierde cuando la institucionalidad no se respeta, la violación de los estatutos, el no seguimiento de los programas establecidos y de los reglamentos aprobados. Casi siempre, hacemos lo que se nos ocurre durante nuestro paso por las instituciones. De ese modo, perdemos muchas cosas, sobre todo generaciones de artistas que dejamos de descubrir por negligencia, por ignorancia o simplemente porque el incumbente de turno es inconsecuente o ignora sus funciones. Lo digo de manera general. No entendemos que el real remedio para los males sociales son las artes y el deporte. No conozco el primer psicópata artista. Me preocupa también, que los niños ignoren que existen la danza, la música, la pintura, el teatro, como proyectos de vida. Me preocupa, en suma, el desconocimiento del arte.
¿Qué tendría que cambiar o no en la forma de gestionar la danza en RD?
La danza en el país ha tenido sus aciertos en cuanto a desarrollo técnico y artístico; hemos tenido grandes bailarines hasta reconocidos internacionalmente. Nuestra etnia trae consigo un gran talento, somos rítmicos con gran musicalidad, y bailarines naturales. Nos faltan políticas públicas que ayuden a desarrollar, de manera descentralizada para dar oportunidad a través de representaciones en toda la geografía nacional, al disfrute de la difusión del arte y de la cultura en toda su dimensión, así como buscar espacios para fundar conservatorios en las diferentes disciplinas fuera de la capital, pues nos hemos quedado rezagados con apenas tres compañías de danza y una escuela nacional. Las escuelas de bellas artes del interior del país no cumplen con los requerimientos mínimos de infraestructura, planes de estudios y personal docente. A esto se suma la falta de oportunidades de los profesionales que no encuentran cupo suficiente y a causa de ello se produce un entaponamiento terrible que detiene las vías de formación y, por tanto, del descubrimiento de talentos, teniendo como consecuencia que los profesores abandonen su profesión y tomen otras alternativas. La Constitución de la República establece, en su artículo 64, que la ciudadanía tiene derecho a disfrutar, estudiar y cultivar las artes en toda la geografía nacional. Es obligación del Estado tener escuelas de bellas artes en todos los municipios del país. Nuestros gobiernos no acaban de entender que el arte es el gran antídoto contra la violencia, aparte de que contribuye a formar ciudadanos sanos.
¿Qué perspectivas de trabajo hay en el futuro en esta profesión?
En las circunstancias actuales, son muy sombrías; por cuanto, es urgente que el Estado aumente las inversiones y los presupuestos. Que cree políticas culturales tendentes al rescate de las instituciones artísticas, llámense conservatorios, casas de cultura, teatros y que amplíe la oferta de formación artística especializada así como la difusión. De no ser así, estaremos frente a una real crisis de este gremio. Un país con talentos reprimidos, frustrados; sin artistas de relevo… ¿quiénes serán los transmisores de nuestra cultura folklórica, musical, danzaria, pictórica…? Quedaríamos expuestos a las influencias extranjeras a todos los niveles y no tendremos producción artística nacional. No consumiremos lo nuestro y se extinguirá el acervo cultural artístico que nos identifica.
¿Qué opina del relevo generacional?
El relevo siempre es una complejidad. Cuesta mucho en tiempo, esfuerzo y dedicación formar un artista. Son tan pocos y cada vez más reducidos los grupos de egresados de las distintas disciplinas artísticas. También es difícil encontrar líderes con vocación de servicio para la administración y dirección de estas instituciones. Cada vez se hace más preocupante quién nos sucederá, quién quedará y heredará lo logrado hasta el presente. Se hace urgente tomar medidas para que todo esto se revierta y la clase artística no envejezca por falta de relevo generacional natural. Pero si no mejoramos estas condiciones, es claro que todo seguirá el curso de decadencia institucional que llevamos y que señala al Ministerio de Cultura como el principal responsable de la situación. El acervo cultural se está perdiendo de manera acelerada. Las nuevas generaciones no conocen sus raíces culturales. Estamos siendo invadidos por un pseudo-arte sin valor estético, académico, lírico, con un contenido que promueve los antivalores, de preocupante observación.
Opinión
Nuestros gobiernos no acaban de entender que el arte es el gran antídoto contra la violencia, aparte de que contribuye a formar un ciudadano sano”.
Considereación
Se hace urgente tomar medidas para que todo esto se revierta y la clase artística no envejezca por falta de relevo generacional natural”.