Darly Mejía se formó como bailarín de jazz en la Academia BalleTeatro Dominicano, donde recibió la formación de grandes maestros como Wilbert Beltré, Ariesky Castro, Ximena Quitana, Carla Fauchard y Vanessa Sepúlveda.
Recuerda que entró a la academia en 2012, y ya para 2014 estaba en la compañía HispaDanco. Para el bailarín dominicano, “la danza está presente en toda las culturas y civilizaciones, por considerar que la misma no es solo un espectáculo, sino que “los seres humanos nacemos y vivimos para el baile”.
De igual forma, considera que a través del baile lo podemos promover como habilidades sociales en áreas vitales como escuelas, universidades, en el trabajo, amigos y así “nos ayuda a organizar exitosas relaciones y llevar un buen bienestar”.
¿Dónde te formaste y a quiénes recuerdas de tu etapa de estudios?
Desde que tenía 10 años de edad siempre me ha gustado el baile. Me formé como bailarín de jazz en la Academia BalleTeatro Dominicana, mi primer profesor fue Wilbert Beltré, quien comenzó a darme la formación como bailarín, luego con el profesor Ariesky Castro tomé clase de jazz. Además, las clases de ballet clásico las impartían la maestra Ximena Quitana y las profesoras Carla Fauchard y Vanessa Sepúlveda. Recuerdo que ingresé a BalleTeatro en 2012, y ya para 2014 estaba en la compañía HispaDanco. Mis primeras funciones fueron los espectáculos “Loco por Broadway”, “Fondo Marino” y “Dominicano Soy. Me llena de orgullo pertenecer al grupo de estudiantes de la academia, ella contribuye de una manera inclusiva en la formación integral tanto en valores artísticos como técnicamente de talentos de la danza dominicana”.
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¿Cuáles son algunos de los retos que enfrentas antes de salir a escena?
Uno de los retos es tener que aprenderme 2 coreografías un mismo día para bailarlas en la noche. Ese es un gran reto, porque uno tiene que tener la mente bien preparada para cuando llegue ese momento y saber que lo tiene que hacer y estar listo para no perderse en la coreografía. A eso se suma también el cambio de vestuario desde que culmina el primer número para estar listo para el próximo baile. Además, ver esa gran conexión de uno solo, de pareja o de grupo al desarrollar un movimiento del baile con esa fluidez, seguridad y fuerza que plasma cada estilo y el dominio en la coreografía.
¿Se puede ser bailarín y vivir de ello en estos tiempos actuales?
Claro que sí se puede. Tuve la oportunidad de trabajar en el área de hotelería, donde llegué a escalar y fui el primer bailarín del grupo en el que participaba.
¿Además del jazz, qué otro tipo de baile te gusta y practicas?
A pesar de que me formé en el área del jazz, también me gusta la formación del ballet clásico. Ese es la base de todo, donde uno empieza a conocer en verdad la contextura de su cuerpo, la correcta postura, la base esencial para ejecutar una pirueta, la técnica de las cargadas de la compañera de baile y los pasos básicos que hay que dar mientras bailamos. Lo ideal es enfocarse, no solamente en un solo género por más que nos guste, ya sea ballet, jazz, contemporáneo y Hip-Hop sino experimentarlos todos.
¿Cómo vives tu carrera?
Mi carrera profesional la vivo con buena salud, desarrollo mental y físico. Eso nos ayuda a perder peso, a mejorar la autoestima, la capacidad de concentración, además reduce el estrés y mejora la flexibilidad. Lograr el dominio en la coordinación y ejecutar con musicalidad todos los movimientos que configura la danza es fenomenal. Pero lo más importante es el aprendizaje que nos llevamos y la disciplina que uno incorpora para seguir hacia adelante.
¿Puede el baile expresar algún sentimiento en específico?
Mientras bailamos, podemos expresar a través de nuestro cuerpo lo que no puedo expresar con palabras. Con el baile podemos enviarle un mensaje al público que nos está observando. A través del baile podemos expresar nuestros sentimientos de alegría, tristeza…
¿Qué consideras más importante para llegar a ser un buen profesional?
Considero que esas frases motivadoras que uno recibe al momento de entrar al salón de clases y por supuesto la motivación de los maestros y profesores al momento de impartir sus clases. Cuando nos corrigen cuando algo no está bien colocado en su lugar o cuando al montar la coreografía nos exigen más de nosotros porque reconocen el gran potencial que poseemos.
¿Está el baile presente en todas las manifestaciones artísticas y culturales?
La danza para mí está presente en todas las culturas, civilizaciones y hasta en las razas. La danza no es solo un espectáculo, pues nacemos y vivimos para el baile. Todo esto del baile lo podemos promover en actividades sociales en áreas vitales como las escuelas, universidades, en el trabajo, con los amigos… Eso nos ayuda a organizar exitosas relaciones y llevar un buen bienestar con nosotros mismos.
Sentimiento
Mientras bailamos, podemos expresar a través de nuestro cuerpo lo que no puedo decir con palabras y enviarle un mensaje al público que nos observa”.
Impulso
Mi carrera profesional la vivo con buena salud, desarrollo mental y físico. Eso nos ayuda a perder peso y mejora la autoestima y la capacidad de concentración”.